Ya era miércoles y Jeannine se despertó al apenas salir el sol como era su costumbre, salió al balcón para mirar el amanecer que se estaba formando, lamentablemente hoy aunque no se sentía del todo bien aún, tenía que acudir al instituto, suspiro, iba a adentrarse en su habitación cuando noto un movimiento entre los árboles y sintió el olor de Camilo, se cambió rápidamente para luego dirigirse de nuevo al balcón y saltar, para así no perder más tiempo.
Siguió la el olor de su hermano, unos minutos después Camilo se encontraba en un claro hablando con otra persona, el olor de esa persona le llego y nuevamente se embriagó por segunda vez, este olía a bosque, cascada y frutos dulces, sin duda le gustaba demasiado este olor, no pudo identificar a la persona, pues se encontraba de espaldas a ella, solo sabía que era de contextura gruesa en el torso, siendo levemente más delgado en la cadera, piernas largas, cabello un poco largo, castaño casi rubio, y tatuado por lo que pudo notar, iba vestido de negro y su voz era profunda, muy varonil, ellos no sintieron su presencia pues el viento estaba a su favor y oculto su olor.
“Entonces vas a ir ¿no?” preguntó el joven del cual no sabía su nombre.
“Si, pero quiero llevar a mi hermana menor, la llevare a una disco primero, celebraremos su cumpleaños” dijo Camilo.
“Como sea… es este viernes, quizás primero te acompañe y luego vamos, te quiero allí dándome apoyo amigo” dijo el chico.
“Así será, puede que ese día encuentre a quien busco”
“¿Qué te hizo venir a este lugar Cam?” le pregunto el chico.
“El motivo principal es mi hermana, papa mando a vigilarla, y ya entiendo porque”
“¿Puedo saber yo el motivo? Quizás te ayude a cuidarla” respondió el chico.
“No puedo, ella es la que te debe de contar sus motivos, no yo, si le caes bien este viernes, a lo mejor te deje ayudarme”
“Sabes que para lo que sea estoy aquí” dijo el chico.
Posteriormente se dieron un abrazo y Jeannine desapareció del lugar, llego a su casa y se metió a dar una ducha para cambiarse e irse al instituto.
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Las chicas estaban aparcando en el estacionamiento del instituto, al bajarse, tanto Talía como Janelly se fueron con su pareja, mientras que Jeannine se juntaba con Daniel, Hugo y Chris, había otra chica, ellos las presentaron, más sin embargo, ella estaba más interesada en Daniel que en conocer a las chicas.
“Nine ella es Sara” dijo Hugo a lo que Chris tosió un *Zorra*.
“Que bien, es temporada de caza que veo muchas…” dejo la palabra en el aire siguiéndole el juego a los chicos, a lo que Hugo y Chris que volvieron a decir *zorra* y rieron.
“Mira estúpida, tu no me conoces, así que no me hagas molestar perra” dijo Stephanie con voz chillona.
“Cállate, que no entiendo ladridos, no soy perra… perdón siseos pues no soy zorra” le respondió Jeannine, se giró y se adentró al instituto.
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Las clases pasaron rápido, en todas Jeannine estaba sola, a la hora del descanso, se fue a la mesa con los chicos, se sentó al lado de Hugo mientras que Chris, buscaba el almuerzo para ellos. Una vez en la mesa se entretuvo a hablar con los chicos hasta que llego Daniel junto a “Sarita”, allí se le quitaron todas las ganas de comer.
Sintió la mirada de Sarita y la escucho susurrarle en el oído a Daniel pero le restó importancia, en realidad Daniel no le prestaba mucha atención a Sara, por estar observando a Nine, Sara se molestó por lo que golpeo la mesa llamando la atención de todos.
“¿Qué haces mirándola a ella, si yo soy tu novia?” dijo Sara.
“Desde cuando te consideras algo mío” le respondió Daniel a lo que Sara se molestó todavía más.
“YO SOY TU NOVIA, ME LO PEDISTE, NO TIENES POR QUE ESTAR MIRANDO ZORRAS” le grito.
“Mira estúpida, yo no soy como tu… y si no puedes controlar a tu novio no es mi problema” dijo Nine.
“ELLA NO ES MI NOVIA” dijo Daniel “Solo eres para pasar el tiempo, alguien que ni siquiera se da valor a sí mismo, no puede ser mi novia”
“Tú no eres así, ¿qué te pasa?” pregunto Sara llorando.
“Sara no somos nada, solo para pasar el rato, yo ya no te quiero y quisiera que por favor, cortemos por lo sano, por el bien de los dos” dijo “Si aprendieras a darte el valor que mereces, tal vez hubiéramos llegado a ser una buena pareja… pero acéptalo ni tu ni yo nos merecemos el uno al otro”
“Pero yo te amo, eres todo para mí, cambiare lo juro, solo… solo dame la oportunidad de merecerte” le dijo entre lágrimas, toda la cafetería veía el espectáculo que estaban dando.
“No, primero aprende a valorarte… y entiende, entre nosotros no hay nada”