Mi Boxeador

Capitulo 16

Pov: Lía

- ¿qué m***** te sucedió en la cara lía? ¿Quién te golpeó? - dijo con los puños cerrados y mirando fijamente mi rostro.

-ehh na..nada, me golpeé con un mueble en casa - dije tartamudeando

-Lía por dios, se identificar los golpes, ahora dime ¿quién fue el imbécil que se atrevió a levantarte la mano? - gruño.

Me dio miedo así que intenté separarme un poco de él, pero no pude. No le podía decir la verdad, tantos años ocultando que tanto mi hermano, como mi madre me golpeaban y me trataban como su empleada. No, no se lo diría, no iba a permitir que me tuviera lastima y quisiera ser mi salvador como paso con Keyla.

Keyla, era mi amiga unos años atrás y vio mis golpes y sabía toda la verdad y me apoyaba mucho. Ella quiso ayudarme, pero al denunciarlo en mi anterior colegio con el director, este llamó a mi madre y le pregunto si estábamos teniendo problemas y si alguien me golpea, pero puso su cara de Santa y dijo que yo solía practicar karate con mi hermano y que seguro Keyla había malinterpretado las cosas.

Luego de eso, al llegar a la casa me golpeó y gritó por bastante tiempo.

Esos días no fui al colegio, ya que mamá no quiso, y a la semana siguiente ya me había cambiado al colegio que voy ahora, y me prohibió volver a hablar con Key, porque me iría peor.

Entonces no, no le contaría a nadie mi secreto. Yo sola algún día saldría de esta pesadilla por mi propia mano y no dejaría que nadie se involucre.

-Ya te dije que nadie, no dramatices, sólo es un golpe - dije en un tono suave y sin tartamudear.

Él sólo me miro con una mirada fría y luego de un momento a otro me encontraba sobre sus hombros.

- ¡BAJAME AHORA MISMO! - grité pateando su pecho, pero creo que me dolía más a mí que a él. Me sujetó mejor y siguió caminando conmigo a cuestas hasta donde se encontraba el coche.

Al llegar, abrió la puerta y me colocó en el asiento para luego cerrar la puerta, quise abrir, pero le había puesto el seguro para niños.

-déjame salir Zed - dije intentando abrir, pero el sólo me ignoro, subió al auto sin siquiera mirarme y arrancó el coche.

Al parecer no le importaba que se arruiné su auto caro estando todo mojados.

Al fijar mi vista en él, pude ver que tenía los nudillos blancos de apretar tan fuerte el volante, fue como un deja vu, ya que había visto lo mismo el día que me llevo a casa después de que fuimos a comer.

Giré mi vista y miré por las ventanas dándome cuenta que esa no era la dirección para llegar a casa.

- ¡oye!, este no es el camino para mi casa. ¡Te pasaste varias calles!

Me miro y prendiendo la calefacción.

-No vamos a tu casa, te voy a llevar a otro lugar - dijo con el mismo tono frío de hoy.

- ¡qué!, pero.

-silencio Lia - agregó de manera fuerte interrumpiéndome.

Luego de eso, nadie más hablo y yo sólo me dediqué a frotarme los brazos para darme un poco de calor ya que estaba empezando a temblar y seguro me enfermería, aunque la calefacción ayudaba.

Los minutos pasaron y cada vez nos alejábamos más de la ciudad y ya me estaba asustando. "¿Porque de repente decía llevarme a otro lugar? ¿me va matar? "pensé.

Siguieron pasando árboles por mi visión hasta que el auto dobló y frenó frente a un gran portón negro con varios hombres de negro con ropa de lluvia.

Abrieron las puertas y al ingresar pude ver unos hermosos jardines y a los lejos vi una gran mansión," wooou Zed en verdad tenía dinero", pensé.

Al llegar, bajó y luego abrió las puertas y dijo:

-vamos.

- ¿porque me trajiste a tu casa? – pregunte.

No contesto y sólo me guío adentro, la verdad es que era muy bonita y tenía una combinación de colores entre negros, grises y crema.

Empezó a subir las escaleras y al ver que no le seguía me hizo una seña, al llegar arriba pude ver hermosos cuadros abstractos en los pasillos.

Llegó hasta una puerta y abrió entrando a una habitación gigante y se dirigió hacia unas puertas. Al entrar un poco pude ver que era un closet, salió del él con ropa.

-toma, allí está el baño, dúchate y luego baja - dijo tendiéndome la ropa y saliendo de la habitación.

Luego de unos segundos, me dirigí hacia la puerta que había señalado y entre a un baño hermoso, este era más grande que mi propia habitación.

Al mirarme en el gran espejo pude ver que estaba horrible. Mi cara estaba pálida (notando más el golpe) tenía el cabello todo mojado y desaliñado y mi ropa se pegaba a mí.

Luego de ducharme con agua tibia, salí y me sequé con una toalla vistiéndome con la ropa que me había dado Zed, que consistía en un pantalón de chándal y una remera negra.

Luego de colocarme me mire al espejo y casi me dio risa lo que vi, el pantalón me quedaba muy grande y largo por lo que lo tuve que arremangar y la remera me quedaba como un vestido, busque un peine y desenrede mi cabello.



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En el texto hay: boxeo ilegal, mafia rusa, mafioso

Editado: 11.07.2020

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