Mi Bello Amor

Capítulo 10.- Consecuencias

Cerca de la medianoche Leonardo se ofreció a llevar a Alejandra. Se despidieron de Amelia y salieron. En la entrada se toparon con Antonella, una joven delgada de largos cabellos.

-Antonella, cuantas veces tengo que advertirte sobre las consecuencias de manejar en ese estado. Entra a ducharte ahora mismo. Y por favor trata de que nuestra madre no se dé cuenta. Sabes que se preocupa mucho por ti. 

-Primero se saluda hermanito. Pero que maleducado. No te da pena con tu novia. Aprobada, es muy bonita. Primera vez que traes a una de tus parejas a la casa. Debe ser muy importante para ti.

-Yo....no. Trató de aclarar Alejandra pero Leonardo muy disgustado con Antonella quería escapar lo más rápido posible de ahí. Le dolía ver a su hermana en esas condiciones. Se sentía frustado sin saber que hacer para ayudarla. Agarró a Alejandra por un brazo y casi la arrastró al vehículo. 

Arrancó mientras ella se sobaba el magullado brazo. Él colocó música clásica para calmar su rabia. Ella se fue acomodando hasta quedarse dormida, tan profundamente que se corrió hacia el brazo de Leonardo y puso su cabeza en el mismo, al rato ya estaba sobre su pecho. Él la dejó hasta que llegaron. Tocó su hombro suavemente. Nada. Zarandeó su cuerpo. Ella despertó y al levantarse le dio un cabezazo por el mentón. 

-Ay!. Que hice?. Pero, que torpeza la mía. Venga a mi apartamento. Con un poco de hielo le prometo se le pasará. 

-Quien diría que esa linda cabecita era capaz de noquear en un solo golpe. Le dijo para tratar de calmar su inquietud y vergüenza. A pesar del dolor no dejaba de parecerle graciosa la situación.

Ella buscó el hielo y regresó con una bolsa de papas congeladas que fue lo único que consiguió.

-Tome. Déjeme revisar. Se le acercó y sin saber por qué se quedó mirando los labios de su atractivo jefe, no supo en que momento se le ocurrió. Fue algo espontáneo. Le estampó un beso bien sonoro. Más bien infantil. Ambos se asustaron por lo sorpresivo y se separaron al unísono. Leonardo dejó las papas sobre la mesa y  salió como corcho de limonada. Tocándose los labios. Eso sí. Ella igualmente con las manos en la boca y sus pulsaciones a mil por hora. Jurando no volver a consumir licor en lo que le restara de vida.



#21797 en Novela romántica

En el texto hay: comedia, romance, drama

Editado: 01.09.2021

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