Tres semanas después....
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Han pasado tres semanas desde qué Romina entro en el coma inducido, y para ser sincera en todo este tiempo que ha pasado mí preocupación y angustia aumenta, pues verla así tan quieta y en silencio, sólo me rompe el corazón.
En estas tres semanas yo he venido todos los días a verla y siempre le leo, hablo con ella sobre mis días, y quizá el médico o su enfermera crean que me he vuelto loca, pero, creo que ella me oye lo sé, cada vez qué algo le agrada su respiración es tranquila y a veces parece sonreír, y cuándo algo le desagrada su pulso cardíaco aumenta, se lo comente al médico y esté solo me dijo que ella oye pero qué al despertar no recordará nada esos gestos qué yo observó sólo son espamos musculares, pero yo no lo pienso así, se qué es algo más lo siento, en fín además de venir a verle, en algunas ocasiones su madre me deja ayudarle a asearla, cepillar su cabello y cosas por el estilo, y aunque esta inconsiente y sin expresion alguna aún tiene su belleza y carísma qué la caracterisa, pero por otro lado está se apaga a cada instante qué transcurre, es triste pero en dónde alguna vez hubo belleza y ganas de vivir, hoy sólo hay una palidez creciente en ella.
Y los resultados no son muy alentadores, pues no han notado grandes mejoras en estás tres semanas, él médico decidió alargar su coma induncido cinco meses mas, sus padres aún están pensando en su respuesta, la otra opción es desconectarla, pues su cuerpo y organismo a sido deteriodado con la enfermedad, todos nos negamos a renunciar a Romina, así qué por lo pronto sus padres han decidido dejar qué pase el mes y ver si una pequeña esperanza nos alumbra y permite qué mi mejor amiga regrese con nosotros, regrese conmigo.
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Hoy es fín de semana y ya estoy en la habitación del hospital con Romina, la enferma acaba de asearla y ahora le leo.
-Bien Romi, es todo por ahora, ya es fín de semana, y ¿Sabes qué significa?.
-Que hoy nos toca hacermos manicura, te facinara el color que he escogido para esta semana, esoji tú favorito amarillo.
El aparato al qué está conectado su pulso aumenta sus latidos, y comienzo a reir un poco, -Lo sé una pequeña broma, tranquila, el color que elegí es el agua marina, se que te encanta y de decoración te pondré una estrellitas.
Comienzo con mi labor de manicura, y así me pasa el tiempo, al mirar mí reloj es hora de qué me retiré y por suerte terminé la manicura. -Quiza estes inconsiente pero eso no quiere decir qué debes lucir terrible y rio ante mí comentraio.
De momemnto un pequeño dolor invade mí pecho y le digo a Romina tomando su mano entre la mía, -Romi, me encantaría ver qué abrieras eso bellos ojos qué tienes, qué me dijeras que odias el color amarillo qué puse en tus uñas hace una semana y qué me hicieras reir con tus noñeses, pero sobre todo extraño verte felíz ¿Sabes porqué?, porqué mí mayor alegría es cuando te veo sonreír, eres mí mejor amiga, mí hermana y no sabes cuánto me arrepiento de no habertelo dicho con más frecuencia, despierta Romi ¿Sí?, sí lo haces te prometo que te llevaré a ver esa banda rara qué tanto adoras y qué comeremos ese helado terrible de durazno qué tanto amas, amiga, por favor...
Y una lágrima sale derramada de mis ojos yo la limpió de mi rostro, le doy un beso en su mano a mi amiga y antes de salir noto una pequeña lágrima salir del ojo de Romina, sonrio y la limpio, pues se qué no estoy loca, se qué ella me quiere, me oye y siente lo qué yo, y con eso me basta por ahora...
-Me tengo que ir Romi, vendré mañana a seguir leyendo, ¿Okey?, te veo despues, sueña lindo, se qué me oyes...
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Salgo de la habitacion y cierro la puerta antes de salir del hospital, me encuentro con la madre de Romina, la saludo y ella me llama para qué me acerque, -¿Qué sucede? ¿Todo bien?, le cuestiono prepocupada.
-Todo normal e igual cómo siempre querida, te llame solo para decirte, gracias, yo sonrió ante su comentario, Tus visitas y el tiempo que pasas con mí hija se qué la ayudan a mejorar, y me abraza y yo le correspondo el abrazo.
-No señora, gracias a usted por permitirme qué esté cerca de mí hermana, gracias, ahora me tengo qué ir, la veo mañana y prometo traer los panecillos esta semana es mí turno, le digo sonriendole y cortando el abrazo.
-Adios Kiara, saludos a tu familia, y traeme de sabor Piña y Durazno, me dice a lo lejos.
-Adios señora, ¡¡Claro que sí!! , y le mando un beso con mi mano y salgo riendo pues ahora sé de dónde saco Romina esos gustos tan exóticos.
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En la casa de Kiara...
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