He mareado mucho esta decisión, está realidad incongruente con mis deseos y necesidades.
Me molesta mucho soltar todas esas ansias, con las que arropaba y me arropaba en búsqueda de una felicidad.
Estando ahí, llegaron muchas felicidades, unas tan locas como la cara de la luna, y otras tan oscuras como su otra cara.
Hoy cara a cara con la asunción de las historias deseadas y los 2 o 3 nietos guardados juntos a un libro viejo y monótono.
Hoy junto a eso, abrazados como sardinas y embutidos, creo y no creo, pero debo, soltar y no soltar, más es necesario.
Ya no soy bienvenido, mis manos molestan, mis ansiedades también, es necesario, pero no obligatorio, mi exacto adiós a esa felicidad o mentira de la que me aferro.