Mi cara de ti.

Mi exacto adiós.

He mareado mucho esta decisión,
esta realidad incongruente con mis deseos
y necesidades.

Me molesta mucho soltar
todas esas ansias con las que arropaba
y me arropaba
en búsqueda de una felicidad.

Estando ahí, llegaron muchas felicidades,
unas tan locas como la cara de la luna,
y otras tan oscuras como su otra cara.

Hoy, cara a cara con la asunción de las historias deseadas
y los dos o tres nietos guardados junto a un libro viejo y monótono.

Hoy, junto a eso,
abrazados como sardinas y embutidos,
creo y no creo,
pero debo soltar y no soltar,
más es necesario.

Ya no soy bienvenido.
Mis manos molestan.
Mis ansiedades también.

Es necesario,
pero no obligatorio,
mi exacto adiós
a esa felicidad,
o mentira,
de la que me aferro.

¡Adiós!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.