Pov Lía:
Cuando estaba pasando por la sala para llegar a las escaleras sentí un fuerte tirón en mi cabello y una mano tomando mi brazo muy fuerte, lastimándome.
Al intentar mirar para atrás, vi que era Mike quien tenía agarrado mi cabello de manera tensa entre sus manos y me miraba con la mandíbula apretada y en sus ojos podía ver pura furia o quizás maldad. No lo sabía bien.
Antes de siquiera poder preguntar qué pasaba o por lo menos intentar escapar de sus manos, Mike me empujó con fuerzas hacia el suelo provocando que cayera de una forma muy extraña y mi brazo golpeará con uno de los escalones que daban inicio a las escaleras, lo que provocó un fuerte dolor en mi muñeca. Al intentar girarme para poder levantarme él empezó a darme patadas demasiado fuertes por distintas partes de mi cuerpo lo único que pude hacer fue a cubrirme la cara con mis manos y llorar pidiéndole que por favor que parará, pero creo que esa no era una opción para él.
-Quieres que pare ehhh, eso quieres maldita puta - dijo arrodillándose a mi lado mientras yo me retorcía del dolor.
- ¿¡Desde cuándo andas con ese tipo Lía!? – grito/gruño agarrando mi rostro entre sus manos y apretando fuertemente.
-Yoo eeeh - dije tartamudeando ya que apenas si podía estar consciente y entre mi llanto y el dolor que tenía en todo el cuerpo no podía pensar y muchos menos hablar.
Lo único que sabía era que Mike me había visto con Zed y que poco a poco estaba empezando a perder el conocimiento.
- ¡CONTESTA LIA!! - Mike grito mientras me movía el rostro de un lado a otro, pero yo ya no estaba. Me dejé llevar por la oscuridad y el dolor que sentía fue desapareciendo como si fuera por arte de magia.
Mi último pensamiento antes de sumirme en esa oscuridad que tanto me llamaba fue "que había hecho yo para merecer esto".
(...)
Cuando abrí mis ojos, intenté enfocar en algo, pero lo único que pude hacer fue gemir de dolor y pensar que rayos me había pasado y porque me encontraba en el suelo del comedor.
Cuando por fin me pude sentar, todo lo que había sucedido ayer vino a mi mente de manera rápida: Zed, su casa, minino, Mike, golpes y dolor.
No podía creer que esto hubiera sucedido de nuevo, ya tendría que estar acostumbrada pero no, ya no quiero esto para mí. Ya no quiero estar en este maldito infierno que debo llamar "hogar".
Me levanté del suelo y mirando hacia los lados, aunque sabía que se había ido, nunca se quedaba después de golpearme. Comencé a subir los escalones de manera muy lenta, ya que sentía como si con cada movimiento que hacía mis costillas quemaran en mi interior y el dolor era insoportable.
Al llegar a mi habitación, entre cerrando la puerta con seguro y me enfrente al espejo con los ojos cerrados, no quería ver que tan mal estaba porque como me sentía y el dolor que tenía me decía que estaba hecha polvo.
Abrí mis ojos y pum, vi grandes ojeras y un labio roto; bueno mi rostro no estaba tan mal, creo que funcionó el intentar protegerme con las manos.
Agarré la parte de abajo de mi remera y la comencé a subir dejando a la vista una gran mancha que iba desde verde a morado con toques rojos, realmente se veía muy mal. Y no se digan mis piernas, parecía como si me hubieran atacado un grupo de hombres o que hubiera estado en una pelea.
(...)
Luego de darme un baño caliente o bueno de intentarlo me puse una pijama y me recosté sobre la cama.
Mi mirada cayo en mi muñeca, está estaba muy hinchada y algo morada, pero sabía que si iba a un hospital, comenzarían las preguntas y que le diría "me caí por las escaleras" o "tuve un accidente de auto ". No, nadie me creería.
(...)
Luego de unas horas al fin parecía como si el dolor estuviera pasando, pero mi paz no duró mucho. Zed se encontraba tocando la puerta ¿Qué cómo lo sabía?, pues me había mandado miles de mensajes y llamado más de las veces que si quiera me pudiera imaginar, pero no le contesté.
Su último mensaje decía:
De: Zed
Para: Lía
Voy para tu casa.
Luego de varios minutos la puerta dejó de sonar; al parecer se había ido y era lo mejor. No tenía el coraje para mostrarme antes él de esta manera y menos de explicarle lo que me había sucedido.
(...)
Unas horas después me levanté para ir al baño y de la nada escuché un fuerte golpe en el piso de abajo, por lo que me dirigí lo más rápido que podía hacía hacia afuera para ver qué fue lo que se cayó o de donde venía el ruido.
Pero lo que menos me esperaba era ver a Zed en el comienzo de las escaleras mirándome sorprendido, para que luego su rostro se convirtiera en uno totalmente frío.
¿Qué sucederá? ¿qué pasará con Lía? ¿Por fin le dirá la verdad? ¿qué hará Zed?
Mini avance: en el próximo capítulo abra golpes por aquí y por allá.
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