Mi Bully

O C H O

De repente todo había dado un giró de noventa grados. Jungkook, por alguna razón había llegado a la habitación de Hayley de repente, tratando de ser amistoso con Jin, cosa que había funcionado, pues ahora ambos muchachos se encontraban hablando muy cómodamente de temas que solo ellos entendían. 

Hayley no comprendía cual era la razón por la que Jungkook había hecho eso, a donde quería llegar. Él lo tenía todo en la vida, ya tenia muchos amigos, y ahora al parecer le quería quitar a ella hasta su único amigo. 

Casi toda, o más bien toda la tarde Jungkook se la había pasado ahi metido en su habitación haciendo el mal tercio, sin dejar estar a ambos amigos solos como solían estarlo siempre. A Jin no le importaba, era un joven sociable, le gustaba mucho convenzan y conocer gente nueva, pero lo que no sabía era que ese chico con el que se sentía tan cómodo hablando, era el mismo que molestaba y le hacía la vida imposible en el colegio a su mejor amiga. Si supiera, definitivamente no dudaría en dejarle un ojo morado y un labio partido. 

Al rededor de las 7:00pm cuando el cielo estaba comenzando a oscurecerse, Jin se despidió de Hayley con un beso en la frente, de un apretón de manos de Jungkook y luego se fue en su motocicleta. 
Hayley lo observó irse y hasta que desapareció entre las calles entró a la casa. Detrás de ella Jungkook se encontraba parado con los brazos cruzados y una mirada penetrante. La joven ignorandolo completamente, caminó por un lado de él sin siquiera mirarlo. 

—es un buen tipo —soltó de repente el azabache cuando Hayley se paso de largo con indiferencia. 

Ella detuvo su camino y se giró para ver a Jungkook aún con su vista en ella. Hayley con una mirada algo fría y molesta lo observó. Odiaba tanto a Jungkook, entre más pasaban los días más lo detestaba, y a la misma vez la joven estaba llegando a su límite de paciencia, por lo que ya no podía quedarse callada ante la actitud del pelinegro. 

—¿a donde quieres llegar con todo esto? —Le preguntó ella con enojo. Jungkook no hizo más que seguir observándola— me tratas como basura en la escuela, me haces la vida imposible desde que llegué aquí, y ahora me quieres quitar al único amigo que tengo... ¿es enserió Jungkook?... que tan miserable quieres que sea para que tú te sientas complacido 

—tú amigo realmente me agrado... —soltó el azabache con calma, como si no hubiera escuchado lo que Hayley le acababa de decir. La joven frunció el entrecejo ante su respuesta. 

—pues quiero que te alejes de él... Jin es lo único seguro que tengo en la vida... el es mío... es mi mejor amigo... puedes arruinar el resto de mi vida como se te plazca pero a él no me lo vas a quitar 

—¿a sí?... ¿tanto lo quieres eh? —El joven de cabellos negros, poco a poco se acercó a la muchacha hasta que logró acorralarla. No se atrevió a tocarla, pero estaba demaciado cerca como para sentir su fresco aliento mentolado salir de su boca— creo que ya te había dicho que si quieres algo de mí, tú también me tienes que dar algo Hayley 

—¿y ahora que quieres? —Le preguntó la joven ya fastidiada. Sus jueguitos se estaban volviendo tan repetitivos que ya no le sorprendían ni la asuntaban. Jungkook al verla tan calmada se mordió los labios y luego sonrió sinicamente. 

—sexo —soltó sin tabúes ni titubeos— ¿quieres tener sexo conmigo?... si no lo haz tenido yo te enseño paso a paso, te puedo decir donde tocarme para complacerme, y donde yo tocarte para que te sientas en el cielo... ¿quieres? Y te llevo ahora mismo a mi habitación... 

—ya déjate de idioteces... —la muchacha lo empujó con fuerza y luego se alejó de él— esto lo digo enserió Jeon... aléjate de Jin... yo si tengo personas que amo y me importan, no como tú 

Completamente molesta, la joven se dio media vuelta y se dirigió a su habitación, dejando a Jungkook con la palabra en la boca. Le costaba un poco creer que la chica temerosa y callada le estuviera hablando de esa manera, definitivamente estaba perdiendo el control sobre ella y eso no le gustaba, pero sobretodo, no le gustaba para nada la manera en la cual hablaba de su amigo, ella siempre era tan fría e indiferente con casi todo el mundo, pero al parecer con ese muchacho no, ¿acaso le gustaba? Quizás su relación si iba más allá de la amistad y no lo admitían. 

Completamente enojado, casi echando humos por sus orejas, se fue a su habitación después de Hayley y se encerró dando un fuerte portazo. Ni siquiera el mismo sabía porque estaba tan furioso, pero lo estaba. 

Cuando la hora de la cena llegó, él ni siquiera bajo al comedor. Pidió que le llevaran su cena a su habitación, pues no quería ver a Hayley, ni a nadie más, pero sobre todo a ella. Realmente estaba cabreado esta vez, tanto que casi no pudo dormir en toda la noche.



...


A la mañana siguiente, en su rostro se notaba una clara falta de sueño en cuanto lo mirabas. Sus ojos tenían unas oscuras y pronunciadas ojeras, además de tener un cabello despeinado debido a no poder peinarlo por falta de tiempo. 
Con rapidez se colocó su uniforme y bajo las escaleras a paso veloz hacia el comedor. Ahí Hayley ya se encontraba desayunando tranquilamente junto con su madre y Gong Yoo, quienes no tardaron en notar lo terrible que lucía Jungkook esa mañana. 

—te desvelaste viendo películas de los avengers ¿o porque esa cara de cansancio? —Le preguntó su padre tomando de su taza de café como solía hacerlo todas las mañanas. 

Jungkook solo se giró a observar a Hayley sentada en su habitual lugar, viéndola comiendo cereal mientras lo ignoraba, cosa que lo molesto. 

—me quede haciendo una tarea importante —declaro el azabache luego de unos segundos. Su atención aún se mantenía sobre Hayley deseando una mínima mirada de ella, pero al parecer no la iba a obtener. 

—toma asiento y come algo Jungkook —le señaló Hanna sentada al lado de su futuro esposo— si te das prisa alcazaras a desayunar 

—no gracias... no tengo hambre, comeré algo en la escuela... 

—entonces váyanse ya... el auto ya esta afuera listo para llevarlos... 

Hayley tomó su tazón ya vacío y lo llevó al fregadero, luego tomó sus cosas, se despidió de su madre al igual que de Gong Yoo y sin más salió de la casa. 
Jungkook quién se había quedado mirando cada moviendo de ella, la siguió, sin siquiera darse cuenta que parecía un cachorro siguiendo a su dueña. 

—¡buenos días señorita Hayley! —La saludo el chófer con alegría, pues la joven realmente le agradaba y se sentía feliz de ser su empleado. 
La muchacha regalándole una despampanante sonrisa lo saludo con un -buenos días- y una pequeña reverencia. Luego el hombre prosiguió abriendo la puerta para que la joven entrará y ella enseguida lo hizo. 

Jungkook quien aún se mantenía atrás, observó todo con detalle, sintiéndose ignorado. En definitiva estaba perdiendo el control de su "reino", y todo por una chica de cabello rosa con mejillas carmesí. 

—puede darse prisa... ya vamos tarde —ordenó el azabache con autoridad para recuperar su puesto, consiguiendo que el hombre lo mirara y le prestrara su atencion al fin. 

—por supuesto joven Jeon... entre y nos iremos de inmediato —le señaló. 

Jungkook mostrándose molesto, entró al auto dando un fuerte portazo para liberar un poco su ira. Hayley sentada junto a él pareció no importarle ni en lo más mínimo su comportamiento, es más, era como si él no estuviera ahí a su lado, y así siguió todo el camino, ignorado por Hayley, complenamente ignorado. 

Dos calles antes de llegar al colegio, Hayley le pidió al chófer detenerse, luego se despidió de él y salió del vehículo para continuar con su camino a pie. Después de lo sucedido el día anterior ella prefería bajarse del auto unas calles antes de llegar, después de todo si no lo hacía Jungkook la obligaría a hacerlo. Además era verdad que a ella tampoco le gustaría que la vieran llegar con él. La mirarían como una completa tonta al aceptar subirse al auto de su principal bully. 

Cuando llego al colegio, vio como esa bola de adolescentes se encontraban como hormigas en un hormiguero con azúcar. Normalmente le gustaba llegar temprano para no tener que soportar la terrible estampida a la hora del toque, pero era evidente que esa mañana se le había hecho tarde gracias a Jungkook, el cual muy probablemente ya se encontraba cómodamente en el aula sentado en su pupitre sin ninguna preocupación. 

La joven deciso de su mente la imagen del pelinegro y simplemente entró por las puertas del colegio. No tardó ni dos segundos cuando se arrepintió de hacerlo, pues a su alrededor la mayoría de miradas estaban sobre ella como si fuera culpable de algún delito 《por qué me están mirando? ¿Tengo algo en la cara?》Se preguntó en sus adentros, sintiendo demaciada inseguridad y pánico al ser observada. 

《Tal vez sólo está en tú imaginación, sigue tu camino como si nada pasara》 Se dijo a sí misma caminando por los pasillos con pasos torpes y veloces, pues era más que claro que la estaban observando. 

Cuando llegó a su casillero, oculto su cabeza con la puerta de éste, deseando poder hacerse pequeña para entrar en él y encerrarse, pero como no era posible solamente hundió su cabeza en él esperando a que sonará la campana y todos se dispersaran, pero entonces sintió como una mano le tocaba el hombro llamando su atención. 

—¿tú eres Hayley Miracle? —La pelirosa sacó su cabeza de la cueva de metal y vio a la chica que le hablaba detrás suyo. Nunca la había visto en su vida, no tenía idea de quién era y de cómo sabía su nombre, pero aún así decidió reponder. 

—sí, soy Hayley... ¿se te ofrece algo? 

—no, nada —la chica negó con su cabeza al mismo tiempo que respondió— solo quería preguntarte ¿en donde estudia tu novio?... ¿crees que pueda presentarme a alguno de sus amigos? 

Hayley al instante mostró un rostro confundido. De un movimiento cerró su casillero y volvió a observar a la chica. 

—perdón pero creo que me confundes con otra persona 

—no no, acabas de decirme que eres Hayley, la joven que se fue ayer en una motocicleta con un muchacho verdaderamente atractivo... él es tu novio ¿no?... todas dicen que es tu novio 

—no, él es solo mi amigo 

—¿solo tú amigo?... no pareció que fuera solo un amigo 

—es la verdad, él solo es mi amigo —en ese momento sonó la campana, indicando a todos el inicio de las clases. Hayley agradeció mentalmente pues deseaba zafarse de esa situación tan incomoda. No le gustaba hablar con la gente, no era buena para eso, y mucho menos con personas que no conocía— me tengo que ir a mi clase... 

Y dejando a la joven ahí se fue a pasos extremadamente rápidos a su clase, huyendo de esa situación. En cuanto entró al aula, en seguida las miradas de todas las chicas la atacaron. Nadie dijo nada, solo la siguieron con la mirada hasta que se sentó en su pupitre, incluso Jungkook, el cual sabía perfectamente que Hayley era el centro de atención debido a Jin, cosa que no le gustaba y lo tenía molesto.
A Hayley de igual manera le molestaba esa situación, aunque de manera difente. Ella no estaba acostumbrada a ser el centro de atención, y es que normalmente era invisible para todos, solo sus bullys eras los que le prestaban atención al molestarla. 

Cuando la hora del almuerzo llegó la joven se dirigió a la cafetería por su comida, luego se sentó sola en una de las mesas como todos los días, pero no pasó ni un minuto cuando un par de chicas se acercaron a ella tomando asiento, después dos más y dos más siguieron, y así paso hasta que la mesa se lleno rodeandose de puras chicas desconocidas que no paraban de preguntarle sobre Jin. 

Era verdaderamente incómodo estar ahí, así que Hayley enseguida buscó la manera de safarse de esa situación. Dejando ahí su comida, la joven se levantó y salió de la cafetería con la excusa de que iría al baño, pero no, ella no pensaba regresar. 
Mientras caminaba por los pasillos, las miradas de nuevo la asecharon, al igual que los murmullos. 

Su incomodidad ante eso la hizo huir al lugar más apartado y solitario del colegio; la azotea. 
Nadie nunca se atrevía a ir ahí porque estaba prohibido, pero Hayley a pesar de leer (no abrir) fuera de la puerta, decidió salir. 

Al instante una brisa refrescante ondeo su cabello rosados de un lado para el otro.
Era un día hermoso, el cielo estaba verdaderamente azul, y a tal altura se podía apreciar aún más la belleza del día, del viento, y de la paz. 

Dando algunos pasos la joven se acercó a la barandilla de concreto y recargo sus brazos en ella para ver hacia abajo. Desde ahí se podía ver casi toda la escuela, los alumnos parecían pequeñas hormigas y detalladamente se veía que hacían. Hayley sintió tanta calma y tranquilidad en ese lugar que por un momento olvido la razón por la cual se encontraba ahí, incluso ni siquiera se percató cuando alguien igualmente a ella había subido a la azotea. 

—es divertido espiar a los de más ¿no crees?... 

La pelirosa dio un pequeño salto al escuchar la profunda y roca voz de alguien a sus espaldas. Al instante se dio media vuelta para observar a la persona, sorprendiendose al ver al mismo chico del día anterior, el que la había ayudado a recuperar su ropa, el que la había salvado. 

—yo... yo no... no estaba espiando —tartamudio. No podía salir su voz al ver la profunda mirada de ese muchacho sobre ella. Lo único que quería hacer era salir corriendo por la puerta y huir a otro lugar de nuevo. Pero él se encontraba recargado en la puerta con los brazos cruzados impidiéndole salir. 

Sin ella darse cuenta, él muchacho de igual manera la estaba observando detalladamente de pies a cabeza. Parecía que no pero la había reconocido al instante, sabía que era la joven a la cual había ayudado el día anterior. 

—si no viniste a eso ¿entonces que hacer aquí? —Indagó. Ella no lo sabía pero ese lugar era su escondite. Él solía permanecer en ese lugar cuando se saltaba las clases o simplemente deseaba escapar, jamás se había topado con nadie ahí hasta el día de hoy y le daba curiosidad saber cual era la razón. 

Hayley por su lado pensó un poco en que responder antes de hablar, luego desbio su mirada al piso y comenzó a jugar con sus manos mostrando su nerviosismo. 

—solo quería estar sola —confesó con una sutil y frágil voz completamente nerviosa— si... si te molesto me iré... no le diré a nadie que estuviste aquí 

—puedes quedarte si quieres... no me molesta que estés aquí Hayley... 

《Hayley》 recordaba su nombre y por ende la recordaba a ella. Su nombre siendo mencionado por él la hizo ruborizarse y sentir un cosquilleo en su interior. En su mente se repitió una y otra vez como un eco infinito que la hizo sonreír.
Yoongi sin darle demaciado importancia al asunto se acercó a donde estaba la pelirosa y se posó a un lado de ella recargando su espalda en el barandal. 

La joven decidió quedarse y mantenerse callada para no molestar ni interrumpir al muchacho que seguramente había escapado del caos. Así que se dio media buena y volvió a observar el paisaje de abajo, pero una vez más el muchacho habló. 

—¿quieres uno? 

Hayley giró su cabeza para ver que era lo que el joven le ofrecía, viendo una cajetilla de cigarrillos a la mitad entre sus manos y uno más posado en su boca. 

—eso esta prohibido aquí —le señaló la muchacha al verlo. Suga al escucharla sonrió de lado con el cigarrillo aún en su boca, sacando a su vez una pequeña carcajada. 

—dime algo que no sepa... ¿por qué crees que lo hago aquí arriba? —Respondió, prosiguiendo a sacar un ensendedor de su bolsillo para encender su cigarrillo. 

Hayley se dedicó a observalo detalladamente mientras él cubría la punta del cigarro con sus manos para evitar que el viento apagara la flama del encendedor. Luego cuando estuvo prendido inhalo profundamente de éste, y unos segundos después saco todo el humo por su boca. 

—también es malo para tu salud Yoongi... tus pulmones se dañaran 

《Yoongi》 repitió él en su mente. Así que ella también lo había reconocido. Sacando el cigarrillo de su boca el pálido volvió a sonreír al escuchar su nombre salir de la boca de Hayley, pero no hizo más que mirarla por un par de segundos antes de hablar. 

—cuando quiera lo puedo dejar, no soy un tipo que se obsesiona o se vuelve adicto a algo... te aseguro que en un par de meses me aburrirá esta cosa y la dejaré de consumir 

《¿y por qué no lo dejas ahora?》 Esa pregunta se quedó en la boca de Hayley ya que no se atrevió a decirla. No conocía absolutamente nada de él como para aconsejarle que dejara de fumar. 

Yoongi parecía ser un chico rebelde, frío y solitario a primera vista, y quizás si lo era, eso Hayley no lo sabía porque no lo conocía, pero estando ahí con él se sentía cómoda. Él soltaba una brillante luz de alegría cada vez que hablaba. Sus ojos brillantes y profundos intimidaban a la muchacha cada vez él la miraba, y cada vez que reía o simplemente sonreía, Hayley no podía evitar hacerlo también. 

Por su lado, Yoongi siempre iba a ese lugar cuando quería estar lejos de los demás. Era verdad que le gustaba ser solitario, tenía amigos, era alguien popular pero no era algo que le importara, prefería por mucho estar solo que acompañado. Pero ese día, estando ahí con ella, se sentía bien. 

—esas chicas de ayer... ¿te molestan por qué...? —Indagó el muchacho entré la platica. Hayley siguió con su vista al frente sin voltear a ver a Yoongi. Para ser sincera ese tema le daba pena. 

—lo mismo me pregunto yo... —respondió luego de unos segundos— yo nunca les he hecho nada... 

—conozco bien a esas chicas, y para ser sincero no me extraña que hagan ese tipo de cosas... siempre las deteste... odio a ese tipo de gente... 

—bueno... supongo que hacen esa cosas para sentirse mejor consigo misma 

—parece que te lo tomas muy a la ligera 

—ya estoy acostumbrada... además pronto llegará la graduación y no volveré a verlas 

—eres fuerte Hayley... me agradan las personas así 

La joven no supo que reponder y solamente le sonrió. Nunca se había sentido tan cómoda con alguien, era evidente que ella no era buena para conversar ni socializar, pero con él era como estar con Jin. 

Como era evidente, el tiempo pasó volando y cuando menos lo esperaron la campana que daba el fin del receso sonó. Hayley rápidamente reaccionó y se alejó del barandal para ir a la puerta, pero se detuvo a la mitad al ver que Yoongi seguía ahí sin querer marcharse. 

—¿no vienes? —Le preguntó ella. El pálido giró su cabeza y la observó mostrando desagrado. 

—por supuesto que no... ¿sabias que el sistema educativo es una mierda? 

La joven solamente sonrió al escucharlo como si de un chiste se tratase, aunque por supuesto que él tenía la razón, pero Hayley no se podía dar el lujo de saltarse clases o Jungkook podría delatarla. 

—entonces nos vemos luego... —le señaló la joven aún con una sonrisa radiante. Yoongi igualmente le sonrió y luego volvió a dirigir su mirada hacia el barandal, notando como el resto de alumnos se dirigían a clases. 

—claro... ya sabes que estaré aquí... —respondió sin más. 

La joven entonces se dio media vuelta y entró a la escuela. Se sentía feliz por esos 30 minutos que había pasado con Yoongi. Quizás había sido poco tiempo, pero para ambos había sido lo suficiente como para volver a querer convenzar otra vez. En definitiva, Hayley volvería a esa azotea pronto. 



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#19784 en Novela romántica

En el texto hay: dolo, amor, odio

Editado: 10.07.2022

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