Mi Ángel Negro [serie Arévalo #6]

Capítulo 16

Don José

- Esa es la historia - tome el lapicero entre mis dedos.

Adrián cruzó una pierna.

- ¿Lo juzgas por que no te cae bien o porque crees que él es un asesino?

- Ni lo uno ni lo otro, he visto lo bien que le hace a Nina, ella ya no es la sombra de lo que era en solo un mes de casados. Nina antes parecía una mujer que con solo verla se quebraria, la mujer que veo ahora es alguien  que está amando la vida, sonríe, incluso lo hace sola, su mirada brilla, se ve fuerte como un roble no pareciera que está enferma, así que no odio ni me cae mal Damien de hecho creo como tú que es inocente.

Asentí ante las palabras de Adrián.

- Juzgas bien Adrián, volviste a ser el hombre que crié, Eloise y mi nieto han sido una buena influencia para ti.

Lo miré sonreír.

- En un mes sabremos si es nieto o nieta.

- Eso no me importa Adrián si crees que haré una gran excepción por ser varón estas equivocado, sea mujer o varón lo amaré por igual.

- Pueden ser tres papá - recosté mi cabeza en mi silla y sonreí.

- Sería genial tener tres diablillos correr por está gran casa, me alegra que seas feliz Adrián - lo miré detenidamente al verlo que se puso serio - ¿Pasa algo?

- Papá deberías decirle la verdad a Nina, ella está demostrando que es una mujer madura, creo que tú eres igual a Damien tienen miedo de perderla.

- Es diferente Adrián - lo vi negar.

- No papá, para Nina eres su padre y te amará igual, estoy seguro que no cambiara en nada y pienso que si Damien se niega a hablar con su familia, tú deberías hacerlo, he escuchado a Eloise que los Arévalos cuidan a su familia y pelean por ella.

- Yo lo estoy haciendo por Damien.

- Lo sé, pero para él sería más sano sentir el apoyo de su familia, su madre lo rompió por dentro al negarle la confianza en él, necesita saber que no está solo.

- Sabes lo que harán las trillizas cuando lo sepan - Adrián frunció el ceño.

- Estarán quietas padre, Elena espera gemelos, su médico le ha aconsejado reposo y Eloise debe estar tranquila, el embarazo ha sido de muchos achaques, en este caso las trillizas estarán quietas en contra de su voluntad, a quien temo es a los hombres Arévalos cuando sepan lo que hicieron con uno de los suyos.

Adrián tenía razón, los embarazos de las dos chicas estaban siendo un poco complicados sobre todo Elena quien casi perdio a sus hijos y mi querida Eloise mi nieto estaba haciendo de las suyas en su cuerpo, debía ser como yo.

- Hablaré con don Víctor, tienes razón, es tiempo que ellos busquen a defender a Damien.

-¿Lo amas? - miré a Adrián.

- Cómo si fuera mi hijo, ese chico sufrió mucho, creció sin su padre que era un total cobarde, no le dio su apellido y no le dio su amor de padre por miedo a su esposa.

- Estoy orgulloso de que seas mi papá, me estas enseñando que lo mas importante es la familia.

- Lo es Adrián, lo aprendí cuando casi perdí a tu madre.

- Dile la verdad a Nina.

- ¿Y si quiere conocer a Gastón Clark? - Adrián se puso de pie y se me acerco.

- Si desea conocerlo se dará cuenta que es afortunada que tú estés en su vida y no esa escoria humana - asentí - No dejes que el tiempo pase papá.

- Lo haré cuando se opere, creo que está noticia si puede afectarle.

- Lo haces si papá - asentí y suspiré cuando Adrián salio de la biblioteca.

No quería perder el cariño de Nina aunque ella estaba demostrando ser una mujer que juzgaba bien, le había enseñado muy bien. Gastón Clark sabía que no debía meterse conmigo, lo había destruido dos veces y le enviaba a decir que era yo para que se diera cuenta que con José Santos no se jugaba. La primera vez no fui tan duro solo hice que perdiera su trabajo de vendedor y me encargue que nadie lo contratará en esas áreas y ahora era por lo que le había hecho a Lena, use mis influencias para la pena que le pusieron, Gastón Clark estaría treinta años en la cárcel por haber intentado vender a su hija.

Saqué la cajita de terciopelo de la gaveta de mi escritorio, cuando la abrí me encontré con aquel diamante raro, de color rosado me había costado conseguirlo por que eran escasos pero para Antonieta haría hasta lo imposible. No era boda aún pero si deseaba que ella anduviera algo mío para que supieran que ella era mía.

Damien

Busque a Nina y ella estaba en el corredor que estaba en la entrada de la casa, le gustaba esa silla, levantó la mirada hacia mi, extendió su mano, me apresuré para tomársela, ella la cerró alrededor de mis dedos, me incliné y besé su mano.

- ¿Te sientes bien? - asentí, me había tomado el café después de la relajante ducha.

- ¿Y tú Nina estas preparada para hablar?

- Lo estoy, no temas y dime todo Damien que yo estaré para ti, no te daré la espalda, ni me haré a un lado, seré tu esposa en todos los sentidos de la palabra.

Sonreí porque eso es lo que estaba haciendo mi querida Nina, sin darse cuenta ella estaba siendo mi salvavidas porque el solo hecho de declarar que no creía que yo era un asesino me había hecho sentir que había esperanza para mi, aunque no demostrará mi inocencia al mundo entero, con sólo que Nina y mi familia creyera en mi era suficiente.

 




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