—¿Padre? —Korina estaba realmente sorprendida, había esperado su llegada por cuatro largos días— ¿qué se supone que haces aquí?.
—Tuviste un accidente......
—Hace cuatro días —no sabía como lo hacía, pero Mark encontraba nuevas y efectivas maneras de hacerla sentir más decepcionada de lo que ya estaba.
Los escoltas de el entraron y sacaron a Korina del lugar sin dar tiempo a que ellos se despidieran (Lucka había regresado a su casa el día anterior) ella fue arrastrada al aeropuerto más cercano y durante todo el viaje solo hubo silencio, eso solo indicaba una cosa, tendría que pelear contra él y ahora estaba sola.
—Korina, ¿sabes quién era el muchacho con el que estabas en esa habitación de hospital? ¿Sabes......
—¡Claro que sé quién es! Es la persona que me salvó de morir aplastada por rocas y que mi cadaver estuviera cuatro días pudriéndose en una morgue deficiente esperando por tí —ella entró de una vez a la defensiva— y espero que entiendas de una vez que no entraré en tu estúpido conflicto empresarial con la empresa de su padre ó cualquier otra.
—No lo verás de nuevo —Korina lanzó una risilla desafiante mientras caminaba lentamente hacia su habitación— ¿lo entiendes?.
—Esa no es tu decisión —sabía que diría algo como eso, pero no le importaba— ¿lo entiendes?.
Korina se fue a su habitación y dejó a su padre escupir todo el veneno que quiso hasta que notó que estaba siendo ignorado y terminó por irse.
—¿Estás bien? —preguntó Adam al contestar la llamada.
—Si, bien, ¿tú cómo estás?.
—Mi padre quiere que me transfieran a una clínica en la ciudad para continuar con mi tratamiento —estaba preocupado y su voz lo delataba; ella no estaba bien y ambos lo sabían a la perfección.
—Espero que mejores rápidamente —se quedó callada por un momento— quiero verte lo más pronto posible.
—Yo tam.......
—¿Hola?......¿Adam?.... que extraño ¿se cayó la llamada? —intentó llamar de nuevo, pero no contestó ni una vez.
Al día siguiente, Korina se preparó para ir a sus clases, no se sentía muy bien, sin embargo, no quería quedarse en casa encerrada; durante el viaje intentó llamar de nuevo a Adam, pero ahora el teléfono parecía estar apagado, aquello era muy extraño, pero trató de calmarse.
—¿Qué demonios haces aquí? —preguntó Kevin al verla bajar de su auto.
—Necesitaba respirar —dijo mientras cerraba la puerta ante la mirada atónita de sus amigos titánicos— ¿qué clase de recepción tan miserable es esta?.
Los chicos la abrazaron con sonrisas en sus rostros, ellos no sabían nada del accidente ya que ellos no sabían a dónde ella había ido exactamente ó en que orden había sido el recorrido y si ella en algún momento ella se los hubiera dicho, lo más probable era que lo hubieran olvidado, pero una cosa era segura, aún faltaban algunos días para su regreso.
—¿Michael, no les contó nada de lo que pasó durante el viaje? —sus expresiones se mantuvieron neutrales.
—Supimos que su hijito nació hace poco tiempo —dijeron con algunas dudas que se reflejaron en sus expresiones.
—¿No les dijo nada del accidente? —las nuevas expresiones en los rostros de ellos delataban que no les hacía gracia aquella confesión de ella.
—¿Tuviste un qué? —Kevin lanzó una mirada a los chicos que habían rodeado a Korina y examinaban que no estuviese herida.
—Hubo un pequeño deslizamiento en la cueva en la que estaba de excursión y quedamos atrapados..... —ella extendió los brazos hacia los lados para que los chicos terminara su análisis (lo mejor era no resistirse)— Adam me salvo de que me aplastaran las piedras.
—¿Así fue? —respiraron aliviados al escuchar aquello, lo importante era que ella no estuviera herida— por lo menos no fue tan inútil después de todo.
—Estuvo inconsciente por cuatro días —por su voz se notaba que estaba preocupada y eso puso en alarma a los chicos— recién había despertado, cuando mi padre llegó y me arrastró de regreso hasta aquí y ahora no sé nada......¿estará bien? —aquello último había sido una pregunta más para ella que para sus amigos.
Korina se fue a sus clases e intentó llamarlo, pero él simplemente parecía haber desaparecido del planeta, estaba tan distraída que durante los exámenes de ese día que olvidó colocar algunas respuestas incorrectas (como de costumbre), estaba fuera de sí misma.
Un días después fue llamada a la oficina del director y fue acusada de haber hecho trampas y que por esa razón podrían suspenderla por tiempo; ella simplemente no luchó y presentó de nuevo los exámenes; nuevamente y en poco tiempo terminó todas las pruebas frente a las miradas atónitas de los profesores.
—¿Puedo irme? Tengo cosas que hacer —dijo ella aún sin ánimos de nada.
—Por favor siéntese y espere los resultados en silencio...
—Genial —entornó los ojos con fastidio y se desparramó en el sofá que estaba en la sala.
—Tiene muy mal temperamento, pero acertó todas las preguntas de todas las pruebas sin ningún margen de error —todos estaban sorprendidos de que ella fuese capaz de hacer eso.
—¿Ya puedo irme? —preguntó de nuevo al ver que todos aún debatían entre ellos.
—¿Cómo.....
—No sea ridículo, director, resulta obvio saber que siempre he sido capaz de hacer eso y más —se levantó para irse (con o sin permiso).
—Entonces ¿por qué no tienes un mejor promedio? Si es que eres tan lista.....
—No es mi obligación tener el mejor promedio, no necesito y tampoco quiero ser la mejor de este lugar; ahora, quisiera retirarme, tengo una siesta pendiente en el aula de estadísticas; y la próxima vez que me quieran acusar de hacer trampas, tendremos un diálogo muy divertido —Korina se fue del lugar y dejó a todos con la boca abierta ya que no podían creer que alguien pudiera ser así.