XXXV.

-Kiara, hija despierta ya tienes que ducharte, dice mi madre.

Yo abro mis ojos lentemnete y mí madre me da un beso y me dice, - Ánimo hija, Romina no debe verte así.

Y al pensarlo es una excusa barata, pero tiene cierto grado de razón así qué sólo asiento, pues mí familia no tiene la culpa de nada de esto, así qué me dirijo al baño, me ducho, hago lo respectivo y me cambió de ropa, me colocó un vestido con estampado floral y fondo verde claro, unas sandallias y seco mí cabello y lo dejo al natural, no me maquillo, cuándo terminó bajo a la cocina y ahí esta mí hermana Ariadna, se acerca y me abraza diciendome, -Se lo qué sientes, Romina también es mí amiga y dirás qué estoy loca pero yo consideró a Romina mí hermana y la adoro con el alma, pero debemos estar bien por ella, ella no es fatalista y siempre ve lo bueno de la vida, y todos haremos lo mismo, y me da un abrazo y un beso amablemente.

-Gracias Ari, yo igual la adoro mucho, creo que la amo, le digo en voz baja.

-No te averguenzes, el amor se presenta y siente de muchas formas Kiara, mira yo amaba a nuestro perrito, y amo a nuestros padres y la música, pero cada una de estas cosas las amo en diferente intensidad porqué me hacen felíz, así qué está bien, ella es parte de la familia si tú lo consideras así, no tengas miedo Kiara, me dice.

Yo la miro sorprendida y la verdad es qué tiene mucha razón, yo sólo la observo la abrazo y le digo, -Gracias ahora se qué hacer, vamos a desayunar y seamos fuertes como siempre Ari, ¿Okey?, ella me analiza y me responde, -Okey, hermana vamos.

Nos dirigimos al comedor, y todos en familia desayunamos, cómo siempre un escena hermosa de una familia normal y felíz, al terminar actuó lo más normal qué puedo, pero por dentro estoy destrozada, al terminar mis deberes subo a mí habitación y terminó algunas tareas, y llega un mensaje de la madre de Romina.

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Mama de Romi: Ya hemos llegado a casa,ven cuándo quieras, besos.

Yo: Okey, en cinco minutos llego.

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Tomo mí mochila y bajo de mí habitación, mí madre está en la sala atendiendo una llamada de su trabajo, deja un momneto su teléfono y se acerca y me dice, -Ve hija, sólo llamame y cuidate mucho y no hagas tonterias.

-Gracias mamá, nos vemos, yo te llamó, le digo y la abrazo ella hace lo mismo, nos damos un beso y salgo de mí casa con dirección a casa de Romina. 

Me encuentro pensando en todo lo qué le dire y lo principal es una disculpa, sin percatarme he llegado a su casa, tocó el timbre y su padre abre la puerta.

-Hola, buen día señor, vengo a visitar a Romina.

-Claro Kiara entra, la casa está a tú disposición, me dice amablemente el padre de Romina.

-Gracias, con permiso, le digo y subo a la habitación de Romina, antes de entrar tomó una bocanada de aire y toco la puerta, y sale su madre, me saluda y me dice amablemente, -Ella quiere verte.

-Y yo a ella, le respondo, ambas sonreimos y entró a su habitación. 

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Al entrar veo algo qué parte mí corazón, veo a Romina tan frágil, es ella igual de hermosa, sólo qué esta algo pálida y triste aunque no lo demuestre, al verme ella sonríe y yo igual, contengo las lagrimas, me acerco y le digo, -Hola Romina, luces hermosa, y le sonrió.

Ella esta sentada en una especie de sillón, qué antes no estaba, ella solo me observa como sí estuviera soñando, cuándo reacciona me dice, -Hola Kia, tú luces terrible.

-Solo es mí atractivo en acción, le digo.

Ella ríe y dice, -¿Y ahora qué mentira me contarás?, me dice.

-Solo escucha, si quieres que me vaya jamás volveré a molestarte, ella asiente.

-Bien, primero qué nada quiero pedirte perdón, he sido un terrible amiga, pero de algo debes estar segura todo lo qué hemos vivido es real, no lo creas a esa estúpida de Minerva, por favor, ¿Perdóname?, le digo triste.