Mi Bully

O N C E

—siempre he querido preguntarte algo —habló la joven de repente. Con su mirada aún concentrada en los estudiantes a lo lejos— ¿por qué te dicen Suga? ¿Es tu segundo nombre o un simple apodo? Escuché a Jungkook y a Yuri llamarte así 

—es un apodo —contestó con simpleza el pálido— no me gusta que las personas me llamen por mi nombre... 

—en ese caso, si es así desde ahora te diré Suga 

—no, esta bien... puedes decirme Yoongi... me gusta como suena cuando lo dices tú 

La joven sonrió al instante al escuchar la contestación de Yoongi. Siempre era tan directo y eso le gustaba mucho de él. 

Tal como habían quedado de verse la noche anterior, ambos se encontraban en la azotea viendo al resto de alumnos desde las alturas, y a decir verdad ya llevaban un buen rato ahí, tan solo faltaban unos diez minutos para que sonará la campana y aunciara el fin del descanso. 

—tengo que irme ya —señaló la muchacha dándose media vuelta para tomar sus cosas del piso. Yoongi la observó, se sacó de la boca el cigarrillo que se fumaba y arrojó lo que le faltaba por el barandal. 

—aún faltan diez minutos Hayley... ¿por qué tanta prisa? 

—tengo clase de gimnasia y quiero llegar antes que el resto de chicas a los vestidores o volvera a pasar lo que la vez anterior 

—odio esa clase, ¿por qué no te la saltas y te quedas aquí conmigo? 

—también la odio y quisiera quedarme, pero la última vez el profesor me reprendió por llegar tarde, dijo que me pondría un castigo si volvía a pasar... 

—no se dará cuenta 

—quizás no pero Yuri y sus amigas si, y me acusarán 

—esta bien —con pasos lentos, el pálido se acercó a la joven y le despeino el cabello como ya era costumbre— nos vemos después 

La joven solamente asintió con una sonrisa y se marchó. Ahora que pasaba su tiempo con Yoongi, su vida escolar era completamente diferente. Ahora se podría decir que le gustaba, y la hora del almuerzo se había convertido en su momento favorito del día. 

Caminando por los pasillos, la muchacha se dirigió a los vestidores para colocarse el uniforme deportivo, y para su suerte esta vez lo pudo hacer tranquila, ya que ninguna de sus compañeras se encontraban ahí aún.
Cuando estuvo lista salió con tranquilidad para ir al gimnasio, pero repentinamente, a medio camino, alguien la tomó del brazo y la empujó a un almacén cercano. 

Fue tan rápido que la joven no había podido hacer nada al respecto, de la nada sin poder evitarlo se encontraba en un almacén de conserjería con alguien que la sujetaba con fuerza de la muñeca, impidiéndole poder irse. 

—¿a donde ibas con tanta prisa? —Habló la persona con una voz profunda e intimidante. La joven al instante reconoció la voz, y de un fuerte tirón se zafó del agarre y se alejó. 

—¿y ahora que quieres Jeon? —Preguntó. 

Jungkook soltó una pequeña risita al escuchar a Hayley. A decir verdad se sintió alagado y completamente satisfecho de que ella lo reconociera solo con el sonido de su voz. 

—ya te memorizaste mi voz, eso me gusta —soltó con descaro, volviendo a sujetar a la muchacha de la muñeca para acercarla a él. Hayley forcejeo un poco pero le fue imposible soltarse. Era más que evidente que Jungkook era mucho más fuerte que ella, con ese cuerpo bien trabajado lleno de músculos, así que poco a poco sintió más y más su cercanía, mientras sus formidos brazos le rodeaban de la cintura con mucha fuerza y el calor de su respiración la sentía con intensidad en su cuello—¿no vas a preguntarme por que llegue tarde? —Preguntó de repente el peli negro por sobre el cuello de la muchacha. 

—¿por qué debería hacerlo? —Le respondió Hayley al instante con otra pregunta, con la frialdad que simplemente mostraba. 

—porque ahora somos hermanos, se supone que deberías preocuparte por mí... así como yo me preocupo por ti —reveló Jungkook esperando tener una linda respuesta por parte de Hayley, pero no fue así. 

—no eres mi hermano, y tampoco tengo intenciones de preocuparme por ti 

—pues yo si —a pesar de que ya estaban muy cerca, Jungkook se deciso de cada mínimo milímetro que los separaba y pegó completamente su cuerpo al de ella con firmeza— ¿dime donde estabas a la hora del almuerzo? —Cuestionó. 

Hayley frunció su ceño y trató de alejarse, pero una vez más no pudo. 

—eso es algo que a ti no te incumbe —respondió al fin molesta. Últimamente Jungkook intentaba meterse mucho en su vida, y eso no le gustaba para nada. 

Jungkook al igual que ella frunció su ceño e hizo un gesto con sus labios. Estaba comenzando a enojarse. Con mucha atención clavó su mirada en los ojos color avellana de Hayley, sintiendo una pequeña corriente eléctrica pasar por todo su cuerpo. 

—¿estuviste con Suga? —Soltó seriamente con una sutil voz sin despegar su vista de ella. Fue en ese momento que Hayley rodó sus ojos disgustada, ignorando completamente la mirada de él. 

—¿y que si estuve con él? —Y Volvió a contestar con otra pregunta. 

—solo responde maldita sea...¿estuviste con él si o no? 

—¿por qué te interesa tanto Jeon? 

—¡porque no quiero verte con él! —Gritó ya enfadado, ocultando su cara en el cuello de Hayley. Ella se estremeció al sentir el aliento del muchacho sobre su piel. No porque le gustará, simplemente había sido una reacción involuntaria de su cuerpo. 

—¿y cual es la razón? —Indagó la joven luego de un par de segundos en silencio, sintiendo el ligero toque de los labios de Jungkook en su cuello. 

—porque tú me perteneces Hayley —y sin previo aviso comenzó a besarle y lamerle el cuello como aquella vez, solo que de una manera más lenta y suave— desde el día que llegaste a mi casa te volviste mía... de mi propiedad —y planto otro beso— todo tú cuerpo es mío... toda tú eres mía 

—estas loco Jungkook —Hayley intentó apartarse pero no pudo— no te pertenezco... ni te perteneceré nunca... no soy un objeto 

Jungkook estaba apunto de decir algo pero la perilla de la puerta siendo girada con lentitud lo interrumpió. Rápidamente ambos jóvenes reaccionaron y se miraron mutuamente. Si alguien los encotraba ahí solos, se armaría un escándalo. 

Probablemente ambos serían llevados con el director, el cual llamaría a sus padres y les darían una muy larga y detallada clase de educación sexual al suponer que estaban en ese armario para hacer cosas indebidas. Pero no solo eso, también toda la escuela terminaría enterándose del suceso llegando a la conclusión de que ambos salían a escondidas. 

Reaccionando con rapidez, Jungkook se separó de Hayley y de un jalón la metio junto con él a un armario de madera donde guardaban escobas y otras cosas para la limpieza. Era un lugar pequeño, pero por suerte ambos pudieron entrar y cerrar las puertas para no ser encontramos. 

El cuerpo de ambos jóvenes estaba completamente pegado en ese pequeño lugar. Un brazo de Jungkook rodeo la cintura de la muchacha por detrás, mientras que con su mano libre le cubrió la boca. 

—no hagas ruido... —le susurró en el oído Jungkook a la muchacha, viendo como ella solamente asintió a manera de respuesta. 

Un pequeño agujero en la madera de la puerta, les daba una ligera luz para poder verse. Hayley cuidadosamente colocó su ojo ahí para ver hacia afuera, notando que se trataba de un estudiante buscando cosas de limpieza. Probablemente lo habían puesto a limpiar algún lugar de la escuela. 

Con detalle la joven observó a ese alumno buscar lo que necesitaba, y fue entonces que se dio cuenta que todas las escobas, los cepillos y trapiadores se encotraban ahí metidos. 

—va abrir la puerta... —señaló la joven con pánico y desesperación ante el miedo de ser atrapados. 

Probablemente sí ese alumno los descubría no iba a delatarlos con el director, pero, era más que evidente que iba a reconocer a Jungkook y correría el rumor de que lo había encontrado mentido en el almacén de limpieza con una estudiante de cabello rosa. 

Un chisme de esa magnitud iba a afectar a ambos. A Hayley la iban a ver como la chica tonta que había caído en los encantos de su bullying, y a Jungkook como él chico que se había terminado enamorándose de la joven que molestaba. 

—tengo una idea —mencionó Jungkook, teniendo una idea en su cabeza que no sólo salvaría a ambos, si no que también lo haría aprovecharse de la situación— quítate la ropa 

—¿que dices? —Preguntó Hayley al escuchar a Jungkook, deseando haber escuchado mal, pero al ver al azabache comenzar a quitarse la camisa supo que no era así— espera... ¿que haces? No hagas eso Jungkook 

—escúchame bien Hayley, no tenemos mucho tiempo —el joven se quitó por completo su camisa y la dejó caer, dejando su torso completamente desnudo— fingiremos que estamos teniendo sexo, y cuando él abra la puerta le diré que se largue 

—estas loco, yo no voy hacer eso, no pienso quitarme la ropa y no pienso fingir esa situación —soltó la muchacha alterada— prefiero que me descubran aquí contigo pero con ropa 

—con ropa o sin ropa aún así lo pensaran y estarás en la boca de todos —mencionó el azabache— éste en mi plan, me pondré con la espalda pegada a las puertas y cuando él las abra mi torso estará cubriéndote para que no vea que eres tú... a mí sinceramente me da igual si se rumorea que tuve sexo en un almacén, pero no quiero que piensen que fue contigo 

—no voy a quitarme la ropa Jungkook 

—solo hazlo, prometo que no te voy a ver 

Hayley no sabía que hacer. No quería quitarse la ropa, pero tampoco quería que se rumoreara que había hecho cosas indebidas con Jungkook.
Sin tener tiempo de pensar en algo más, la joven se quitó la sudadera del uniforme deportivo y luego la polera, dejando a la vista un agustado sostén deportivo color gris. 

A pesar de que había muy poca luz, Jungkook sin tener ningún tipo de desencia se dedico a observarla mientras lo hacía, sintiendo un calor recorrer todo su cuerpo. Posterior mente, sin previo aviso la tomó de la cintura con fuerza asercandola a su torso. Sus cuerpos quedaron unidos sintiendo su piel tocarse. 

—abrázame... así te cubriré —mencionó el peli negro con una voz ronca pero a la vez suabe. Hayley no quizo decir más y solamente lo hizo, sintiendo el bien trabajado cuerpo de Jungkook tocándola. 

Por fuera, el alumno intruso llevaba varios minutos preparando una cubeta con agua y varios detergentes. En su oreja derecha llevaba un audífono, así que estaba demaciado concentrado en la música como para escuchar los murmullos y ruidos que hacían Jungkook y Hayley en el armario. 

Bailando al ritmo de la música que escuchaba, el muchacho se acercó al armario y tomando las manijas de la puerta las abrió para toma un par de escobas, pero tal y como Jungkook lo había planeado, lo primero que vio fue una espalda descubierta y unas manos abrazadas a esta. 

—pe..perdon... —soltó el joven con sorpresa, al ver tremenda escena. 

En ese momento, Jungkook giró su cabeza hacia el chico, mostrando un cabello alborotado y aparentemente agitado, pero sobretodo, con una mirada enojada y amenazante. 

—largo de aquí chiquillo —le indicó el azabache, abrazando con fuerza a Hayley para cubrirla con su torso. 

Él joven casi al instante se dio cuenta que se trataba de el muchacha más popular de todo el colegio, así que solamente asintió, tomó lo que nesitaba con rapidez y se marchó de ahí sin dejar ningún rastro. 

Hayley sintió que podía volver a respirar cuando escuchó la puerta cerrarse, y enseguida dejó de abrazar Jungkook para alejarse, pero él aún la mantenía pegada a su cuerpo. 

—ya se fue Jungkook... sueltame —le pidió la joven, pero él azabache parecía estar pegado a ella— Jungkook... enserió, aléjate ya 

—solo unos segundos más... por favor... —La voz del peli negro pareció suplicar esas palabras en realidad, así que Hayley no dijo nada y se mantuvo así sin moverse, dejándose abrazar por Jungkook como nunca lo había hecho hasta ahora. 

Con mucha fuerza, Jungkook seguía abrazando el cuerpo de la muchacha, perdiéndose en el toque de su piel desnuda, tanto que esas palabras habían salido de su boca sin pensarlas. 《te gusta》le señaló su subconsciente de repente haciéndolo reaccionar y alejarse de ella rápidamente. 

En ese momento Hayley aprovechó para tomar el par de prendas que se había quitado y colocarselas con rapidez. 

Jungkook no hizo nada, él se quedó ahí parado observando un punto fijo en la habitación. La voz en su cabeza le repetía una y otra vez que le gustaba mucho Hayley, pero no solo eso, los desbocados latidos de su corazón también se lo gritaban, y no hacia falta decir que se estaba conteniendo de sobre manera para mantener su miembro masculino dormido. 

Cuando logró reaccionar, se dio cuenta que Hayley ya se había marchado de ahí sin haberle dicho absolutamente nada, y es que ¿qué podría decirle? Era más que evidente que ella lo odiaba y no lo miraba como lo hacían el resto de las chicas. 
Con su cuerpo, su mente, y su corazón peleando entre sí, salió del almacén de limpieza y se dirigió a su clase de gimnasia. Ya era tarde para entrar, habían pasado unos 15 minutos pero para Jungkook eso no era un problema, pues sabía que nadie le decía nada.





....






—tu trabajo es tomar los balones que estén regados y colocarlos en su lugar ¿entendiste? 

Hayley asintió. Muy atentamente la pelirosa escuchaba las instrucciones del entrenador, el cual le había puesto un castigo por llegar tarde después de haber estado en ese almacén con Jungkook. Lo injusto era que él no había resivido ningún castigo. El profesor simplemente había hecho como si no se hubiera dado cuenta cuando Jungkook había llegado tarde. 

—entendí... ¿es todo señor Lee? 

—sí, date prisa niña 

Hayley no dijo más y se fue de ahí para realizar la tarea que le había otorgado el profesor de gimnasia. La campanilla que indicaba la hora de salida ya había sonado un rato atrás, así que probablemente Jungkook ya se encontraba en el auto con Josh a punto de partir y a ella le tocaría caminar. 

Sin ganas, la joven entró al gimnasio para comenzar a organizar los balones, pero su rostro de fastidio cambió por completo al ver a Yoongi ahí entrenando, con su uniforme de baloncesto y una banda elástica en su frente. Parecía estar tan agotado que ni siquiera había notado la presencia de la joven. 

—ya es tarde... ¿por qué no has ido a casa? —Le preguntó Hayley caminando hasta él. Yoongi al escucharla se giró para observala y luego sonrió. 

—por qué no vas tú a casa... ¿qué haces por aquí a estas horas? —Indagó. Hablando con dificultad debido a su respiración agitada. 

—me castigó el profesor Lee por llegar tarde —le respondió la joven con algo de pena. Yoongi solamente frunció su ceño. 

—no me digas... ¿de nuevo te molestaron esas chicas? 

—no —negó la muchacha— fue otra cosa sin importancia 

Yoongi la observó con atención, notando un claro cambio de actitud en Hayley, seguramente por recordar lo que le había pasado, que al parecer no parecía ser algo bueno. 
Con un suspiro el muchacho decidió calmar sus deseos de preguntarle, y simplemente con una sonrisa le despeino el cabello. 

—bueno, supongo que nos haremos compañía... 

Y así fue. Mientras Hayley hacia su trabajo de recoger los balones, Yoongi se encontraba en la cacha haciendo tiros libres a la canasta. Cada uno estaba concentrado en lo suyo, pero de vez en cuando no podían evitar verse y sonreírse desde lejos. 

Cuando la joven terminó de colocar todos los balones en su lugar, se acercó al pálido. 

—termine, solo me falta el balón que estas usando —le señaló la muchacha. 

Yoongi la miró con una ceja levantada y posterior se colocó el balón en la punta de sus dedos y comenzó a guiarlo de una manera bastante impresionante que dejó a la muchacha más que sorprendida. 

—si lo quieres... tienes que quitármelo y meter una anotación en la canasta... 

La joven enseguida trató de quitarle el balón pero Yoongi fue más rápido. Con velocidad comenzó a correr botando el balón con la mano derecha, mientras Hayley corría detrás de él para lograr alcanzarlo. 
Ante esto, ambos parecían divertirse, pues no dejaban de reír y disfrutar el momento juntos. 

Al contrario de ellos, Jungkook se encontraba dentro del auto con Josh en el volante. El peli negro sabía perfectamente que Hayley estaba castiga, y aunque antes se hubiera ido sin pensarlo, esta vez la estaba esperando afuera con demaciada desesperación. 

—ash!... iré a ver porque se tarda... —le señaló Jungkook a Josh, quien solo asintió a manera de respuesta. 

Saliendo del vehículo, Jungkook volvio a entrar a la escuela y fue directo al gimnasio para ver si la pelirosa se encontraba ahí. 

Al acercarse más y más escuchó un par de risas a lo lejos proveniente de ahí. Él gimnasio tenía tanto eco cuando estaba vacío, que esas risas parecían resaltar incluso desde antes de entrar.
A pesar de eso no les tomó mucha importancia y decidió entrar, pero, junto en el instante en que había entrado, sintió un nudo en el estómago, y un profundo enojo. 

Sus ojos se pusieron rojos del coraje al ver a Hayley con Suga juntos y solos. 
Ambos jugaban con un balón de baloncesto. Ella sujetaba el balón con fuerza para intentar meter una canasta, mientras que suga estaba por detrás de ella rodeándola con sus brazos para ayudarla. Pero lo que más le dio coraje fue que la estaba tocando. Jungkook no quería que nadie la tocara. 

Con una furia notoria, Jungkook se acercó más, pero aún así ellos ni siquiera notaron su presencia. 

—¡HAYLEY! —Gritó con fuerza. Haciendo que ahora si ambos jóvenes lo notarán, y luego continuó acercándose más hasta quedar frente a ellos— ¡te estoy esperando! ¿por qué te tardas tanto? Ya me quiero ir y tú lo único que haces es perder el tiempo 

—yo no te pedí que me esperaras —le respondió la pelirosa— si ya te quieres ir pues vete, puedo llamar a Jin para que venga por mí 

—o yo puedo llevarte —señaló Yoongi con una sonrisa, lanzandole una mirada a su amigo Jungkook, quien pareció molestarse más. 

—no... tú te vienes conmigo ahora —con fuerza, el peli negro tomó a la muchacha de la muñeca y la jaloneo hacia él. Yoongi enseguida frunció su ceño al ver esa escena, pues no le había gustado para nada como Jungkook trataba a Hayley. 

—ella puede caminar sola —señaló Yoongi con autoridad, tomado la mano de su amigo para que soltara a la joven— vete Hayley, yo colocaré este balón en su lugar —y una vez más le despeino el cabello— nos vemos mañana 

La joven solamente asintió con una sonrisa y se marchó sin más. Jungkook por su lado se quedó ahí parado, asesinando a su amigo con la mirada. Estaba muy enojado. 

—¿por qué no solo admites que te gusta?... —habló una vez más Yoongi dirigiendo a su amigo— ¿acaso es tan difícil? 

—no me gusta —soltó el muchacho más para si mismo que como respuesta— ella no es mi tipo, y no hay manera en que pueda gustarme, yo solo... solo estoy tratando de sé un buen hermano... 

—¿entonces no te importaría si decido salir con ella algún día? 

En ese momento a Jungkook se le volvió a formar un nudo en la panza, y apareció una extraña sensación en su pecho. Por unos segundo se quedó observando a Suga sin saber que responder, hasta que mostrándose serio y algo enfadado contestó. 

—no, no me importa... 

Y sin más se dio media vuelta y se fue de ahí. Yoongi al verlo sonrió de lado y se cruzó de brazos. Para él era más que evidente que Jungkook estaba loco por Hayley.





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#19790 en Novela romántica

En el texto hay: dolo, amor, odio

Editado: 10.07.2022

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