Esta es mi despedida aprose, una palabra que tal vez me inventé, así como los miles de sueños en donde estabas.
Sí, soy rey de las dudas, no soy de fiar, he engañado y mentido a la realidad, eso cuando digo que eres mía.
Amiguita, ya han pasado los años, tengo bigote, unos que otros pelos de colores y una frialdad insospechable.
Te he querido como prosa y versos en todo este tiempo, te he anexado con vida en todos mis escritos.
Amiguita, sé que me has olvidado u encerrado en esas tus flores secas, dentro de un librero y cajón.
Esta es mi despedida aprose, que lluevan chocolates sin Willy Wonka, y que las habichuelas de Jack, sean las que se coman a Hansel y a Gretel.
¡Adiós, amiguita adolescente, espero que nunca envejezcan tus mejillas y que igual de nada te sonrojes!