Mi cara de ti.

Noche de Van Gogh.

 

No sabía qué hacía, dormí en los quiebres de un sueño y pintaba pesadillas reales.

Ni siquiera era de la realeza hablar mientras se masticaba, yo en cambio no dejo de desearte, aunque hacerlo sin tenerme es pura fantasía.

Si tan solo dejará de pensarte y comenzará a besarte, este terrible vacío sería una bienvenida.

Pero te atormenta el dolor, ese que tanto niegas, huyes de ti porque crees que te conoces, pero no, solo te has visto sin ropa, no desnuda.

Desnuda serías otra cosa, no un enigma, ni un rompe cabeza, serías las estrellas de la que tanto hablé esa noche.

El canje espera por nosotros a las orillas del entusiasmo, tu acogedor escote, tus risos rabiosos y conmigo la noche estrellada de Van Gogh.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.