Son dignas de un analfabeto, de pelo en pecho y sin educación.
De las noches de éxtasis sin verbos y de coger por coger, así como usar por usarlas.
De los buenos que hicieron malos, de esos que hacen ilusiones en sus sueños.
No, un poeta no, mejor uno que le de lágrimas en vez de flores, de esos que las ven como condones.
Para que esperar los versos en la ventana mi Julieta, espera la espera de los engaños, a esos valoran más.
No merecen un poeta, esos valen poco, como dar cielo si en el infierno es mejor.
Me río narrando moralejas, para ver en llantos como suplican un caballero, en su estúpida selección de cuentos.