Pov Lía
Un mes después
Un mes había pasado desde que había decidido dejar todo atrás y comenzar de nuevo. Un mes desde que deje de ser la inocente Lía a quien todos lastimaban o la que a todos apoyaba y nadie la apoyaba a ella -o por lo menos lo intento cada día-; y un mes aproximadamente desde que Zed se estaba comportando de lo de más extraño.
Entraba y salía de la casa con sus hombres protegiéndolo con un arsenal, la seguridad se había multiplicado y no solo la de la casa, sino la mía también. Ahora cada vez que me giraba me encontraba a mi sombra personal y varios ojos sobre mí que intentaban disimular, pero yo los podía sentir. Si bien Zed seguía con su actitud de siempre e intentaba que todo pareciera normal, yo podía sentir como siempre estaba tenso y alerta. Sus intentos de sonrisas no eran reales y todo parecía falso. Sé y presiento que algo grave estaba pasando a su alrededor y por alguna razón no me lo quiere contar o no tiene la suficiente confianza en mí.
Todo lo sucedido en estos meses, lo que pase y lo que aprendí con respecto a las personas de mi alrededor me hizo pensar que las caras que nos muestran no son las verdaderas, por dentro esconden dolor, sufrimiento, envidia y un sinfín de cosas que piensan que con una sonrisa uno no se dará cuenta, pero los ojos no mientes y muchas veces nos podemos engañar a nosotros mismos pensando en que son personas de buenas intenciones y no es así, muchas de ellas solo querrán verte caer y romperte para ellos sentirse bien por dentro. Esas personas solo tienen un vacío sin llenar que los lleva a ser quienes son, pero no todos son así. Hay personas que en verdad estarán a tu lado en los momentos más difíciles, té apoyaran y aconsejaran siempre buscando que uno esté bien y de esas personas es de la que me quiero rodear de ahora en adelante. Zed es una de ellas, sin conocerme estuvo a mi lado, me protegió y podría decir que me salvo de que me rompiera, porque estoy segura de que llegaría el día en que no aguantaría más y me hundiría en un abismo del que no podría salir.
El con sus cambios de humor, su posesividad, su carácter y con todos sus defectos me ayudo a salir de mi desastroso hogar y aunque este lugar en el que vivo hora no parece ser de lo más seguro y no me representa, sé que él no permitirá que algo me suceda.
Muchas personas hablan tras de mí y dicen que él no me conviene-poniendo de lado su fanatismo por "la furia" y me ven como una pobre ingenua que siempre vivió dentro una burbuja en donde todo era de algodones y de color rosa, pero no es así. Yo he vivido en la oscuridad desde hace mucho tiempo y aunque a veces veía una luz y sentía que era feliz, en realidad todo era aquello que deseaba o imaginaba tener algún día.
Soy muy consciente de que Zed representa un peligro para mí y que alguna vez me prometí que no tendría una relación toxica de nuevo, pero él ahora representa uno de mis pilares y en sus brazos me siento protegida. Algún día podría arrepentirme de tener sentimientos y haber puesto mi corazón en una relación de este tipo, pero en estos momentos representa esa luz que alguna vez busque en mi pasado y que pensé que no tendría en mi vida.
También soy consciente de que estamos viviendo en un mundo que cambia rápidamente. En muchas situaciones y en nuestras vidas intentamos o tratamos de evitar el cambio lo mejor que podemos porque parece aterrador, desalentador y atemorizador; y para mí lo es. El cambio nos enfrenta con lo desconocido, nos hace dudar de lo que está por venir y nos muestra cual vulnerables somos ante la mirada de los demás. Este nos puede sacar de nuestra zona de confort, sin embargo, a pesar de lo duro que pueda parecer, a menudo es para bien y así es como yo lo considero ahora. Me estoy arriesgando a perder personas como Mad o mi supuesta familia que yo pensé que eran uno de mis sostenes y alejar a varios que alguna vez estuvieron cerca, pero no a mi lado, sino que solo lo estaban porque algo buscaban de mí. Decidí arriesgar lo ordinario para alcanzar lo extraordinario y cambiar mi vida para bien, para sentirme bien yo y no solo para hacer sentir bien a los demás olvidándome de mí persona.
"Algunos cambios parecen negativos en la superficie, pero te darás cuenta de que esta creando un espacio en tu vida para que algo nuevo emerja". Eckhart Tolle.
(...)
Me encontraba vagando en mis pensamientos cuando siento que una mano toca mi hombro y me saca de mi mente.
-Hey de nuevo pensando – fue el saludo que me dio Daniel, él era el único del grupito de Mady que dejaba que se acercara a mí. Nunca fuimos muy cercanos ni nada por el estilo, pero era un buen chico y nunca se acercó mucho. Era mejor amigo de Jack y por alguna razón que no quise preguntar se enojaron y desde ahí es algo frió con él y por consiguiente con Mad y su nueva amiga que la seguía como perrito faldero.
-Pensé que hoy no vendrías. ¿No tenías tu examen de conducir hoy? -pregunte recordando que me lo había comentado la semana anterior en uno de los recreos.
-Sí, pero me lo suspendieron. Según lo que entendí, hubo un problema con el auto de práctica y no se puede utilizar o algo así- dijo haciéndose el desinteresado y sacando su almuerzo de la mochila.
-Ah y bueno para la otra fecha estarás más preparado y más seguro.
-Sí, eso creo.
-Pregunta rápida y de cotilla, ¿Por qué nunca comes la comida del comedor y traes de tu casa siempre? - dije acercándome para que nadie más escuche como si fuera un secreto y viendo de reojo como mi sombra movía su cabeza de un lado a otro y me mira como si intentara decirme algo. ¿Qué?, no estaba haciendo nada malo.
-Sabía que algún día preguntarías Lía, nadie se resiste- dijo suspirando.
-Oh, yo...
-No, no me molesta que me lo preguntes linda. Tengo un problema con las harinas y la mayoría de las comidas de aquí la tienen.