Mi Benefactor

Capítulo 6: Algo de mi verdad

No he querido comunicarme con Dayka, aún continuo muy molesto. Quiero organizar mis pensamientos para no decir cosas de las que luego me arrepentiré.  
Llego a casa pasadas las 7:00 de la noche. Nicky y Catalina me esperan para cenar, compartimos un rato y al terminar me dirijo a mi despacho.  

 


Me sirvo un trago de whisky, necesito relajarme. Me quito la chaqueta de mi traje y  la corbata. Necesito una ducha caliente o un buen chapuzón en la piscina, ambas cosas me ayudan a relajarme. Me recuesto en el sofá y cierro mis ojos con la intención de descansar.  


No se cuanto tiempo duró mi siesta, pero unos leves golpes en la puerta me hacen despertar sobresaltado. 


—Adelante—

— Disculpe Señor, pero necesito conversar con usted.—

— Dígame, Catalina. — primero quiero disculparme por el incidente con su novia, no era mi intención causar problemas, tal vez sea sensato que Nicky entienda que debo recibir el mismo trato que el resto de los empleados. — 

—Catalina, los conflictos entre Nivky y Dayka son el pan de cada día, ellas discuten por todo, por nada y por si acaso. Usted solo se vio en medio de sus conflictos.—

— Con todo respeto Señor, debo decirle que si su novia intenta agredir a Nicky se va a encontrar conmigo y estoy segura que no le gustara. — 

—Si, yo también me di cuenta y cuando fui a reaccionar ya usted lo había hecho. Yo Jamás permitiría que Dayka tocara a Nicky. — 

—En otro tema, vi que Nicky y usted tienen guardaespaldas. — 

—Si, hay algunas personas molestas conmigo por unos negocios que me negué a  aceptar. —

— Por favor disculpe mi insolencia y atrevimiento pero necesito saber si es una amenaza real o es por  mera precaución.— 

—Es una amenaza real Catalina, pero ¿porque la pregunta?—

— Esta mañana cuando llegue vi un auto sospechoso estacionado cerca de la entrada principal de su casa, al llegar su vehículo tomaron fotos, luego de que usted se retiro se fueron y ya no regresaron. Creo que es importante, que su equipo de seguridad esté atento a eso detalles. Aparentemente los tienen vigilados. —

— ¿Por qué tengo la impresión de que tú Catalina Mendizábal, no eres una mujer común y corriente? —

— Porque probablemente no lo soy— 

—¿Debo preocuparme por eso? —Digo serio.

 —La verdad no, quizás los que deben preocuparse son lo que están intentando hacerles daño. —

— ¿Quién eres?— pregunto

—Catalina Mendizábal, pero la que fui antes, era un agente de la inteligencia policial de mi país.—respondo.

 —¿Y porque ya no lo eres?—pregunto

— Porque fui descubierta en una operación de inteligencia donde era un agente encubierto y eso puso en peligro a mi familia, así que decidí dejar todo. Le cuento esto porque puedo entender su deseo de proteger a Nicky, se lo que se siente. —

—¿Tú familia? — Digo intrigado

—Piensan que morí—Necesita redoblar la vigilancia  y tener guardaespaldas calificados, no acompañantes o chóferes. No solo deben garantizar que su protegido  esté seguro, sino que el lugar donde debe llegar sea también seguro y como una recomendación personal le diría que hable con Nicky, ella debe saber que esto no es un juego ni una exageración suya. — 

—¿Catalina Mendizábal no es tu nombre real?— 

—No, señor— 

—¿Cuál es? — No importa, ella está muerta. Puedo entender que después de esto no me quiera aquí, pero tenía que advertirle— 

—Te necesito aquí.—Respondo plenamente convencido.

 Lo miro con extrañeza, sus palabras me desconciertan.

 — Lo diigoo… por Nicky por supuesto ahora se que contigo estará más segura—Dame un minuto,  levanto el teléfono y pido a mi jefe de seguridad que venga a mi despacho. — 

—Buenas noches Señor Roberts, señorita. — 

—Buenas noches contestamos al unísono. —

— Sanders, ¿tú o alguno de tus hombres se ha percatado si nos vigilan? — 

—No señor, nadie los vigila— responde el hombre. 

—Señorita Mendizabal, ilustra al caballero por favor— 

—Un vehículo color negro, tipo camioneta, con dos hombres; con actitud sospechosa, estuvieron estacionados durante toda la mañana en el área este del portón principal, a la hora del almuerzo cuando el señor Roberts y la señorita Nicky llegaron estuvieron tomándoles fotos; luego de eso se retiraron y en el resto del día no regresaron—

  — Sanders abre los ojos espantado, lo siento Señor no nos percatamos, lo lamento. —

— Descuide, su equipo y sus hombres solo laboraran hasta mañana al mediodía, luego de eso se retiraran, están despedidos—

— Señor Roberts yo…— intenta decir el hombre.

—No voy a repetir lo que dije, por favor  retírese— 

—Es usted muy radical, Señor Roberts— digo un poco incómoda—

— No quiero ineptos a mi lado, no cuando por un error el precio a pagar es tan alto—

— Y ahora ¿quien se hará cargo de su seguridad y la de Nicky? — pregunto

—Mañana en la mañana, me encargaré de eso y usted se cerciorara que sean los correctos. —

— Esta poniendo su seguridad, en manos de una mujer que acaba de conocer y que nisiquiera es quien dice ser, no creo que eso sea, lo más cotrecto— 

—Estoy poniendo nuestra seguridad, en manos de una persona que es leal y sincera y para mí esas virtudes valen mucho. —

— Le agradezco la confianza Señor Roberts— digo seria

—Y yo te agradezco a ti estar aquí— respondo mirándola—

Se acerca a mí y toma mi mano dejando un suave  beso en el dorso de la misma.  


Su toque y el  roce de sus labios en mi mano me hace sentir que mis piernas flaquean, mujer eres capaz de disparar un arma de grueso calibre sin que te tiemble el pulso y este hombre te toca y te vuelves gelatina en sus manos. 

— Con permiso Señor Roberts, que tenga buenas noches. — 

—Buenas noches Catalina—





















 



#15654 en Novela romántica
#1535 en Detective

En el texto hay: peligro, romance, amor

Editado: 04.07.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.