Mi Bello Amor

Capítulo 8.- Leonardo Ruggieri

Leonardo le acercó la cena y se apartó al balcón a realizar una llamada. Regresó y le informó tenía un servicio de Uber, encargado de trasladarla a su residencia. En veinte minutos estaría abajo esperando. Comió en silencio. Avergonzada con esa situación. El se apartó y para darle espacio. 

Llegada la hora acordada recibió un mensaje del vigilante del edificio. Ya estaba el vehículo solicitado. Caballerosamente la acompañó hasta el área de recepción. Ella sólo musitó la palabra "gracias" a lo que el asintió con indiferencia. Restándole importancia a lo sucedido.    

Comenzó la mañana siguiente con un mensaje institucional remitiendo un archivo adjunto. Era el itinerario del transporte. El vehículo de traslados del personal a eventos publicitarios también iba a realizar funciones de transporte desde distintos sitios de la capital. De forma adicional contarían con el servicio de Uber fuera del horario de oficina y fines de semana. Cuando hicieran horas extras.

Por si fuera poco la sala del café y el mate fue acondicionada como comedor. Colocaron una nevera ejecutiva, cocina, horno microondas y una mesa redonda con sillas en el centro.

Karla pasó por la oficina y fueron a estrenar el comedor. Con un café cada una charlaron un poco antes de iniciar sus labores. Alejandra le contó lo de la noche anterior.

-Tampoco te sientas tan mal, Ale. Es verdad que juzgaste al jefe sin conocerlo. Pero también que entraste a la guarida del soltero más codiciado de Buenos Aires. Mantienes a los hombres alejados de ti con tu altivez y me disculpas pero a veces con arrogancia. Al final, son iguales. Les gusta mantener el control y colocan un muro de piedra para que nadie robe el sensible y enorme corazón que tienen. El buscando relaciones estériles y vacías y vos manteniendo una vida solitaria y puritana. No me mires así que sabes te conozco muy bien. Alegó tomando de un trago el café que le quedaba y se paró de la silla -Me gustaría quedarme pero me esperan una montaña de papeles y un superior no tan encantador como el tuyo. Nos vemos....

Alejandra se colocó sus lentes de lectura y se enfrascó en continuar lo que estaba haciendo en el computador. Ajena su entorno.

Leonardo por su parte apareció desde tempranas horas en la casa de su madre. Apreciaba el aroma de su cocina, el calor hogareño y disfrutar de la compañía y la personalidad de su encantadora mamá.

-Mama, hoy luces más hermosa que nunca. Te he dicho eres mi persona favorita - acotó abrazándola por detrás dándole un sonoro beso en su oreja. A lo que ella se rió - Adulador. Mi bambino . Traes el sol a este hogar con tu presencia . dijo copiando su estilo lisonjero.

Ambos acostumbraban decirse piropos como forma de expresar el gran cariño que se profesaban.

Desde que falleció su padre trataba de visitarla muy seguido. Mínimo una vez a la semana. Sin previo aviso le llegaba a decirle que la amaba y degustar de sus ricos postres italianos.

-Anoche preparé un tiramisu mientras esperaba llegase tu hermana. Me preocupa que pierda su juventud con esas amistades que no me dan buena espina. Desde que Giorgio se fue esa niña anda perdida. No logro encauzarla. Me esquiva. 

-Mi padre la consintió demasiado. Pero ya es hora de que salga de esa etapa de rebeldía e inmadurez. Dijo con tristeza. Su hermana menor era su adoración. Nació cuando el tenía doce años. Por lo que siempre fue protector con ella. Le dolía amargamente verla flagelarse en una continúa auto destrucción. Se había convertido en la oveja negra de la familia. Con cambios de humor y de actitud repentinos. Por momentos exageradamente feliz, sensata, risueña, amorosa y por otros andaba dramática, sarcástica y de mal humor. 

-Nuevamente se retiró  del Instituto alegando que no tenía ningún interés en poseer un título universitario. Me llamó el director para decirme que fue descortés con los profesores y sus compañeros de clase. La reprendí y salió sin querer oír mis consejos. 

-No te preocupes, Madre. Voy a buscar el momento ideal para tener una charla de hermanos. Hay que esperar unos días que se le pase la rabieta. Es una buena bambina. Caprichosa y terca, pero de buen corazón. Sólo que aún está dolida.



#19365 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, romance, drama

Editado: 01.09.2021

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