Nina
Sujete fuerte de la mano a Eloise, ella me miro y en sus ojos había miedo. Las trillizas me miraban con miedo y emoción.
—Todo saldrá bien— Lena acaricio mi cabeza y deposito un beso — No temas, Damien escogió al mejor médico para operarte, todos los exámenes apuntaron que estas bien.
Mordí mi labio y mire a las trillizas
—No debo pedírselos, pero necesito entrar a ese quirófano con la seguridad de que todo estará bien.
Elena que estaba sentada junto a mí se inclinó y me pregunto.
—¿Qué pasa Nina?
—Prométanme que si yo no salgo viva de la operación, no dejaran a Damien, que lo ayudaran a que se haga justicia— sentí las lágrimas recorrer mi rostro —Quiero operarme para ayudarlo, pero puedo morir y dejarlo solo, necesito entrar al quirófano con la seguridad que si muero harán lo que les pido.
—No morirás —Lena seco mis lágrimas aunque sus ojos estaban bañados con sus lágrimas — Pero para que entres tranquila, nosotras las trillizas Clark te prometemos que pelearemos por Damien, pero tú igual lo harás, porque eres fuerte Nina.
La puerta se abrió y entro Adrián con papá.
—Ya vendrán por ti Nina —Adrián tomo mi mano entre las suyas —Todo saldrá bien, vivirás una vida plena y me darás tantos sobrinos preciosos como tú.
—Te amo Adrián —acerque su mano a mis labios y la bese — Has sido el mejor hermano del mundo y sé que pase lo que pase tu no dejaras solo a papá ni a mi esposo.
—No pasara nada malo Nina, tu saldrás con válvulas nuevas en tu corazón —mordí mi labio y vi a papá que estaba a los pies de mi cama, él me miraba con tristeza y miedo, mi padre también tenía miedo que yo no saliera con vida de la operación.
—Papá— él me miro y con cuidado se acercó —Eres el mejor padre de este mundo.
—Mi pequeña, tu eres fuerte y saldrás bien de la operación — acerco su mano temblorosa a mi rostro—Aquí estará tu padre esperándote cuando salgas de la operación.
Se inclinó y beso mi rostro, cerré los ojos y asentí. Lucharía por las personas que me amaban aunque estaba muerta de miedo.
Sentí que mi cuerpo estaba temblando cuando llegaron a traerme, Adrián con cuidado me ayudo a pasarme a la camilla, eleve una oración a Dios en mi mente, deseaba vivir, no quería dejar a Damien, lo amaba y él era la razón de querer estar sana.
Cuando me llevaron al cuarto donde me prepararían mi alma estaba sufriendo
—Necesito ver a mi esposo antes que me operen —la enfermera se me acerco.
—Él se está preparando para la operación, puede verlo antes que la duerman.
Asentí.
Damien
—Dr. Arévalo, su esposa deseo verlo antes que la duerman — asentí, mire a Nina en la mesa de operaciones. Me acerque a ella, cuando me vio, seco sus lágrimas.
—Tranquila Nina, todo saldrá bien— tomé su mano y ella la cerro alrededor de la mía. Tenía miedo pero trataba de parecer lo más tranquilo.
—Prométeme que lucharas por limpiar tu nombre y seguirás con tu vida sin mirar atrás —acerque mi rostro al de ella.
—Tú saldrás bien de esta operación, lo harás por los dos —roce sus labios —Te amo Nina Santos, no sabes cuánto, debes luchar porque yo moriría si tu no estas a mi lado.
—¿Me amas? —asentí y acaricie su rostro.
—Con toda mi alma, prométeme que lucharas por nosotros Nina.
—Damien, yo también te amo, eres el amor de mi vida, te prometo que luchare por nosotros —cerré los ojos, no la podía perder, ella me amaba como yo a ella. Nuestra historia no debía terminar en esa mesa de operaciones, tenía el deseo de cargarla entre mis brazos y sacarla de ahí, pero debía darle la oportunidad de tener un corazón sano.
—Dr. Arévalo, ya vamos a proceder —mire a Nina y la bese suavemente
—Lucha por nosotros amor mío — ella asintió y me regalo la sonrisa más linda.
—Te amo Damien y de aquí saldré como nueva para que pateemos muchos traseros — sonreí y sostuve su mano mientras veía como sus ojos se iban cerrando con el efecto de la anestesia.
—No temas muchacho, tu esposa saldrá con un corazón sano de esta sala de operación, ella es joven —mire al doctor y asentí.
—Mi vida está en sus manos Dr. porque Nina es mi vida —él me sonrió y empezó a prepararse.
Mire el reloj y ya llevamos horas de operación, me había negado a ver el reloj, no deseaba apartar mi mirada de todo lo que hacía el médico, debía cuidar que todo se hiciera como era, mi Nina debía salir con vida. El Dr. me sonrió al estar terminando de poner la última válvula de su corazón.
Solté el aire retenido, hasta el momento el corazón de Nina estaba funcionando bien.
—¡Doctor.!—mire a la enfermera y luego a la pantalla, negué con la cabeza al ver que los latidos del corazón de Nina estaban bajando.
—No puede ser —con desesperación miraba el monitor.
—Muchacho el corazón está dejando de latir, esta muriendo.