Mi cara de ti.

Mi cara de ti.

 

Soy dueño de una soledad tan habitada, de casitas de yaguas, de adioses hace siglos y de mi cara de ti.

Tengo una soledad tan habitada, que puedo ordenarla como profesión, por letras, por pasado, por heridas.

Por grandezas, por fracasos y por color.

Me aferró a la ausencia ante cualquier temblor, y no quiero compañía, quiero estar asolas con mi cara de ti.

Los gremios se marchitan a cuatros cuadras de mi credo y empiezo a creer que debería dejar morir mi cara de ti.

Pero mi cara de ti mira a otra cara, con unos ojos de amor que no aman, como despidiéndose de mí.

Y yo dejo ir esos brazos que asisten y me asisten, para dejar libre mi cara de ti y ser una sola cara.

Los sueños se van, queda la noche, mi cara de ti voltea a otro mundo, y permanece una soledad tan desolada, un olvido tan lleno de recuerdos.

 




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