Mi Boxeador

Capitulo 33

Pov Lía

Hemos estado por más de 30 minutos buscando a "minino" por toda la casa, la verdad es que hasta ya lo estoy dando por perdido; porque hay un 50 % de posibilidades de que haya salido al jardín y allí con lo inmenso que es, hasta una persona se perdería.

Justo en estos momentos estamos volviendo con Zed a la sala, estuvimos revisando cada esquina de las habitaciones que se encuentran en el tercer piso, pero nada, ni rastros de que pudo haber estado por ahí.

- Zed no está, tenías razón y no lo tenía que haber traído - dije desanimada y sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas.

-No digas eso muñeca, él está bien y seguro se asustó y está escondido por acá. Cuando esté más tranquilo, seguro y aparece.

- y si escapó y se perdió en los jardines. - pregunte sentándome en el sillón de cuero blanco, colocando mis brazos en mis piernas y escondiendo mi rostro entre ellas, para que Zed no vea lo mucho que me está afectando la desaparición de un gato que había conocido hace unas horas y al que ya lo quería como si fuera mío.

-No lo hizo, no escapo de ti princesa ¿quién lo haría? - dijo sentándose pegado a mí.

-Además él se veía muy cómodo contigo - agrego pasando sus fuertes brazos por mi cintura y levantándome de mi escondite para luego sentarme sobre sus muslos y apoyar mi rostro sobre su torso como si fuera una niña pequeña.

Es más, me gustaba estar rodeada de ellos, entre sus brazos sentía que nada me podía pasar, que siempre estaría protegida.

Mientras Zed se dedicaba a pasar su mano grande en mi espalda y decirme que el gato pronto aparecería para que me calmara, yo me quedé pensando en cómo habíamos llegado hasta aquí. Desde el momento en que lo ví por primera vez y se acercó a mí cuando había salido a tomar aire, hasta estar en la posición de ahora. Vale decir que en un principio me negaba a tener algo con un boxeador, posesivo y malhumorado, que desde el comienzo e incluso sin conocerme, ya reclamaba que era suya. Pero ahora la situación era muy diferente.

Creo que con su negativa a separarse de mí y la forma en que siempre estaba conmigo.Aunque yo lo rechazara y le dijera que no en un principio, hizo que de a poco me empezara a gustar más y, no sé, capaz hasta esté enamorada de Z, pero esas ya son palabras mayores.

¿Porque palabras mayores? Porque a decir verdad la primera vez que pensé que estaba enamorada y que todo mejoraría lo único que sucedió fue que destrozaron mi corazón en mil pedacitos, creo que no se siquiera que es el amor porque no recuerdo la última vez que tuve una muestra de cariño de mi familia o de alguien especial para mí.

Claro que, dentro de esto tengo que descartar a Mad porque, aunque no lo demuestre tanto, sé que me quiere.

(...)

-Eh señor lo encontramos - esas palabras me sacaron de mis pensamientos y ahí lo vi, minino estaba entre las manos de un chico moreno, el cual lo tenía separado de su cuerpo como si fuera la cosa más horrorosa que hubiera visto en su vida y creo que se porque es así. El pobre tenía rasguños por el rostro y los brazos.

-Por dios, ¿estás bien hermoso? - dije levantándome de las piernas de Z y corriendo a sacarlo de las manos del chico, lo abrace contra mi cuerpo feliz de que haya aparecido y que este bien. Aunque al principio se negó, después me reconoció y empezó a ronronear en mis brazos.

-Gracias, gracias. ¿Dónde estaba?

-Debajo de unos de los muebles de la cocina - dijo el chico sin nombre.

-Oww precioso ¿Ray te asusto No?, por eso escapaste ¡verdad! - le dije acercándome a donde todavía se encontraba Z sentado.

-Si, seguro que "Ray" lo asusto y por eso lo rasguño a él y a Cj - dijo Zed riendo a lo que Ryan sólo gruño y salió de la sala junto a "Cj", creo q así se llamaba el chico que miraba mal a mi "minino".

Luego de eso, Z se quedó mirando fijamente mientras yo acariciaba al gatito que ya se encontraba cómodo acostado en mis piernas.

-Que - dije.

-Nada nada, ¿y cómo lo vas a llamar?

-No lo sé, pero hasta que lo piense le diré "minino".

-Y si aparecen los dueños Lía, pensaste en la posibilidad de que sólo haya escapado de su casa y que lo estén buscando.

-Si lo pensé, pero si tuviera dueño estaría más gordito y bien cuidado, además no tiene collar ni identificación. Así que, esta solito y ahora me tiene a mí para que le de cariño.

-Pero y - justo fue interrumpido Z

-Perdonen la interrupción, pero la cena esta servida - dijo la misma chica que hoy al abrir a la puerta de entrada me había mirado mal.

-Vamos pequeña. - dijo Z levantándose y tendiéndome la mano.

-Si claro. - dije agarrando su mano y con mi otro brazo sosteniendo al gato nos dirigimos a un hermoso comedor que la vez pasada no había visto, que digo, si la verdad con lo grande que es esta mansión ni siquiera debo conocer el 25%.

El comedor tenía una gran mesa de vidrio en el medio y con sillas negras de lo que al parecer también era cuero. Las paredes estaban pintadas de color verde oscuro y partes en color amarillo claro, que dejaba una combinación muy hermosa.

Zed abrió una silla para mí y antes que me sentará dije:

- ¿Dónde lo dejo a él?

-Déjalo aquí, están las dos puertas cerradas así que no escapará.

-Bien - dije poniéndolo sobre una silla que se encontraba en una esquina.

-Gracias - dije una vez sentada.

-pueden servirnos - les dijo a unas de las chicas y esta empezó a servir una especie de carne con no sé qué. La verdad es que no tenía ni idea de que era.

- ¿Qué es? - pregunte cuando la chica termino de servir y se había retirado.

-Salmón asado a la bruschetta con un poco de aguacate (o paltas), no te preocupes te va a gustar - dijo guiñándome un ojo, para luego agarrar la botella de juego recién exprimido de naranja y servirse, para luego hacer lo mismo conmigo.



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En el texto hay: boxeo ilegal, mafia rusa, mafioso

Editado: 11.07.2020

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