Mi Bully

T R E S

Si las cosas no estaban bien, ahora mucho menos. Hayley en definitiva estaba aterrada, tenía miedo de tan solo ver a Jungkook. El había cruzado la línea al besarle el cuello de esa manera, y es que ahora ella tenía un moretón en esa zona que le recordaba lo impredecible, terrible y aterrador que podía llegar a ser Jeon. 

Luego de ese incidente, la joven había tenido un bonito reporte por haber llegado tarde a su primera clase, después de todo nada estaba a su favor.
Jungkook por su lado no volvió a molestarla el resto del día, ni siquiera se atrevía a mirarla, no sabía si era porque ella mostraba un rostro miserable, o porque hasta él mismo admitía que se había pasado con esa acción. Fuera lo que fuera eso había hecho sentir más tranquila y calmada a la muchacha. 

Cuando la escuela terminó, la pelirosa se fue directo a su casa para así poder dar inicio a su fin de semana tranquilo, en donde no se tenia que preocupar por ver a sus compañeros al día siguiente. Lo que tenía planeado hacer al llegar era encerrarse en su habitación y quedarse ahí todos esos días, o tal vez ver películas con su mejor y unido amigo, pero todos estos planes quedaron en el olvido cuando se encontró a su madre en la casa, ella a esa hora debería estar en su trabajo. 

—¿mamá que haces aquí tan temprano? —Preguntó la joven viendo a su madre caminar de un lado para otro. Parecía estar buscando algo. 

—Hayley, que bueno que llegaste hija, de casualidad ¿has visto mis pendientes de oro con cristales azules?... llevo un buen rato buscándolos y no logro encontrarlos 

Fue entonces que la pelirosa vio a su madre bastante elegante, con un vestido de lentejuelas doradas, unos tacones del mismo color bastante altos, unos risos en su cabellos con un tocado de flores, y un maquillajes sumamente bonito. Era más que claro que estaba ahí  porque tenía planes con alguien, y ese alguien era ese hombre. 

—mamá ¿a donde vas? —Se ánimo a prestar la joven ignorando su pregunta. Su madre con algo de estrés siguió buscando sus pendientes sin prestarle mucha atención a su hija. Hasta que en un cajón de un pequeño mueble de la sala de estar los encontró y se los colocó. 

—mejor dicho vamos... ambas iremos a una comida en un restaurante lujoso... quiero presentarme a alguien ahí...—《así que al fin me presentará a su pareja》 pensó Hayley— date prisa, te dejé un vestido nuevo en tu cama. Vístete rápido que nos vamos en media hora 

La joven se limitó a preguntar más y solamente obedeció. Subió a su habitación y efectivamente como su madre lo había dicho, había un muy bonito vestido en su cama. Éste era de un color azul muy bonito, de tela fina y brillante.
A decir verdad parecía costoso, no sabía cuándo su madre se lo había comprado, y además no parecía ser la clase de preda que ella le compraría, pues siempre terminaba comprándole lo opuesto a lo que le gustaba a Hayley. 

Sin más retrasos, la joven se lo colocó y se soltó el cabello. Se puso un poco de base en su rostro, mascarilla de pestañas, delineador y un labial rosa muy sutil y natural, para al final ponerse unas sandalias de tacón pequeño y listones largos que se sujetó por lo largo de su pantorrilla. 

—¡¡YA BAJA HAYLEY!! —escuchó gritar a su madre desde la planta baja. 

La joven de cabellos rosados no le respondió y solamente bajo ya lista. Su madre al verla la observó con profundidad, asegurándose de que se viera bien para la importante reunión. Hayley era un joven muy bonita, pero su autoestima estaba por los suelos debido a las burlas que recibia por ser delgada. Odiaba su cuerpo, odia como le lucía la ropa, odiaba verse en fotografías de cuerpo completo, y odiaba verse en el espejo. Y es que nadie sabía cómo se sentía, cuanta impotencia sentía no verse bien aunque se pusiera el vestido más hermoso del mundo, solo alguien que pasara por su misma situación la comprendería. 

—ya vamonos mamá —señaló la joven, tratando de que su madre dejara de verla buscándole algún defecto en su vestimenta, tal vez no en su vestido porque ella se lo había comprado, pero sabía perfectamente que su madre diría algo, quizás de sus zapatos, quizás de su cabello, o de su maquillaje, y fuera lo que dijese a Hayley le afectaría. 

—te verías mejor con tacones altos, y el cabello más recogido... y Hayley ¡por dios!... no puedes quitarte esa pulsera de listón por un día... si quieres ponte uno de mis brazaletes... 

Y hay estaba de nuevo. Su madre viendo hasta el más mínimo detalle que la hiciera sentir mal y bajar su autoestima aun más. Quizás no lo hacía con mala intención, pero a veces la prelirosa deseaba que su madre supiera lo hirientes y cortantes que podían llegar a ser su palabras. 

—no me gustan los tacones altos mamá —se defendió la joven— y pensé que mi cabello lucía bien, pero si quieres me lo puedo peinar de otra manera... 

—no, ya es tarde... con que te quites esa cosa sucia de la muñeca me conformo... 

Hayley no dijo más y se quito la pequeña pulsera para darle gusto a su madre. Al principio sentía que no se miraba mal, pero ahora, después de escuchar a su madre, sentía todo lo contrario. A veces la familia puede ser la que más te rompe el corazón con su simples pero irientes comentarios.






El restaurante resultó ser mucho más lujoso de lo que la joven imaginaba. Éste se encontraba en el último piso de un edificio, con una hermosa vista a la ciudad. El piso estaba alfombrado, un candelabro gigante de cristales colgaba de en medio del techo, y un sin fin de flores naturales adornaban todo el lugar. 
No solo era demacido elegante, también parecía demaciado costoso. O la pareja de su madre era alguien con dinero, o simplemente era alguien que trataba de dar una buena primera impresión. 

Hayley volteo a ver a su madre y notó que tenía una expresión en el rostro neutral, al parecer ya había estado ahí antes. 

—madam Miracle, el señor Gong Yoo la está esperando en la zona restringida... —señaló uno de los camareros del elegante sitio. 

La madre de la joven solamente asintió y caminó a la ya mencionada zona restringida, la cual se encontraba en un balcón privado donde solo los que la habían reservado tenían acceso. Hayley aún sorprendida de tan hermoso lugar, solamente siguió a su madre por detrás, era un lugar tan grande que sentía que si se separaba de ella se perdería. 

Por fuera del balcón, un hombre más o menos de la edad de su madre se encontraba parado esperando. Éste llevaba un traje demaciado elegante, unos zapatos gucci y un reloj rolex de oro. Al verlas a ambas no dudo en acercarse. 

—Hanna, luces preciosa —habló el hombre, dándole un beso en la mano a la madre de la joven mostrando su caballerosidad. La pelirosa enseguida posó sus ojos en él, notando a primara vista que se trataba de un hombre apuesto y educado. Posteriormente, el hombre concentró de igual manera sus ojos en ella, y con una sonrisa demaciado amigable le extendió la mano— tú debes ser Hayley Miracle... es un placer conocerte, yo soy Gong Yoo 

—el placer es mio señor Gong Yoo —le respondió la joven al instante, estrechando su mano con la de él. 

—no esperemos más, sentemonos en la mesa... mi hijo nos esta esperando, esta muy ansioso por conocerlas 

Ambas siguieron a Gong Yoo y salieron al balcón donde una mesa con cuatro sillas estaba perfectamente arreglada. Hayley aún estaba tan sorprendida por todo que su mirada estaba perdida en los bellos adornos florales, y la costosa losa de cristal y porcelana. Pero todo esto dejó de ser el centro de atención cuando vio frente a su ojos a Jeon Jungkook, con una mirada igual de confundida y sorprendida que la ella. ¿Que demonios estaba haciendo ahí? Una vez más el miedo se apoderó de Hayley al verlo. 

—hijo te presento a Hanna Miracle —señaló el padre de Jeon refiriéndose a la madre de Hayley. Ambos jóvenes se sorprendieron mucho más. 

—es un placer conocerte Jungkook —habló Hanna, extendiendo su mano para estrecharla con la de él. Jungkook aún sorprendido le correspondió enseguida— vaya que eres un muchacho apuesto 

—muchas gracias señora Miracle... el placer es todo mio 

—y ella es su hija Hayley Miracle 

Jungkook la observó con atención en cuanto su padre la mencionó, notando como ella trataba de evitar mirarlo, se le notaba demaciado la incomodida y la sorpresa en el rostro, pero más que eso, el temblor en sus manos delataban su miedo. 

—es un placer... Hayley —le señalo el azabache, dando una pequeña reverencia si saber que más hacer. La joven se la correspondió, y con una muy sutil y lijera voz le respondió. 

—igual... Jungkook 

Al parecer la vida no era nada justa con ella. De todos los hombres que había en el mundo su madre tenia que ser pareja del Jeon Gong Yoo, el padre de Jungkook, el chico que la molestaba todos los días.
En ese lugar, la joven por más que intentaba no podía dejar de sentirse incomoda y con miedo al estar sentada en la misma mesa que su bully, mientras que a él no le importaba al parecer. 

A él sólo le habia tomado unos cuantos minutos adaptarse. Con su gran personalidad, y una amabilidad que para nada mostraba en la escuela, él estaba demacido animado hablando y riendo con Hanna y con su padre acerca de su relación, haciéndoles preguntas como si realmente le importaran, e ignorando completamente el hecho de que su compañera de clases estaba sentada a su lado, la misma compañera a la cual por la mañana había agarrado por la fuerza comiendole el cuello sin su permiso. 

—me sorprende que ambos estudien en el mismo instituto y no me haya dado cuenta —comunicó Hanna, después de escuchar a Jungkook hablar de sus estudios— y por lo que veo están en el mismo grado, ¿como es que no se conocían antes? 

—es una escuela muy grande —musitó la pelirosa con seriedad, antes de que Jungkook pudiera hablar primero— es imposible conocer a cada estudiante... 

—soy un chico popular —atentó el azabache, mostrando su superioridad. Ambos habían mentido con respecto a no conocerse, pero eso no iba a impedir que él la hiciera sentir incomoda con esa mentira— y pertenezco al equipo de baloncesto... me sorprende que no me hayas visto en algún partido Hayley 

La joven enseguida le lanzó una mirada seria, mostrando su descontento ante esas palabras, mientras Jungkook solo sonreía de manera maliciosa y molesta. 

—Hayley no suele ir a esos eventos escolares —puntualizó su madre al ver que ella no respondía— me canso de decirle que vaya pero siempre me dice que hay mucha gente y no le gusta —negó con su cabeza y continuó— a esta edad debería disfrutar y salir, pero en cambio siempre se la pasa en su habitación leyendo o durmiendo 

La joven bajó la mirada completamente incomoda al escuchar a su madre. Se sentía realmente pequeña en esa mesa, como si sobrara, solamente tenía ganas de desaparecer o salir corriendo de ese infierno en donde Jungkook nuevamente resaltaba y hacia lo que le daba la gana. 

—ahora vuelvo... —señaló Hayley. Levantándose de su silla. 

Saliendo del balcón, la joven se dirigió al baño y entró en él, encerrandose en uno de los cubículos. Su vida no podía ser peor, ahora tenía que soportar la relación que su madre tenía con ese hombre, y no es que fuera una mala persona, al contrario, era alguien agradable y educado, pero el problema era Jungkook, eso los relacionaria más que solo compañeros de clases, además de que si la relación de su madre con Gong Yoo iba bien, ahora tendría que toparse de vez en cuando con Jungkook aún después de graduarse, y eso era algo que realmente no quería. 

Por unos minutos la joven se quedó ahí tratando de calmarse. Intentando encontrar el lado positivo de la situación, aunque perfectamente sabía que no lo había. Cuando sintio la calma, lavó sus manos y salió del baño, pero se detuvo en seco al ver a Jungkook esperándola afuera. 

Hayley sintió su sangre bajar hasta sus pies y su cuerpo temblar al verlo, pero reprimiendo esos sentimientos decidió seguir su camino ignorando completamente la presencia del muchacho. 

—no vas a decir nada ramita —habló el muchacho al notar su indiferencia. Obviamente no iba a dejar que ella lo ignorará— vas a seguir fingiendo que todo esta bien en esa mesa y que yo no te hago la vida imposible en la escuela... de verdad vas a seguir fingiendo que no nos conocemos y que la relación que mantienen nuestros padres en maravillosa... porque no simplemente hablas y les mencionas todo lo que te e hecho, así mandas todo a la mierda de una vez 

—yo no voy a interponerme en la vida amorosa de mi madre —le respondió ella sin mirarlo— después de todo eso no nos hace familia... tú y yo seguiremos siendo solamente compañeros de clase, y además no creo que dejes de molestarme aunque se los diga 

—solo trato de que tu vida sea menos misareble... ¿o quieres que realmente terminemos siendo hermanastros? 

— que nuestros padres tengan una relación no nos hace hermanastros 

—tal vez si... eso tú no lo sabes —señaló el azabache con una sonrisa— a mi parecer tu madre no te había dicho nada de su relación hasta el día hoy... pero yo lo sé todo, mi padre me lo cuenta todo y conozco bien desde cuando salen y sus planes futuros... 

—¿a..a que te refieres con eso? 

Jungkook solo sonrió con malicia, y levantó sus hombros a manera de respuesta. 

—yo solo te advierto que esta es tu única oportunidad de que mandes todo a la mierda, si no lo haces puede que te arrepientas después... 

Hayley quería indagar más sobre lo que Jungkook le estaba diciendo, pero era más que evidente que él no le diría nada, además de que tal vez sólo lo decía para molestar. Volviendo a ignorarlo, la pelirosa se alejó de ahí y volvió a al balcón, pocos minutos después Jungkook también regreso. 

—bueno, ahora que regresaron... me gustaría hablar sobre el tema por el cual nos reunimos —habló Gong Yoo demaciado serio, lanzándole una mirada de complicidad a Hanna para después tomar su mano y entrelazarla con la suya— Hanna y yo hemos estado saliendo por un tiempo y hemos decidido formalizar...bueno... en otras palabras... vamos a casarnos... 

Jungkook no tardo en reaccionar y enseguida se levantó de su silla mostrando una felicidad exagerada, y con una sonrisa arrogante de "te lo dije" volteo a ver a Hayley, quien estaba completamente perdida analizando todo en su cabeza. 

—¡felicidades! —Celebró el azabache dando pequeños aplausos— me siento muy contento por ustedes, hacen una pareja maravillosa 

Hayley no podía hacer nada más que observar. Apenas su madre había decidido presentarle a su pareja y al mismo tiempo le daba la noticia de que sería su padrastro y Jungkook su hermanastro. En definitiva no podía con todas esas repentinas y sorpresivas noticias, de alguna manera quería que todo fuera un mal sueño y despertar. 

—¿que te parece la noticia Hayley? —Preguntó su madre al verla tan seria. La pelirosa parpadeo un par de veces y sonrió levemente, casi notándose su amargura. 

—es una buena noticia —soltó— felicidades 

Hayley no hizo ni dijo nada más, porque en realidad no sabía que más decir o como actuar, estaba en una posición que no parecía real por cualquier lado que la mirara, realmente no podía creer todo lo que estaba pasando, ni siquiera sabía como se sentía, todas sus emociones habían entrado en un estado de remolino, revueltas dando vueltas sin tener ninguna que dominará su cuerpo. 

Cuando la cena terminó, se mantuvo a distancia mientras su madre se despedía muy cariñosa de Jeon Gong Yoo. Al momento en que ella tuvo que despedirse, solamente estrecho su mano con la de ese hombre y a Jungkook le hizo una reverencia. Después de lo que había pasado en la mañana aún tenía miedo de tocarlo o acercarse demaciado, además de que todo lo que había pasado en ese lugar aún era bastante extraño y confuso. 

—Lusius las llevará a su casa —indicó el padre de Jungkook señalando a uno de sus empleados— por favor avísame cuando lleguen a casa 

—claro cariño —respondió Hanna, para luego darle un corto beso en los labios y entrar al auto donde Hayley esperaba sentada. 

Todo el camino se mantuvo en silencio observando por la ventana de vehículo. Ya había oscurecido, así que las luces de los locales y las farolas la mantuvieron distraída en todo ese tiempo, y es que aún parecía irreal.
Cuando ambas llegaron a casa, Hayley entró lo más rápido que pudo evitando a su madre, pero ella enseguida la alcanzó, mostrándose alegre y positiva, sin siquiera notar que su hija estaba en un bote en medio del mar a punto de hundirse y ahogarse. 

—Gong Yoo es un hombre muy educado ¿no crees hija? 

— si lo es... estaré en mi habitación —respondió con fríaldad, y a paso rápido caminó a las escaleras y comenzó a subirlas, pero de nuevo la voz de su madre la detuvo. 

—¿y que te pareció Jungkook?... es un jovencito muy apuesto, será un poco peligroso para ti vivir en la misma casa que un muchacho tan guapo 

—¿eh?... —bajando las escaleras que ya había subido, Hayley se paró frente a su madre con una mirada seria y confundía, mirándola atentamente claramente esperando una respuesta— ¿que dijiste?... ¿a que te refieres con vivir en la misma casa?... 

—acaso no es obvio Hayley... nos mudaremos a la casa de los Jeon... ahora que nos cansaremos viviremos juntos como familia 

Y esa fue la gota que derramó el vaso, o más bien, una tina completa. Hayley ya no podía más. 

—¿como familia? ¿Lo dices en serio mamá? —Indagó—... yo no quiero... recién acabo de enterarme que estabas en una relación que me ocultarte, y me revelaste solo porque te vas a casar... y ahora de la nada quieres que me mude contigo a una nueva casa con un hombre que no conozco en lo absoluto y su hijo arrogante, egolatra, y que se cree superior que todo mundo... 

Todos tienen un limite, y estaba claro que Hayley había llegado al suyo. Todas esas noticias no podían ser procesadas en su cabeza de una buena manera, y no solo eso, todo ese peso de su vida mediocre había explotado dentro de ella. Su vida ya era demacido mala como para ahora tener que soportar a su bully las 24 horas del días, tener que mudarse a una casa lejos de su vecindario donde tenia su único amigo, tener que convivir con un hombre que no conocía y llamarlo padrastro. 

—¿de que hablas Hayley? —Indagó su madre al ver la frustración de su hija. En la comida se había comportado seria, pero no le había parecido extraño porque normalmente esa era su personalidad. Ahora al verla así, estaba más que claro que la noticia de su compromiso con Gong Yoo no le agrada— creí que estarías feliz por mí, así como lo estuviste por tu padre cuando te habló de su noviazgo 

—no me hagas ver como si fuera la mala —soltó la muchacha a punto de llorar— me duele tanto que me lo ocultaras, no tuviste la confianza para decírmelo como lo hizo papá 

—hija... Las cosas se fueron dando y todo fue muy rápido —Hanna tomó el rostro de hija y le limpio las lágrimas— jamás quice ocultarte nada, pero tenía miedo de presentarte a alguien y que al final no pasara nada, ahora solo te pido que intentes conocerlo ya que viviremos todos juntos, y antes de hablar de esa manera de Jungkook, por favor date la oportunidad de conocerlo... haslo por mí, hija... realmente quiero pasar la vida que me queda al lado de Gong Yoo 

—no lo sé mamá, todo es demacido repentino... 

—te prometo una cosa... si no logras adaptarte a esta nueva vida, yo te prometo... que te dejaré ir a vivir con tu padre después de la graduación... 

—de acuerdo 







 



#19787 en Novela romántica

En el texto hay: dolo, amor, odio

Editado: 10.07.2022

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