Mi Cálido Secreto

16. Nuestra separación.

—El cáncer entró en estado metastásico —respondió cuando estuvieron en su consultorio.

 

—¿Qué significa eso? —Adam sabía que aquello no era nada bueno, pero igual preguntó.

 

—Significa que el cáncer se extendió a otras partes —ella respondió y el doctor sólo asintió en silencio.

 

—Se expandió a su estómago, hígado y huesos —Korina apretó la mano de Adam con las pocas fuerzas que le quedaban— esto no habría pasado de haber iniciado el tratamiento correcto en su momento.

 

—¿Cuánto tiempo? —preguntó Adam claramente afligido.

 

—Espera.... yo no quiero saberlo —dijo ella mientras dejaba salir un par de lágrimas de sus ojos— no quiero vivir lo poco que me queda con esta ansiedad en la mente.

 

—Lo entiendo —respondió el doctor, Korina tenía esas reacciones siempre.

 

—Korina, es mejor que lo sepas, así puedes prepararte con tiempo para lo que viene —la chica negó con la cabeza mientras se secaba las lágrimas.

 

—El momento llegará de todas maneras, prefiero que sea una sorpresa —Adam no iba a discutir más acerca del tema así que solo aceptó la voluntad de ella.

 

 Fue devastador para el chico ver como la vida en los ojos de ella se apagaba con el pasar de las semanas (el doctor con la autorización de Korina le había dado a Adam unos inciertos y dolorosos tres meses de vida); él se dedicó en cuerpo y alma a ella durante todo ese tiempo, se dedicó a ella como siempre quiso hacerlo; ella por otro lado, se veía asustada pues su cuerpo le anunciaba que la hora de partir se acercaba.

 

 Habían pasado tres meses y medio desde que el doctor había hablado con ellos en su oficina; Adam había ido a buscarla para llevarla a la clínica por su quimioterapia; no sabía que ese día sería muy diferente a todos los anteriores.

 

—Adam quiero preguntarte algo —dijo Korina mientras sostenía la mano de él.

 

—Claro, pregúntame lo que tu quieras —Adam había estado esperando esa pregunta por casi un año, pero por alguna razón sabía que sería muy difícil contestarle.

 

—¿Por qué me abandonaste? —su voz se quebró, le dolía el corazón al desempolvar esa herida.

 

—Nunca quise irme, no después de todo lo que pasó entre nosotros en ese viaje, eso es lo primero que debes saber —besó la mano temblorosa de ella— cuando tu padre te llevó de regreso, mi padre llegó y discutimos acerca de lo que había pasado; le dije que no me importaba ninguno de sus argumentos, quería casarme contigo, pero me obligó a irme a Rusia.

 

 Recuerdo que me sentía perdido al llegar a Rusia y en más de una ocasión intenté escaparme, pero ese viejo siempre me lo impedía; me decía que tu padre era un hombre peligroso y que te haría daño si se enteraba que nos amábamos. Estaba sobreviviendo con la idea de que una vez que terminara mis estudios te vería de nuevo, pero me desmoroné cuando te ví salir de esa tienda; estaba eufórico, me estaba volviendo loco de felicidad aunque tu fingías no conocerme, quería besarte y abrazarte fuertemente, pero uno de mis escoltas le reportó lo que pasó a mi padre; ese día tuve una discusión muy fuerte con él, tiré por la borda todo mi autocontrol, tomé mis cosas y me fui de ahí, quería seguirte a donde sea que fueras; la verdad, no sé como pero alguien me dejó inconsciente, para cuando desperté estaba en casa, estaba furioso y golpeé a varios escoltas, pero no pude salir.

 

 No pasó mucho tiempo para que mi padre se enterara de que mandé a siete de sus escoltas a la sala de emergencias, eso no le hizo gracia y dijo que tu me descontrolabas, entonces me asignó escoltas permanentes, restringió cualquier contacto fuera de Rusia y estaba vigilado las veinticuatro horas del día, aún así intenté contactarte muchas veces, pero no pude, intenté escapar, pero eso solo empeoraba el régimen de vigilancia de mi padre, así que después de cuatro años y medio al fin me resigné a que quizás no podría verte pronto, pero mi padre murió, así que tan pronto como me enteré tomé el primer avión de vuelta y aquí estoy —Korina lo había escuchado en silencio y sus ojos derramaron algunas lágrimas— pero puedes estar segura de que en todo ese tiempo, nunca dejé de pensar en tí, nunca dejé de amarte, ni de extrañarte.....

 

—Gracias por contarmelo —su voz comenzó a apagarse por momentos— ahora puedo irme tranquila.... gracias por todo..... yo también te amo....

 

—No, Korina no puedes irte, por favor —Adam comenzó a darle palmaditas en su mano para que se mantuviera despierta— te lo ruego.... no te vayas.... te amo demasiado... no puedo dejarte ir así....

 

—Me alegra haber logrado decirlo antes de nuestra separación..... de verdad te amo..... me enamoré de tí desde el momento en el que.... te ví seguirme en tu auto desde el coche patrulla ese día...... Fuiste mi cálido secreto por mucho tiempo.... y no me arrepiento de nada.... 

 

—A ver.....Hiciste añicos mi auto —Adam luchaba por mantenerla despierta— ¿no te arrepientes de eso?.

 

—No...... 

 

 Los ojos de ella se cerraron y él corrió a buscar al doctor; no lo aceptaba, ella no podía irse, no así, no en ese momento. Las enfermeras y el equipo de doctores luchaban por estabilizarla mientras que Adam llamaba a Michael entre lágrimas, decidió llamar a la pandilla de Korina y estos no dudaron en dejar todo lo que estaban haciendo para correr hacia la clínica a toda velocidad.

 

 Cuando Korina abrió los ojos con sus últimas fuerzas los vió a todos a su alrededor, sintió como su nariz tomaba su última y débil aspiración, sus ojos se llenaron de lágrimas antes de susurrar un débil......

 

—Gracias por todo...... los amo........

 

 El monitor dejó de detectar los latidos de su corazón y entre los gritos desesperados de Vanessa y Molly, las abundantes lágrimas de los ocho hombres ahí reunidos, los doctores procedieron a desconectar los aparatos de su cuerpo sin vida; Michael tomó el cuerpo de ella entre sus brazos, era su pequeña, era su princesa la que ahora yacía sin vida entre sus brazos....esa era su pequeña y entonces lloró amargamente la pérdida de su única sobrina, la pandilla y Adam se abrazaron unos a otros, pero sus corazones estaban rotos y en su interior sintieron como si alguien hubiera arrancado la flor más importante de sus jardines, a decir verdad, aquello en su interior era más parecido a un incendio forestal que a otra cosa.



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En el texto hay: amor secreto, venganza adolescente

Editado: 02.11.2021

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