Mi camino a princesa ©

Capítulo 3- JUVENTUD

Y os lo creáis, o no ese fue mi primer trabajo como modelo sin agencia, pues una agencia que vio mi fotografía me llamó para, por favor, formar parte de su plantilla de modelos.

 

Pase mi adolescencia viajando tras terminar mis estudios, no les pedí permiso a mis padres ya era mayor de edad, solo les dije que me marchaba a trabajar. Y así fue, primero solo de sesión de fotos en sesión de fotos para marcas, y eventos pequeños, después para publicidad nacional, y hasta me invitaban a desfilar en alguna que otra jornada de la moda, me sentía en la cima, aunque, debía cuidar algo más que antes mi dieta, y procurar hacer algo de ejercicio, pasaba de hotel en hotel varias semanas, después volvía a casa con regalos para mis padres.

 

Hasta en algún momento llegué a verme en revistas, y en los noticieros locales, no es que fuera una gran estrella, pero me estaba ganando un buen nombre.

En este tipo de empleo tienes que lidiar con mucha gente, con gente que te admira y te respeta, y también con gente babosa y que lo único que quiere es juntarse con alguien algo conocido, o quiere algo más que solo unas fotografías de ti, tuve que aprender a ser más profesional y algo distante a veces con la gente de mi alrededor. Es algo que no se aprende en la escuela o en casa, hay que saber hacerse valer y que te respeten en tu profesión siempre.

 

En una fiesta a la que me invitaron conocí a un hombre, era el dueño de una aseguradora, un hombre que me sacaba veinte años, era un hombre alto, apuesto para ser más mayor, tenía un aire de padre, de protector.

 

Fue muy gentil conmigo, me invitó a cenar, salí con él en varias citas, me sorprendió su forma de ser. Acabe viéndole como esa protección que necesitaba en momentos de debilidad, y creerme cuando os digo que en mi profesión hay muchos momento de debilidad, cuando te dicen que no puedes desfilar que estas gorda cuando llevas matándote a dieta más de un mes, o si algún fotógrafo novato o modelo se cree que por hacer algunas fotos ligera de ropa luego vas a a hacer lo que él quiera, en esos momentos me sentía tan tonta tan novata, aunque ya os he dicho que sabía defenderme necesitaba un hombro sobre el que apoyarme.

 

Parecía mentira como un hombre tan diferente a mi me podría atraer tanto.

Mientras tanto me ofrecieron un papel en una serie local, no era la protagonista pero era una de las secundarias con más peso.

 

Se podría decir que todo me iba genial, un hombre maduro que me protege y parece estar atraído por mi, y trabajo en una serie televisiva.

 

Tuve varias citas geniales con Paul, que así se llamaba mi héroe, salíamos a pasear, al cine, a cenar, no salíamos formalmente, era como un amigo especial, no tuve sexo con él, me parecía descortés, me parecía quitar la magia. Aunque a decir verdad, no me faltaban ganas.

Uno de los días en los que estaba en rodaje, en el que tenia unos compañeros estupendos, estaban los dos protagonistas, que eran Jack y Lucia, yo era la mejor amiga de Lucia en la serie, no se era una de esas historias de amor que le gustan a todo el mundo con engaños, venganzas, dinero, hermanos secretos, lo que es una telenovela. El caso es que Paul me vino a recoger, ya era tarde, casi de noche, y no me llevo a mi casa, tampoco a la suya, me llevo a un hotel, a una suite. La suite era enorme, era casi una planta entera con una cama enorme, un sofá, televisión, jacuzzi, una mesa como de comedor, una nevera, era como una mini casa de lujo.

 

Allí me dijo que era hora de cerrar las cosas, y suavemente me tiro hacia la cama, ya que yo estaba sentada, y empezó a besar, lamer y succionar mi cuello mientras me acariciaba suavemente el pelo.

Con la otra mano recorría mi pierna de arriba abajo acariciando dulcemente, hasta que no aguantamos más y deje que el placer me inundara de calor.

 

Sabía que esto significaba algo, que esto cambiaría las cosas, por eso me estaba reservando, no quería que fuéramos demasiado rápido, tampoco quería estropear nada.

Por otra parte y no me llaméis superficial por esto, tenía muchísimo dinero, además me gustaba y me sentía muy a gusto con el. Quizás si quería que cambiaran las cosas en este sentido, a lo mejor inconscientemente pensaba que eso me beneficiaria de alguna manera, y conscientemente sabía que Paul, que ese hombre al que conocí en una fiesta me gustaba demasiado.

 



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En el texto hay: ricos, modelo, modelaje

Editado: 31.10.2019

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