Batido de chocolate con nata montada

Sumida en la música de la radio viajando por las carreteras dirección a mi casa después de haber huido de la fiesta con la escusa de que no me sentía bien, dejo mi móvil en el porta móviles del coche una vez que termino de mandarle un ultimo mensaje a Emily avisándole de que quiero estar sola esta noche, su respuesta no tarda en llegar indicándome que un chico de la fiesta la llevara a casa.

La imagen de Dallas marchándose de mi lado me vuelve a la mente pienso también en como mi amiga lo devoraba con la mirada y no hay que ser un lince para darse cuenta de quien es el chico que ahora mismo debe estar acompañando a mi mejor amiga a casa.

Subo la música al máximo para callar mis pensamientos y terminar de recorrer el resto de las carreteras, son mas de las cuatro cunado llego a casa después de pasar varias veces por delante de la portería intentando mentalizarme de que en cuanto baje del coche la realidad volverá y seguiré comprometida con Logan y que mi mejor amiga estará en su casa haciendo vete a saber que con Dallas.

Me doy una palmada en la frente irritada conmigo misma por haberme dejado embaucar por esos ojos azules, se que solo es una atracción física que jamas ira a mas es como cuando ves a un chico guapo en la calle te parece atractivo pero sabes que no pasara nada entre vosotros, eso es para mi Dallas una cara bonita y nada mas.

Me tapo con el bolso disimuladamente mi desastrosa cara cuando paso por al lado de unos vecinos estos son un matrimonio de cuarentones amargados que derrochan frivolidad por los porros, dentro del ascensor me paro a analizar mejor a los vecinos quizás ellos sean el reflejo de mi matrimonio con Logan quizás en diez años yo sea esa mujer amargada que ahoga sus fracasos amorosos yéndose de compras y operándose cada milímetro de su cuerpo.

No paso por el baño voy directamente a la cama y me dejo caer entre el nórdico de plumas y mis cojines se que me arrepentiré de esta acción cuando me levante ya que mi maquillaje arruinara las sabanas pero estoy demasiado agotada para darme una ducha, la realidad vuelve demasiado pronto no me a dado tiempo ni a quitarme los zapatos cuando escucho que mi teléfono móvil vibra desde el interior de mi bolso, alargo el brazo y palpo a ciegas hasta que doy con el.

La voz estridente de mi madre se hace presente destrozandome el tímpano a tal nivel que tengo que apartar el aparato de mi cara.

-Harper Emilia Harris Anderson ¿se puede saber donde estas?

Cuando tu madre saca a relucir tu segundo nombre estas muerto, Emilia como mi abuela un bonito nombre si quieres arruinarle la vida a tu hija.

-Le dije a Lucy que te avisara de que estaba indispuesta

-Te quiero en casa para la hora de la cena tenemos temas que concretar

Suelto un gruñido de frustración y vuelvo a sumergir mi cara en uno de los almohadones de la cama, podría escaquearme de ir pero conozco a mi madre y seria capaz de presentarse en mi casa, levanto la cabeza como un resorte y veo todas las cosas mal colocadas de mi casa, la silla del tocador llena de ropa, los zapatos mal ordenados en el zapatero.

No me apetece que mi madre mande a su escuadrón de limpiadoras a entrometerse entre mis cosas a si que a regañadientes me levanto de la cama y voy hacia el baño saludo al entrar a mi cara de zombie que se refleja en el espejo y me deshago del espantoso vestido color perla que desde hoy es el color que mas odio en todo el mundo, cuando termino mi ducha me seco un poco el pelo con la toalla para poder hacerme una coleta alta.

No voy a volverme a maquillar así que voy hacia mi armario donde agarro los primeros vaqueros ajustados que veo y una blusa suelta de media manga colo negra que convino con unas bailarinas planas del mismo color con un detalle plateado en la punta, miro el reloj del móvil y veo que son las ocho de la noche pasadas así que voy a coger mi bolso porque cuanto antes me vaya antes volveré a mi cama a seguir lamentándome entre comida basura que es el mejor plan que se me ocurre ahora mismo.

Salgo por la puerta y voy a coger un taxi ya que después de este día estoy harta de conducir, voy hacia el final de la calle donde esta la parada al lado hay un cafetería así que mientras espero que le taxi que he pedido llegue entro a la cafetería a pedirme un batido ya que tengo el estomago completamente vacío, estoy en la fila esperando cuando escucho como la campanita de la puerta suena indicando que alguien a entrado, miro por encima del hombro y veo que es un hombre con su hija así que vuelvo a fijar mi mirada en el letrero luminoso donde están los batidos disponibles pongo toda mi esperanza en que el de chocolate con nata montada me de las fuerzas que necesito para soportar otro de los sermones de mi madre.

Escucho la alegre risa de la niña así que no puedo evitar girarme de nuevo para mirarla es una niña preciosa con una piel canela acompañada de unos ojos azules grisáceos precioso que resaltan sobre su melena rizada oscura, dirijo mi mirada un poco mas arriba para poder ver que le causa tanta gracia a la niña, tengo que reprimir el grito de sorpresa en mi garganta cuando veo que el hombre que le acompaña es nada mas y nada menos que Dallas Smith.

-Señorita ¿que se le ofrece?

Salgo de mi letargo dándome cuenta de que las personas que estaban delante mio han desaparecido y mi turno de pedir a llegado así que tartamudeo una respuesta esperando que nadie se haya dando cuenta de mi vergonzosa escena, tamborileo mis dedos sobre el frio mostrador intentando calmar mis nervios para poder agarrar mi batido y marcharme.

Los minutos se me hacen eternos mientras el dependiente me da el cambio una vez mi batido ya está listo, le digo que se quede el cambio cuando percibo que la voz de Dallas se aproxima hacia mi, me doy la vuelta para marcharme con la mala suerte que uno de los camareros que atiende las mesas de fuera se interpone en mi camino haciéndome recular hasta estrellarme contra alguien, en esos segundos rezo porque sea un desconocido quien a frenado mi caída inminente pero cuando noto unas manos en mis brazos se que es Dallas quien a vuelto a salvarme.