Mi cara de ti.

Ladrona de poesías.

Te adueñaste de mis versos,
así, como si nada.
Como si no fueran sangre
lo que confundes con letras.

Te robaste mi cordura,
ladrona,
y ni siquiera has venido a reclamar tu imagen,
aunque eres más bella que tus imágenes.

Entre lágrimas y mocos
sacaste lo más hermoso de mí,
y me dejaste con la z de tristeza,
que aún no sé usar.

Te llevaste mis rimas,
ladrona,
ya no soy digno de la prosa.

Ahora soy un proxeneta de nostalgia contagiosa:
25 pesos la hora…
para más, no sé si pueda.

Ladrona de poesías,
¿en qué viento te marchas?
Para contaminarlo con mis políticas de imbécil.

Para rescatar, de tanta posesión,
lo único que me pertenece.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.