Mi infancia fue normal, no recuerdo mucho de las primeras edades pero recuerdo a gente del colegio, los recuerdo con mucho cariño, de hecho los recuerdo sin cariño, eran bastante estúpidos a mi parecer, nunca supieron ver mi valía y todos se creían mejores que yo, en el colegio era casi una marginada, aunque en esa época yo no lo sabía, no me daba cuenta de que no tenía amigos, y no me juntaba con nadie, sé que mucha gente puede pensar que era poco sociable, quizás fuera poco sociable, pero no por falta de interés si no por falta de personas que de verdad mereciera la pena, claro que todo esto lo digo desde la distancia, ya que en mi época escolar era demasiado pequeña para reconocerlo.
Pero me alegro, me alegro de que mi mente infantil haya prescindido de socializar con esa gente.
En el colegio era todo muy monótono y aburrido, recuerdo que sin estudiar sacaba “Progresa Adecuadamente”, era algo muy simple, vas a clase, luego vuelves a casa a comer y juegas hasta la hora de volver por la tarde al colegio, y así cinco días a la semana.
Cuanto tuve algo de conciencia de que estaba en una vida empecé a salir, por mi barrio claro, era pequeña, vamos que básicamente salía por el callejón donde vivía, no recuerdo mucho más que jugar al pilla pilla y alguna tontería por el estilo, mirándolo ahora que ya soy más mayor me daba la sensación de que perdía el tiempo de una manera enorme pudiendo haber escrito este diario desde hace años y no con recuerdos vagos sobre una infancia banal.
Mi familia era sencilla, una madre, un padre y un perro, hija única, pero no como todos los hijos únicos mi madre era la segunda mujer de mi padre, así que aunque no tuviera hermanos de sangre, era como si tuviese dos hermanas en alguna otra parte que yo desconocía y por la que no me podían comprar todo lo que quería, o la gran mayoría, como a casi todos los hijos únicos que no heredan cosas de gente desconocida, ni desconocen a las otras hijas de su padre, bueno algunas personas sí, pero no quería referirme a eso, quiere referirse a que no era una hija única normal.
Mi padre trabajaba en una gran empresa como comercial, un trabajo horroroso donde los haya, ya que cobraba a comisión y si no vendía no cobraba, algo que no se le recomienda a nadie que tiene que mantener una casa, y una hija, bueno perdón, tres hijas, que casi me olvido de mis hermanastras.
En definitiva mi padre en cierto modo era algo perdedor, aunque se lo trabajaba todos los días no es de ganador el tener que estar con cuarenta años en un stand o empresa por empresa a ver si vende algo, no es que no aprecie a mi padre, el esta bien, pero no era un buen vendedor, y desde luego no sabía aprovechar las buenas oportunidades, seguro que rechazó trabajos mejores en algún momento de su vida.
Mi madre trabajaba como recepcionista en una empresa, se dedicaba a coger llamadas, organizar agendas, papeleo y algo de contabilidad básica, no ganaba mucho ya que tenía un horario de media jornada. Cosa que no nos hacía vivir muy cómodamente a veces.
A pesar de el colegio, y de la falta de atención de mis padres no recuerdo mi infancia como una etapa mala, no tenía un millón de cosas chulas, ni cosas nuevas, pero no puedo decir a nadie que no fui feliz, porque si lo dijera, mentiría.
De mis hermanastras sabía poco o casi nada, solo que eran de un matrimonio anterior de mi padre, y que tenía que pagar todos los meses parte de su sueldo. Por si os lo estabais preguntando, mi madre me tuvo joven y mi padre le sacaba algunos años.
Yo la verdad nunca vi nada raro en esto, supongo que porque crecí así, tampoco era una persona a la que no le gustaba compartir, como muchos hijos únicos, simplemente era una niña normal y feliz, quizás un poco solitaria, pero creo que en esa época realmente no se tienen amigos, no hay sentimiento de amistad ni de unión, total, en unos años te separas de esa gente y no la volverás a ver en tu vida, y ni siquiera te tendrás por que acordar de ellos.
En el colegio sufrí mi primer flechazo, como todas las estúpidas niñas de mi edad estaba “enamoradisima”, cosa que no sabía ni siquiera la mitad del significado, del chico guapo de turno de mi colegio, un chico rubio con los ojos azules, no se supongo que era el típico chico mono, bueno en deportes, buenas notas, y algo guapete, pero chicas, si nunca conseguisteis al guapo de turno,como yo, no os preocupéis suelen envejecer bastante mal, no se por que la verdad, puede que recibieron demasiados halagos en el colegio que se dejaran de cuidar de una manera muy brusca, sabe dios que.