Llevo años mirando a la del pantalón azul, la de risos caídos, mejillas notables, nariz de zanahoria, papa, batata ¡Quién sabe!
Pasa como por su casa mi cabeza y desbarata, despoja, desprende mis sueños como suyos, dejándome un insomnio nada tortuoso, más bien amigable, excitable.
Su sonrisa vive clara en mi mente y yo suelo comer dulces pensando en sus labios y frutas pensando en quien sabe qué.
No le pregunto la hora, ni el día, ni la noche, en la que él canje tocara su decisión, tocara mi terrible nostalgia, nos tocaremos, por fin, por ratos, por segundos.
Camina con su pantalón azul imaginado cielo, creando celos, despertando morbo, arrepentimiento, ganas y pérdidas.
Y yo la miro como siempre, con unos ojos que lloran deseos ,unas manos que anhelan sus curvas ,un pecho lleno de intenciones y unos pantalones negros ,no azules ,no verdes ,ni claros.