Mi Bollito.

XXVI.

La alarma de mi celular, suena y me levanto rápidamente, me dirijo al baño y me ducho rápidamente, me cambio y me pongo el uniforme, con el tiempo he aprendido a tenerle cierto cariño a estos trapos, cuando termino de arreglarme, bajo a la cocina y mi madre ya ha hecho el desayuno.

-Kiara, ¿Te has caído de la cama?, me dice mí madre asombrada.

Suelto una pequeña risa ante su comentario y respondo, -No mamá, solo qué son nuevos hábitos que quiero hacer.

-Eso es increíble Kiara, me alegra de que cambies para bien, dice mi madre orgullosa.

-Y cómo soy una gran hija, dejame ayudarte a poner la mesa del desayuno ¿Está bien?, le digo.

Sonríe ampliamente y asiente con la cabeza mi madre.

-Hija, hoy saldremos tarde de trabajar, la madre de Romina pasará por Ariadna, ya qué las dos van al mismo colegio, así que te pediré qué regreses con Romina a su casa, yo pasaré más tarde por ustedes con tú padre y comeremos pizza ¿Te parece?, dice mi madre.

¡¡Vaya!! Mi madre ya tenía planeado todo, así qué sólo asiento felizmente, será genial pasar la tarde con Romina, además de cerrar con broche de oro pues hiremos a comer pizza. Más tarde ya han bajado a desayunar mi padre y Ari, todos desyunamos felizmente en familia, mantenemos una conversación muy alegre y realmente me alegra hacerlo, ¡¡No sabía de lo qué me perdía!! Gracias a Romina ahora veo las cosas buenas de la vida, vivía rápido y con prisa, y desde qué conocí a esa rara, veo todo diferente más bonito, más tranquilo, y lo mejor ahora tengo una mejor amiga, debo agradecerle a Romina por lo mucho que me ha dado, ya se me ocurrirá algo, terminamos de desayunar, nos cepillamos los dientes y por fín, hora de volver a la escuela.

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

*

Me despido de mí madre y mi hermana, y Por fín después de tanto tiempo, ¡Parecieron siglos!, regresó a la escuela seré sincera extrañe a los inadaptados, a algunos profesores y sobretodo a Romina, y qué decir de poner en marcha mi pequeño plan.

-Señorita Kiara, venga conmigo, dice la maestra que me dio la bienvenida al principio, no recuerdo su nombre, pero todos le dicen Ana, supongo que así se llama. La sigo a su oficina.

-¿Pasa algo maestra?, le digo amablemente.

-Nada fuera de lo común, excepto por esa nueva actitud tuya Kiara, ahora saludas a todo el mundo y eres amable, algo tramas y lo averiguare, me dice la maestra Ana.

Solo rio y respondo, -Bien maestra si ya terminamos de amenazarnos ¿Me puedo retirar?

-Puedes irte, pero a una sola queja y te vas Kiara, ¿Entedido?, me dice la maestra.

-Si Maestra, tenga lindo día y qué hermoso cabello tiene, le digo esto y salgo de su oficina, obviamente fue sarcasmo lo del cabello, está horriblemente cortado y mal pintado, (Una cosa es ser amable y otra distinta es ser ciega).

Entro a mi salón, algunos me saludan y otros no, yo busco a Romina y no la encuentro en ningún lado, tomo asiento y aparto un lugar para Romina con mí mochila, por supuesto en primera fila, Romina y su noñez siempre quieren estar al frente.

Decido escuchar algo de música, y saco de mí mochila un libro para leer y accidentalmente se me cae, una mano lo levanta y cuándo estoy a escasos segundos de agradecer, veo la cara de Minerva.

-¿Se te perdió algo?, me dice.

-No sé perdió, se cayó al suelo tú comentario está fuera de lugar Minerva, le digo.

Ella sólo me observa asombrada, y Sonia me dice, -¿Veo qué ahora dejan entrar a cualquiera? Debiste quedarte en prisión Kiara, eres un peligro para la sociedad.

Me rio y le digo a Sonia, -Estoy deacuerdo que dejan entrar a cualquiera, entraste tú ¿No?, y no soy un peligro para la sociedad, solo para Minerva y sus cachorras falderas.

Sonia mira indignadamente a Minerva, está sólo tiene sus ojos abiertos como platos y Fabiola y Regina sólo ríen en silencio, -Vamonos Sonia, luego nos arreglamos tú y yo Kiara, dice Minerva.

-Cuando gustes Mine, adiós, le digo copiando el tono de su voz y ella se va enfadada.

-Me alegra que hayas vuelto, dice Regina y se va rápidamente.

En ese momento llega Romina y tras de ella entra Manuel y Fredy, a Manuel lo entiendo pero ¿Fredy?, Romina me busca con la mirada y cuándo me ve, camina con directo a mí.

-Hola Kia, me da un beso en la mejilla, se lo correspondo y le digo, -Hola Romina.

-¿Esta ocupado?, dice señalando mi mochila.

-No sientate, le digo quitando mi mochila, ella solo asiente y rie.

-¿Estás celosa?, dice Romina.

-No, ¿porqué lo estaría?, le digo.

-Estas frunciendo el seño y tienes tensa la mandíbula, no soy psicóloga pero es una clara señal de enfado, me dice.

-¿Porqué siempre tienes que tener razón?, le digo molesta.

-¿Es por Fredy? ¿Te gusta?, me dice en voz baja.

-Callate Romina, no quiero hablar de ello.

-Esta bien, pero Fredy no me interesa y si venía con él es porqué llego a platicar con Manuel, deja el drama o te golpeo.

-¿Acaso me amenazaste Romina?

-Si y ten por seguro que lo hare, me río ante su comentario y le digo, -Te creó, no puedo enojarme con mi mejor amiga, y la abrazo, entra el profesor y la clase comienza.



#33837 en Novela romántica
#8539 en Joven Adulto

En el texto hay: tristeza, amor amistad humor

Editado: 26.10.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.