Mi Bully

D O S

La escuela había sido una mierda para Hayley como todos los días, aunque este había cruzado la línea por mucho, sin duda era un día que no iba a poder olvidar de lo terrible que había sido.
Luego de calmarse, había pedido permiso para salir temprano del colegio y por suerte la habían dejado salir sin ningún problema. 

El reflejo en el espejo del baño de su habitación, le motraba ahora una joven bastante destrozada. Ese corte que había realizado en su cabello realmente se veía bastante mal, se notaba demaciado ese desnivel en sus cabellos, y no es que le importara mucho su apariencia, pero en definitiva no iba a poder ir a la secundaria el día siguiente con un corte así, si no las burlas iban a ser mayores. Jungkook en definitiva no lo iba a pasar por alto. 

Del cajón del lavado, tomó unas pequeñas tijeras que su madre solía usar para despuntar su cabello, y completamente decidida comenzó a cortar ella misma su melena rosa.
Nunca lo había hecho antes, no tenía ni idea de cómo ser peluquera ni nada por estilo, pero siguiendo el corte que ya había hecho antes se guió a si misma para cortar el resto. 

Tijarazo tras Tijarazo, hayley corto su cabello separándonlo en seciones como lo había visto en un tutorial, hasta tener más de 15cm de cabello cortado tirado en el suelo.
Las cortinas de melena rosada que antes colgaban por su cintura ahora caían un poco más abajo de sus hombros. No le había quedado mejor que antes, pero tampoco peor. Varios pedazos le habían quedado de diferentes tamaños a pesar de según su visión estar parejos, aun así no era un mal corte a pesar de ser la primera vez que lo hacía. 

Su rostro a ahora se veía más definido con ese corte, le favorecía al tener un rostro delgado, y no es que el cabello largo le quedaba mal, no, de hecho le lucía bastante bonito, pero ahora al tener un estilo diferente su rostro resaltaba. 
A pesar de todo Hayley no pudo evitar soltar un par de lágrimas al ver su cabello tirado en el piso. Lo que había hecho Jungkook en definitiva le causaba un poco de miedo de verlo al día siguiente. 

—¡LLEGUE A CASA! —Escucho repentinamente la joven desde el piso de abajo. Al darse cuenta de la precedencia de su madre subir por las escaleras, se limpio las lágrimas con la palma de su mano lo más rápido que pudo y se recogió el cabello, para después cerrar la puerta de su baño con seguro— Hayley... ¿dónde estás? -indago su madre al abrir la puerta y no verla. 

— ¡en el baño! —Gritó la joven, asiendole saber en donde estaba. 

— cuando salgas de ahí baja... compré un poco de pollo picante y fideos fríos para comer —le indicó. 

La pelirosa no dijo nada más y escuchó a su madre salir de su habitación casi enseguida.
La relación entre ambas en ocasiones era buena y en otras mala, pues solían no estar desacuerdo en muchas cosas y eso las hacía discutir. 

Su mamá y su papá se había divorciado hacia 5 años, cuando Hayley estaba al rededor de los 10. Al principio había sido difícil para ella, pero en poco tiempo logró acostumbrase a eso, después de todo sus padres se llevaban mejor separados que juntos. 
Su madre no lo sabía, pero Hayley desde hacía tiempo se había dado cuenta que salía con un hombre, no necesitaba ser una detective para saberlo. 

Claro que eso no le molestaba a la joven, su mamá era libre de volverse a enamorar las veces que quisiera, incluso su padre tenía una pareja en la ciudad donde se había mudado por el trabajo. Ella en definitiva no quería ser un impedimento en la vida amorosa de sus padres. 

—hoy llegaste temprano —musito la muchacha al bajar y ver a su madre en la cocina poniendo en la mesa la comida que había comprado. Ella al escuchar la voz de su hija la observó de reojo. 

—pedí que cambiaran mi medio día libre para hoy... saldré con un par de amigas esta noche... 

"Amigas" Hayley perfectamente sabía que no saldría con amigas como ella decía, sino que tendría una cita con ese hombre con el cual salía. 
En parte le molestaba un poco que su madre se lo ocultara, le hacía entender que no confiaba en ella. 

—bien... me llevare mi plato a mi habitación... tengo mucha tarea 

Hayley no se encontraba de humor, se sentía sin animamos y a decir verdad no tenía mucha hambre debido a eso, así que para que su madre no le insistierá en comer, decidió servirse un poco de comida y encerrarse en su habitación.
Por mucho tiempo había sido fuerte, guardándose su dolor como si no le afectará nada de lo que le hacían en la secundaria, pero ya estaba al borde, ya no podía soportarlo, todo ese dolor que por mucho tiempo había reprimido estaba saliendo. 

Nunca le había pasado, pero por primera vez sentía miedo de ir a la escuela el día siguiente, sentía miedo de ser de nuevo humillada, pero sobretodo sentía demaciado miedo de ver a Jeon Jungkook. 

Toda la noche la joven se la pasó llorando en su almohada, lo que provocó que al día siguiente sus ojos estuvieran inchados y rojos. 
《Lo que me faltaba》 Se dijo la muchacha viendo su reflejo en el espejo. Se veía fatal, pero que más daba, no importaba como luciera, de igual manera sería moletada por sus compañeros como todos los días. 

Cuando estuvo lista, tomó sus cosas sin ánimo y salió de su casa para tomar el autobús. En el camino no hizo nada más que escuchar música a todo volumen, no tenía ganas de nada más, se sentía miserable, con ganas de huir o que todas las personas del mundo desaparecieran. Si pudiera irse lejos, en definitiva lo haría. 

Por otro lado, la vida de Jungkook era absolutamente todo lo contrario, incluyendo sus mañanas. A diferencia de Hayley, él había dormido como un bebé toda la noche. No tenía ninguna preocupación en su cabeza, y al verse en el espejo se alagaba a sí mismo aumentando su ego.
Tampoco solía tomar el autobús, el tenía su chófer personal, el cual estaba encargado de llevarlo a donde el quisiera. 

Sin saludar, el joven de cabellos negros salió de la casa y espero a que su chófer le abriera la puerta del auto. Éste en seguida lo hizo, para posteriormente cerrarla cuando Jungkook ya se encontraba adentro. 

—¿no le hace falta nada joven Jeon? —Preguntó el hombre sentado ya en el lugar de conductor, viendo al pelinegro por el espejo retrovisor. 

Jungkook dejó de teclear en su teléfono y dio una rápida mirada a sus cosas. 

—nada... arranca ahora —ordenó. 

En la gran casa de los Jeon, se estaba acostumbrado a hacer lo que Jungkook dijese. El padre de él casi siempre estaba ocupado con sus muchos negocios y eso hacia al azabache el jefe de todos.
Desde niño era así, estaba acostumbrado a tener lo que él quisiera sin esfuerzo, y era por eso mismo que no tenía que ser amable o agradable con las personas para que obedecieran sus ordenes. Quizás por esa misma razón tenía el ego demacido alto, sintiéndose un rey en todos los aspectos. 

—que tenga un bien día joven Jeon —señaló el hombre al llegar a la entrada de la escuela. Jungkook solamente tomó sus cosas y salió. Para él hombre detrás del volante era algo común, no esperaba una repuesta del muchacho porque sabía que nunca la tendría. Así que solamente arrancó el auto y se fue. 

Esa mañana de viernes a Jungkook se le había hecho tarde, por lo que al entrar a la escuela los pasillos ya estaba vacíos, algo que simplemente no le importaba porque los maestros jamás lo castigaban.
Para su muy mala suerte, a Hayley se le habia hecho tarde de igual manera, pero con la diferencia de que ella si seria reprendida por su impuntual. 

A paso rápido caminó a su casillero para tomar sus cosas, pero se detuvo en seco al ver a la persona que menos quería. Jungkook la había visto llegar al mismo tiempo que él y ahora se encontraba recargado en el casillero de la muchacha con una malévola sonrisa. Ella sintió miedo al verlo. 

—¿se te hizo tarde?... que casualidad, a mí también —señaló. Los minutos pasaban y la joven necesitaba tomar sus cosas para poder entrar a su clase, pero el fornido cuerpo de su compañero se lo impedía. 

—me dejas abrir mi casillero por favor... —le pidió la muchacha con una voz suplicante. Jungkook hizo un chasquido con su lengua y negó con su cabeza. 

—no... estoy demaciado cómodo aquí 

—Jungkook por favor —suplicó la joven— es mi casillero, por favor déjame sacar mis cosas... puede que a ti no te levantes reportes por llegar tarde, pero a mi sí 

—eso es algo que me encantaría ver... que te levanten un reporte será sumamente divertido... 

La muchacha ya estaba cansada. No entendía porque él la trataba así, ella no recordaba haberle hecho algo malo como para que la detestara, realmente no lo entendía. 

—no lo entiendo... por más que lo pienso no logro entender porqué eres tan malo conmigo... por qué no me dejas en paz y ya —le señaló la muchacha con una débil voz. Esa era la primera vez que lo enfrentaba, y es que realmente ya no podía más, ya estaba sumamente cansada de ser tratada como basura gracias a él. Jungkook con sorpresa la observó, no la creía capas de hablarle de esa manera, y a decir verdad no supo que reponderle, pues en si ni el mismo lo sabía. Lo único que tenía claro es que al molestarla le gustaba tener su atención, aunque esta fuera de mala manera. 

—así que quieres que te dejé de molestar —afirmó el muchacho con una sonrisa de maldad en su rostro, y una idea terrible en su cabeza. Lentamente como un león acechando una presa se acercó a la muchacha, y en un moviendo demacido rápido la acorraló entre el frío metal de los casilleros y su musculoso y fornido cuerpo, impidiéndole moverse. Ella al sentirlo, solamente abrió los ojos hasta el tope por la sorpresa— tienes que darme algo a cambio para que yo pueda cumplir esa petición... que te parece si me das tu cuerpo... seria muy justo ¿no crees?... 

La muchacha se tenso, no podía moverse, estaba en un transe con el cuerpo completamente petrificado llena de temor ante el cuerpo de su Bully tan cerca del suyo. 
Con un brazo el muchacho sujetó con fuerza la diminuta cintura de Hayley y la apegó completamente a su cuerpo, la muchacha en definitiva no podía hacer nada aún qué quisiera, estaba aterrada y todo ese miedo aumento mucho más al sentir la boca de Jungkook sobre su cuello, succionando y lamiendo con fuerza y a su gusto. 

El azabache no había siquiera pedido el permiso de ella para poder apoderarse de su cuello, pero segundos después se detuvo de golpe al escuchar leves sollozos salir de los labios de ella. 
Soltandola y alejándose de golpe, observó a la joven frente suyo, notando una mirada perdida en su ojos mientras lloraba levemente, su cuerpo temblaba de los pies a la cabeza con demacido miedo, lo cual provocó que él se asustara al verla tan aterrada. 

Con su mirada aún perdida, Hayley observó a Jungkook, quien al instante trató de acercarse a ella una vez más, pero esta vez no lo dejó. 

— no te acerques... —le señaló la muchacha asustada con los ojos cristalinos, abrazándose a si misma con sus brazos para protegerse— no... no te acerques —repitió con un nudo en la garganta. 

Jungkook dio un paso para atrás aún observándola chockeado, pero luego sin saber que más hacer dio media vuelta y se fue de ahí sin decir absolutamente nada. 
Hayley sintió que podía respirar de nuevo cuando vio al pelinegro irse. Con su mano tocó su cuello en donde Jungkook la había besado, y sin poder evitarlo comenzó a llorar desconsoladamente. Se sentía sucia.



 



#19784 en Novela romántica

En el texto hay: dolo, amor, odio

Editado: 10.07.2022

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