Mi Bully

N U E V E

—mamá odio el rosa y lo sabes... 

—hija tu cabello es rosa 

—si pero en mi cabello se ve bonito, en mi ropa no... 

Hayley se encontraba sobre una pequeña tarima de madera, rodeada de espejos en una elegante boutique en el centro de Seúl. Su madre ya llevaba organizando la boda desde varias semanas atrás, y así como Jungkook iba a ser el padrino de Gong Yoo, Hayley iba a ser la dama de honor de su madre, la cual le había mandado a hacer un vestido de tul sumamente grande color rosa. 

El armario de Hayley no era un lugar que guardaba elegancia, feminidad y tonos coloridos. No, su armario era todo lo contrario a eso, lleno de sudaderas grandes, poleras talla XL y pantalones deportivos y de franela enormes, con colores que se limitaban a blanco, gris y negro. Claro que tenía una que otra prenda bonita y femenina, pero eran contadas. 

La joven se recorrió con la mirada en el espejo mientras la mujer que le había confeccionado el vestido se lo ajustaba. Era un vestido hermoso, con unos olanes de tul que le llegaban unos dedos arribas de la rodilla, y por detrás una cola larga igualmente de tul le arrastraba. En la parte de adelante un corsé le apretaba demaciado su pequeña cintura, y un ligero olan pasaba por sus hombros. A decir verdad no le parecía nada feo ese vestido, pero lo que le daba conflicto era el color, ya que parecía un gigantesco y muy rosado algodón de azúcar. 

—mamá... es un vestido muy bonito, pero ¿no te parece demaciado?... eres tú la que tiene que sobresalir y no yo 

—soy la novia y tú mi hija, por lo tanto tienes que sobresaltar tanto como yo... además Jungkook seguramente lucirá muy apuesto y tú tienes que estar a su altura... 

—por qué siempre tienes que mencionar a Jungkook... a mí no me importa nada de él... 

—ay hija ¿por qué eres así? Es tu hermanastro, y es un buen muchacho y muy guapo... deberías estar agradecida de poder convivir diariamente con un joven tan guapo como él... 

—pues a mí no me parece guapo... y no me agrada 

—pues más te vale que hoy cambies esa actitud tan fea... porqué es su cumpleaños y le vamos a llevar un pastel de nuestra parte... 

Hayley sabía bien que ese día era el cumpleaños del más joven de los Jeon, ya que él se había tomado la molestia de estarlo repitiendo casi toda la semana. Pero a pesar de todo eso era algo que a ella no le importaba, no tenía pensado felicitarlo ni darle un regalo, y mucho menos ser parte de la fiesta que tendría ese mismo día por la tarde noche. 

Además, Jungkook ya le había dejado en claro que no la quería ver ahí mientras sus amigos estuvieran en su casa, pues no quería que se enterarán de que vivían juntos y pronto se convertirian en hermanastros. Claro que esa advertencia sobraba, ya que Hayley tampoco quería que los demás se enteraran. 

Cuando terminaron de ajustar su vestido, ella y su madre salieron de la boutique y se dirigieron a la pastelería más cercana. Hanna ya tenia apartado un pastel de chocolate con fresas para el pelinegro, el cual tenía escrito "feliz cumpleaños Jungkook" en letras doradas, además de que también le tenía un regalo ya preparado; un costoso perfume fortment signature envuelto en un papel color café con un enorme moño rojo. 

No es que Hayley fuera egoísta o celosa, pero le causaba un poco de nostalgia ver como su madre se había empeñado tanto por el pastel y regalo de Jungkook, y en ella no, ni siquiera recordaba cuando había sido la última vez que le había dado un obsequio de cumpleaños. 

—¿tú crees que le guste el chocolate? No le pregunté que sabor prefería más... —habló Hanna dentro del auto de los Jeon con el pastel entre sus manos. 

Hayley mantenía su vista en la ventana, y a pensar de que no le importaba nada de lo que se hablase de Jungkook, decidió responderle a su mamá al verla tan animada. 

—a todos les gusta el chocolate... seguramente le va a gustar, si no será un malagradesido 

Hanna no dijo nada ya que su vista se había concentrado en su teléfono móvil. Una vez que su madre concentraba su mirada en la pantalla de ese aparato, todo a su alrededor desaparecía. 

Al llegar a la casa, dentro había un caos con los empleados preparando todo para la dichosa fiesta. Jungkook muy autoritario le indicaba a cada persona lo que quería, con una actitud verdaderas desagradable, pero para los empleados eso era algo normal, ya estaban acostumbrados a ser tratados de esa manera. 
Hanna al verlo, se acercó hasta él con el pastel en la mano cantando con una voz suave la típica canción de feliz cumpleaños, mientras tanto Hayley se mantenía atrás con las manos cruzadas sin darle importancia. 

Al escucharlo, Jungkook se giró enseguida notando a amabas mujeres detrás suyo, y con una muy grande sonrisa se acercó hasta ellas. 

—sopla las velas Jungkook —le indicó Hanna con una sonrisa. El azabache en seguida le hizo caso y soplo para apagar el fuego. 

—muchas gracias Hanna... 

—no es nada Jungkook... déjame darte un abrazo 

Hanna con cariño abrazo al joven con fuerza. Jungkook le correspondió el abrazo, concentrando su mirada en Hayley, esperando a que ella también lo mirara pero no fue así. 
Al soltarse del abrazo, Hanna puso su vista en su hija, notando su rostro serio y malhumorado, algo que le molesto. 

—Hayley... ¿no piensas darle un abrazo a Jungkook?... es su cumpleaños, no seas grosera 

La muchacha de cabellera rosa rodó los ojos y se acercó a Jungkook de mala gana. Él con una muy grande sonrisa de satisfacción extendió sus brazos y la acercó a su cuerpo, abrazándola con fuerza, enrollando sus fuertes brazos en la pequeña cintura de la joven, algo que realmente disfrutaba. 

—espero que te quedes en tu habitación hasta que la fiesta termine... —le susurró en el oído Jungkook, aun sujetándola como fuerza por la cintura. 

—no tienes que estarlo repitiendo... —le respondió ella casi al instante, empujando el cuerpo de él para que la soltara. 

Jungkook enseguida lo hizo, tratando de que Hanna no notará la mala relación que había entre ambos, aunque para ella ya era evidente, pues su hija se encargaba de decírselo cada vez que tenia la oportunidad. 

—yo me voy a mi habitación, tengo mucha tarea que hacer... diviértete en tu fiesta Jungkook... 

Hanna vio a su hija irse de ahí sin más, queriendo decirle algo sobre su actitud pero no lo hizo, después de todo seguiría así sin importar cuanto la reprendiera. 
Jungkook de igual manera solo vio a la pelirosa subir las escaleras y perderse entre el pasillo. Hanna notó como Jungkook la veía irse, con una mirada que no supo descifrar en su totalidad, pero se sintió mal por él. 

—perdonala Jungkook, este cambio de vida aún la tiene de mal humor... no te tomes personal su actitud... estoy segura que pronto podrán llevarse bien 

—no se preocupe... no voy a presionarla... después de todo ambos estamos igual, esto es nuevo para los dos... 

Y era verdad, en ese momento Jungkook no estaba mintiendo ni tratando de agradarle más a Hanna, esas palabras que había dicho definitivamente le habían salido del corazón, sintiéndose impotente ante el rechazo que siempre recibia por parte de Hayley, aunque perfectamente sabía que se lo tenía bien merecido, incluso más, pero en el fondo tenía ganas de que se pudieran llevar bien, más que bien, aunque su ego y narcisismo no le permitian dejar de molestarla. Era algo involuntario. Como respirar. 

Por su lado, Hayley pensaba exactamente todo lo contrario a Jungkook. Ella no tenía pensado llevarse bien con él a pesar de vivir en la misma casa, tampoco tenía pensado considerarlo su hermano o un amigo, su odio hacia él era demaciado grande como para poder intentar llevarse bien, y es que ¿quien podría perdonar a su bulleador? Pasara lo que pasara Hayley jamás podría perdonar todo el daño que Jungkook le había causado. 


...


En su habitación, Hayley se mantuvo estudiando y terminando sus tareas por un largo rato, luego cuando terminó se puso a leer ese manga japonés que tanto amaba, sintiéndose completamente cómoda y tranquila, a pesar de escuchar el bullicio de la fiesta en la parte de abajo de su casa. 
La música, el parloteo, y el olor a comida invadía el aire de la casa, pero a pesar eso a ella no le interesaba en lo más mínimo bajar, ni mucho menos saber quienes estaban presentes. 

Aunque, una persona de su interés estaba ahí; Min Yoongi, había sido invitado por Jungkook ya que eran bastante cercanos. No compartían clases juntos, pero se conocían debido al equipo de baloncesto. 

—¿tienes un cigarrillo? —Preguntó Yoongi. 

Jungkook quién estaba frente a él, tenía dos chicas sentadas en sus piernas, una de cada lado, y al escuchar la pregunta de su amigo, tomó de la cintura a una de ellas y la apartó para sacarse una cajetilla de cigarros del bolsillo delantero de su pantalón, para luego pasársela al pálido. 

—no tengo encendedor —le señaló Jungkook— tal vez Namjoon tenga... 

—yo traigo uno... solo quiero el cigarro 

Yoongi sacó al instante el cigarrillo de la caja y se lo llevó a la boca para encenderlo y comenzar a fumarlo, pero justo antes de poder darle la primera inhalada, una mano se lo arrebató de la boca, algo que lo molesto. 
Al levantar la mirada para ver de quien se trataba, notó a Yuri parada a su lado, con un vestido bastante ajustado hecho de una tela transparente que no dejaba nada a la imaginación. 

Para el pálido ella siempre había sido una tipa bastante bulgar y enfadosa, incluso no le caía muy bien a la mayoría en esa fiesta, pero como era demaciado fácil poder llevarla a la cama, los muchachos fingían soportarla para poder pasar la noche con ella. 

—y tú que quieres... —le habló Yoongi de mala manera, mostrándole su desagrado. Él era de los pocos que no estaba dispuesto a meterse con ella. Estar con chicas no era su prioridad. 

—no seas así Suga oppa... solo quiero un poco de tu cigarro —le respondió Yuri, llevándose el cigarrillo a la boca para darle una buena inhalada y luego devolvérselo— ten oppa... con el sabor de tu boca sabe más rico... 

—ahg!...ya no lo quiero... que asco que tenga tus babas —de un movimiento el muchacho de piel pálida se levantó del sofá para irse. No podía soportar estar ahí con ella— mejor me voy a otro lugar donde pueda fumar agusto... además aquí apesta a perfume corriente de mujer barata... 

Jungkook quién estaba muy atento, sacó una gran carcajada al escuchar la forma en la cual Yoongi había llamó a Yuri, y es que ya todos conocían su reputación, hasta ella misma, tanto que ese tipo de palabras ya ni siquiera la ofendian. 
Asiendo una cara enojada, la joven empujó a una de las chicas que Jungkook tenía sentada en sus piernas y le quito el lugar, mientras miraba como el pálido se alejaba. Jungkook quién aún reía, la dejó sentarse sobre él, y con uno de sus brazos la rodeo por la cintura acercándola más a él. 

—te lo dije Yuri... te dije que él no se iba a meter contigo... a él no le gustan las tipas fáciles 

—ahss!... tiene que caer de alguna manera... me gusta demaciado, lo quiero tener para mí aunque solo sea una vez... su piel blanquita me pone loca... 

—pues sigue intentando, pero lo veo difícil... 

—y después del incidente que tuvimos en los vestidores parece que ya no me soporta... y todo por culpa de la ramita esquelética... 

—¿Qué?... —Indagó al instante el azabache. esas palabras fueron completamente de interés para Jungkook al escuchar el apodo de Hayley. 

En definitiva quería saber a que se refería, de qué incidente hablaba y por qué Suga y Hayley estaban involucrados. Yuri solamente chasqueo su lengua molesta al recordar lo que había pasado ese día, y luego de abrazarse al cuello del pelinegro con fuerza respondió. 

—no fue la gran cosa, el otro día le hice una bromita en los vestidores a la ramita y Suga la defendió... de repente llegó muy enojado a gritarme y me amenazó 

—¿te amenazó? 

—si... me dijo que me golpearia ¿puedes creerlo? Y todo por esa estúpida... ni siquiera mi broma fue para tanto... 

—¿pero ellos se conocen?... 

—no sé... tal vez esa basura se le ofreció como una zorra cualquiera... quizás solo finje ser inocente pero en realidad no lo es... 

—e..ella no es así... no sería capas de hacer eso... 

—¿como estas tan seguro?... ¿acaso la conoces?... ¿no me digas que ahora te agrada y la vas a defender tú también?... No me hagas reír... ambos sabemos que lo único para lo que sirve esa idiota es para burlanos de ella... es nuestro juguete... si no la molestaramos la escuela seria muy aburrida —Jungkook frunció sus cejas mostrándose molesto. En ese momento ni siquiera supo porque lo estaba, pero de un segundo a otro Yuri le pareció la persona más repugnante en el planeta. La joven completamente ajena a los sentimientos del muchacho siguió sentada en su fuerte y fornida pierna, y luego de unos segundos se acercó más y comenzó a darle besos en el cuello— vayamos a divertirnos a tu habitación —le susurró la chica con una voz sensual, tocando al joven en zonas donde sabía que le gustaba— hace mucho que no lo hacemos... y como Suga me rechazo me quede con las ganas... 

—no quiero, hoy no tengo ganas... y menos contigo —le respondió el pelinegro de mala manera, apartándola enseguida, pero a ella no le importo, ya que siguió besándole el cuello mientras intentaba meter la mano a sus pantalones. 

—no seas así Jungkookie... llévame a tu habitación —insistió y consiguiendo su objetivo, la joven metió su mano a los pantalones del muchacho, y de una manera bastante desesperada comenzó a frotar su miembro, pero no tardo ni dos segundos cuándo su mano fue apartada por Jungkook de manera bastante agresiva. 

—¡TE DIJE QUE NO! —Gritó el muchacho completamente enojado, apartando por completo a Yuri de él. 

—¡que carajo! —se quejó la muchacha mostrando su descontento— hoy todos andan muy maricones... ¿como se atreven a recharme?... esta fiesta es una mierda igual que tú... 

Jungkook no le respondió nada y solo la ignoró concentrado su vista en otra dirección. Yuri notó su indiferencia y no dijo más, estaba enoja, así que solamente se levantó y se fue de ahí casi casi echando humo por la cabeza. 

Las chicas que anteriormente estaban sentadas sobre las piernas del muchacho volvieron a su posición, pero esta vez Jungkook estaba completamente indiferente, mostrándose serio y de alguna manera malhumorado. 

Por su lado, Yoongi llevaba recorriendo la casa buscando un lugar tranquilo donde pudiera fumarse un cigarrillo sin ser molestado, pero la casa estaba repleta de adolescentes y pre-adultos tomando, fumando, y comiéndose a besos entre ellos, mientras la música sonaba a todo volumen, por lo que se animó a subir al segundo piso y buscar la habitación de su amigo para encerrarse ahí. 

Caminando por un gran pasillo, el joven vio muchas puertas a su alrededor, pero casi la mayoría de estas estaban cerradas con llave, obviamente para que nadie pudiera entrar a hacer cosas indebidas.
《Mejor me largo a fumar a la calle》 Se dijo así mismo pensando en regresar, pero justo antes de hacerlo observó una última puerta al final del pasillo en la cual no dudo en entrar. 

Con lentitud giró la perilla y para su suerte esta no tenía seguro. Yoongi no era alguien entrometido ni maleducado, por lo que decidió asomar su cabeza primero para verificar si ese lugar efectivamente era la habitación de Jungkook, ya que si no lo era no pensaba entrar, pero su sorpresa fue sumamente grande al notar a una persona dentro con la cabellera rosada. 

—¿Hayley?... —musitó con una ligera voz al ver a la joven ahí adentro. La pelirosa estaba tan concentrada en su lectura que cuando se percató de la presencia del muchacho dio un pequeño salto en su lugar completamente sorprendida. 

—¿Yoongi?... no tú... ¿tú que haces aquí?... —Indagó la muchacha asustada ya que se suponía que nadie debía verla en la casa. 

—eso te pregunto yo a ti... ¿tú tambien viniste a la fiesta? 

—no... yo... yo no... —tartamudio la joven, levantándose de la cama, luego caminó a donde estaba el pálido y lo metió por completo a su habitación cerrando la puerta tras suyo—  por favor no le digas a Jungkook que me viste o se enojara... —suplicó. 

Yoongi frunció sus cejas con extrañes y dio una rápida mirada al lugar para analizar la situación, llegando a una rápida conclusión; esa habitación era de ella. 

—tú... ¿tú vives aquí?... ¿vives con Jungkook? —Preguntó. Él ya conocía a Jungkook desde hacía tiempo y sabía que era hijo único, así que prácticamente era imposible que ella fuera su hermana. Pero entonces si no era su hermana ¿porque vivía ahí?. 

—yo si... bueno... —contestó Hayley con nerviosismo sin saber que otra cosa decir. Ella no tenía idea que Yoongi era amigo de Jungkook, y por un lado le daba miedo que así fuera, ya que quizás si se enteraba que le hacía bullying, también lo haría él, ya que todos sus amigos siempre le seguían la corriente— Jungkook y yo somos hermanastros... pero no nos llevábamos muy bien... 

—ese idiota... ¿no me digas que te prohibido salir de aquí mientras estaba la fiesta?... —le preguntó con indignación, al imaginarlo prohibiendo cosas a ella. 

—no... yo también decidí no salir... —contentó Hayley con rapidez al notar a Yoongi molesto— esas fiestas no son mi ambiente y a las personas que invitó no les grado 

El pálido dio un profundo respiro y no dijo más, esa situación era sumamente extraña y no quería involucrarse en algo que no era de su incumbencia. Con su mirada volvió a recorrer la habitación de la muchacha, notando lo elegante que era. 

—parece cómodo aquí —habló Yoongi de nuevo viendo cada detalle de la habitación— ¿te molesta si me quedo a fumar un cigarrillo? Solo será uno y después me iré, allá abajo es un caos y no lo tolero 

—no me molesta, puedes sentarte donde gustes... —señaló la joven con una sonrisa. Ella siempre prefería estar sola que acompañada ya que al no saber socializar se sentía incomoda, pero con Yoongi era como estar con Jin, incluso a pesar de no conocerse, ya que después de aquel receso juntos en la azotea de la escuela, la joven ya no había vuelto a ir, y no porque no quisiera, si no por miedo a que alguien la viera y la acusará con algún profesor. 

Yoongi al igual que ella prefería estar solo, pero desde aquel día había deseado verla una vez más para conversar como en ese momento. Se mentía a sí mismo si decía que no la había esperado todo esos días a que subiera a la azotea, y es que nunca se había sentido tan cómodo con alguien. 

En la orilla de la cama se sentó el muchacho y segundos después Hayley también lo hizo. Mientras Yoongi sacaba el cigarro que ya antes había mencionado que se fumaria, la joven volvió a tomar su manga japonés y continuó leyendo. 

—conozco esa historia... es interesante —habló el pálido con el cigarrillo en la boca, apuntando con su dedo el libro que sujetaba la muchacha. Hayley enseguida reaccionó con una inmensa sonrisa y se emocionó por dentro, hasta ahora no conocía a nadie que le gustará lo que ella leía. 

—¿lo dices enserió?... eso me sorprende... 

—¿por qué?... ¿acaso crees que soy un tonto que apenas sabe leer?... ¿ya tan rápido comenzamos mal Hayley? 

—no no —negó la joven— lo que me sorprende es que conozcas esta historia... no es muy conocida y la verdad me alegra saber que no soy la única que piensa que es buena... 

—pues ahora somos dos... yo también creo que es bastante buena, y... sabes, ahora que lo pienso, tú me recuerdas a la protagonista... a la princesa de cabello rojo... 

—y yo ahora que te veo mejor me recuerdas a hak, te pareces físicamente a él 

—¿te refieres al guardaespaldas que está enamorado de ella?... 

—si... ese mismo... él es mi personaje favorito en realidad... su valor y amor por ella es hermoso... ¿no lo crees? —Habló la muchacha emocionada, viendo al pálido con una inmensa sonrisa, la cual él no dudo en reponder. 

—si... lo es... Al igual que la valentía de ella... 

Una vez más, ambos parecían estar cómodos juntos, ya que la conversación no había dejado de fluir desde ese momento. Hayley muy emocionada le hablaba a Yoongi de todos los libros que tenía y había leído, mientras que él prestaba atención con interés haciendo preguntas y una que otra broma para hacerla reír. 

Su comodidad era tanta que olvidaron el mundo de afuera, la fiesta y el ruido quedó completamente en el olvido para ambos.
Pero claro, esa calma y tranquilidad no iba a durar para siempre, ni siquiera un minuto más. Ya que bastante molesto, Jungkook entró de repente a la habitación luego de buscar a su amigo Suga por todos lados y no encontrarlo. En el fondo tenía la esperanza de que no se encontrara ahí, pero luego de escuchar un par de risas provenientes de la habitación, supo que estaba ahí adentro junto con ella. 

Al percatarse de su presencia, Hayley mostró su miedo y se levantó de la cama para alejarse de Yoongi, quien siguió sus mismo pasos pero con una clama notoria ya que a él no le importaba que los encotraran juntos. 

—¿que haces aquí Suga? La fiesta es abajo... —le señaló el azabache con seriedad, mostrando su desacuerdo por encontrarlo ahí. 

Yoongi siguió mostrando una actitud calmada y despreocupada, para él estar en esa habitación no tenía nada de malo, pero por supuesto que comprendía que para Jungkook si lo era, pues su mirada y expresión lo delataban. 

—estaba buscando tú habitación para fumar alejado de toda esa bola de idiotas, pero me encontré con Hayley y decidí quedarme aquí con ella... tiene libros muy interesantes 

—¿libros?... ¿y a ti desde cuando te gusta leer? 

—desde siempre... el hecho de que no me veas haciéndolo, no quiere decir que no me guste... 

—me queda claro... ahora deja eso y volvamos a la fiesta... 

Era más que claro que Jungkook estaba completamente enojado, hablandole a Yoongi de mala manera y lanzandole miradas furiosas a Hayley, aunque ella ni siquiera las notaba, ya que había mantenido su cabeza gacha mirando al piso. 
Yoongi por supuesto no era tonto y decidió hacer caso a su amigo para no meter en problemas a la peli rosa, pero no se fue de ahí sin antes despedirse de ella. 

—te veo mañana... ya sabes donde encontrarme —le indicó el pálido con una sonrisa, para luego con ternura despeinarle el cabello. La joven se sintió feliz ante su cercanía y asintiendo con su cabeza le respondió, mientras lo miraba y le sonreía— bien... entonces te estaré esperando... —dijo por último. 

Y sin más, Yoongi salió de la habitación para volver a la fiesta. Jungkook aún más enojado que antes se quedó ahí, viendo una vez más a la muchacha enojado, completamente furioso. 

—¡te dije que no quería que nadie te viera!... ahora Suga sabe que vives aquí —reclamó con rabia el azabache, con sus ojos completamente concentrados en la muchacha. 

Hayley volvió a poner su mirada en el piso sintiendo miedo ante el enojo de Jungkook, pero aún así decidió defenderse. 

—yo... yo no sabia que Yoongi era tú amigo... de haberlo sabido...  jamas le hubiera hablado aquel día... 

—pues ahora que lo saber aléjate de él, no quiero volver a verte con él... ¡no quiero!... 

—lo siento pero esta vez no voy hacerte caso Jungkook... él me agrada y creo que...  yo le agrado también... 

Hayley vio los ojos de Jungkook ponerse rojos y lo escuchó sacar un ligero gruñido de su boca, echando una maldición por lo bajo con los dientes apretados. A decir verdad nunca lo había visto tan enojado, y sí, él le había prohibido que no la viera nadie, pero no era tan grabe como para ponerse de esa manera. 

Formando un puño con sus manos, Jungkook soltó un golpe a la pared que le lastimó e hizo sangrar sus nudillos. Esa había sido su forma de desahogar su furia. La joven completamente espantada se cubrió los oídos con ambas manos y cerró los ojos con fuerza, por un momento pensó que Jungkook la golpearia, pero no fue así. Lo único que hizo después de eso fue mirarla con seriedad, respirando con fuerza, para después de unos segundos darse media vuelta, y salir de la habitación con un fuerte portazo. 

Hayley sintió que podía volver a respirar cuando lo vio irse. Nunca lo había visto así, era aterrador, y definitivamente no quería volver a verlo de esa manera. Pero si para volver a ver a Yoongi tenía que soportar su carácter, estaba dispuesta hacerlo.



 



#23478 en Novela romántica

En el texto hay: dolo, amor, odio

Editado: 10.07.2022

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