Mi Bollito.

Epílogo.

Un año y medio después.

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-Okey, Freddy compraré helado.

-Okey yo también Te amo, te espero en casa para cenar con mis padres, bye.

Ha pasado un año desde qué falleció Romina, las cosas han sucedido de manera normal, con mí familia todo va cada día mejor, somos felices y unidos. Con Freddy, todo va excelente, ya tenemos casi dos años de novios y mí familia lo adora igual qué yo, ahora él estudia en la Universidad, lleva tres años en la carrera de medicina, y es un gran chico.

Mi hermana por otro lado, cada día es más hermosa, ella es muy inteligente y le dieron una beca para estudiar en el extranjero. La Fundación, va cada vez mejor y cada día es más conocida, la família de Romina nos visita cada tres meses, y hace no mucho, me enteré qué la madre de Romina estaba embarazada, el bebe nació hace poco, y fue un niño y es hermoso tan curioso y con ojos miel muy bellos, y cuándo sonríe es cómo ver la sonrisa de Romina. En todo éste tiempo, yo he progresado en la escuela y cómo persona, extraño mucho a Romina y cada fín de mes la vengo a visitar, su ausencia duele, pero es cómo una cicatriz, ya no sangra pero aún queda la marca, también ahora me encuentro terminando mi primer año de universidad en la carrera de Ciencias de la Comunicación, me va muy bien, soy una buena estudiante, mis ex-compañeros muchos están estudiando diversas carreras y otros se mudaron de país, en ocasiones a otros los encuentro en la ciudad, y me alegra qué a todos les vaya bien.

Ahora me encuentro saliendo del cementerio, le he traído flores a Romina, y ahora me dirijo al centro de la ciudad pues, se acerca Navidad y mí madre me ha encargado comprar bocados de canela y tengo qué ir por ellos a la panadería de la ciudad.

Casi olvidó decirles qué James, le ha hido muy bien en España y aunque extraña a su natal Colombia, pronto regresará a visitarnos, por cierto también tiene una nueva novia, ella es bonita pero no tanto cómo mi Romina, pero aún así me alegra qué sea felíz pues se lo merece, James prometió venir en Navidad, pues estamos organizando una pequeña reunión entre amigos.

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Por fín llego a la plaza, y al otro lado de la calle se encuentra la panadería, el clima en el exterior es un poco frío y ¡Gracias al cielo! He traido el outfit adecuado, unos jeans negros, una playera básica blanca, el sueter de Romina, y un abrigo crema, el cabello hecho en un moño y maquillaje al natural.

Así qué no estoy pasando frío, entro a la panadería y al entrar el calor qué hay dentro de ella te abriga, entro rápidamente para no congelarme, espero mí turno pues hay varios clientes, mientras espero decido recorrer los pasillos viendo lo qué aquí se vende, es un lugar algo grande, recién lo abrieron, tiene una cafetería y él estilo aunque es moderno también es hogareño, algo llama mí atención y me acerco a una vitrina en dónde hay pequeños muffins, y sigo caminando con la vista en aquella vitrina los muffins se ven deliciosos.

Y una persona impacta conmigo, ambos caemos al suelo, algunas personas nos observan, -No pasa nada todo bien, les digo y ellos continúan en lo suyo.

Al regresar mí vista con la persona con la qué me tropezado, veo qué es una chica ambas aún en el suelo nos observamos, ella es más o menos de mí estatura creó, su piel es clara, su cabello es largo y ondulado color castaño claro, es linda y sus ojos son marrones pero tienen un brillo qué me parece haberlos visto antes, ella me sonríe sonrojada, -Lo siento no me he fijado por dónde camino, dice con voz apenada.

Y yo siento una pequeña alegría en mí pecho, cómo si quisiera conocerla, -Tranquila ¿Estás bien?, le cuestionó sonriendo, ella asiente alegre y se levanta y me tiende la mano, yo dudo un momento y la tomo y al tomar su mano un pequeño escalofrío recorre mi cuerpo, pero no le suelto su man, qué trae guantes por supuesto.

-Dejame compensar mi torpeza, dice sonriendo y le suelto su mano.

-No hace falta tranquila, le digo confundida.

Le sonrió y me alejo lentamente de ella, y volteó a observarla de nuevo y juraría qué tiene un parecido a Romina, me siento confundída no puede ser ella, y aunque en su carta decía que nos volveriamos a ver no imaginaba esto, estás cosas no suceden, siento una pequeña punzada en mí cabeza y al voltear de nuevo ella ya no ésta, y creo haber imaginado todo, me acerco al mostrador y pido los bocadillos de canela, pero la señorita me ha dicho qué se han acabdo, yo sonrió y antes de salir de la tienda una voz me detiene.

-¡Kiara!.

Volteo rápidamente y veo qué es aquella chica, y regreso con ella, -¿Qué dijiste?, le pregunto sorprendida.

-Tú nombre, porqué así te llamas ¿Cierto?, me dice.

-¿Romina?, le digo con una voz cautelosa.

-Isabel, ahora soy Isabel, me responde.

-¿Estás bromeando?, le digo ofendida.

-No haría eso, sólo que siento qué te conozco de algún lugar, mi familia se mudara en unos meses aquí, y soy nueva en la ciudad y al verte sentí la necesidad de acercarme pero por favor no me tomes por loca, me dice apenada.



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En el texto hay: tristeza, amor amistad humor

Editado: 26.10.2020

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