Mi Ceo es un narcisista

Capítulo 20

—Bonitas horas de llegar el señor y usted donde andaba metido?
—Isabela ¿ que haces aquí en mi casa?
—Tengo un duplicado de la llave tu me la diste ¿ya no te acuerdas?
—No me respondiste. 
—Vengo de la casa de Kate.
¡Maldito mentiroso! Yo pasé la tarde con ella.
¿A cuentas de que ? tengo yo que darte explicaciones a tí vete de mi casa y dame el duplicado de la llave.
—Anthony ¡por Dios!  no me trates así yo te amo perdóname por favor. Suplicó Isabela mientras lloraba aferrada a las piernas de él.
—Deja de rogar y suplicar a mi no me conmueves no me gustan las viejas ofrecidas me fascina el sabor de la conquista.
¿Quien es esa mujer con la que andas?
—Ya te dije que no es asunto tuyo lo nuestro era una relación light yo no soy de nadie y tu hasta hace poco decías que tu tampoco.
—Pero me enamoré y perdí espero que cuando se te pase la rabia me busques.
—En tus sueños este bombón se lo come quien él quiera no cualquiera.
—Te estas pasando conmigo.
—Vas a durar toda la tarde lloriqueando allí tirada en el suelo por favor ten dignidad entiende que ya no Te quiero ; tu a mi no me inspiras ya ni un mal pensamiento.
Bela se levantó secó sus lágrimas y le entregó la llave a Anthony. 
—Espero que a tí te traten peor que la vida te cobre lo que me estás haciendo.
—Ay  si ¿ cómo te llaman a tí sor Juana de la caridad? si eras mi amante y muy amiga de Kate  y de Claudia ¿ qué me dices? Así de mal se sintió ella cuando descubrió que éramos amantes. Estas probando una cucharada de  tu propia medicina. 
—Tu me las pagas esto se no se queda así.
—Mira Rolo de loca ni se te ocurra llenarle la cabeza de cuentos a Kate; cuidado porque destruyó tu reputación a tí no te conviene que la gente sepa que eras amante de tu primo aunque tu no llevas mi sangre se me olvidaba que eres isabelita la huerfanita.
Ella tomó impulso y le dio una cachetada. El se cuadró y se la devolvió ella cayó de espaldas en la alfombra y lloró amargamente mientras se secaba las lágrimas.
—No te olvides de este día Anthony Peterson porque vas a pagar caro el haberme humillado de esta forma de mi nadie se burla y se queda tan campante.
—Ya vete de aquí fiera que tengo calor y me quiero dar un baño.
Ella salió y azotó la puerta.
—Hola Gilbert esa mujer que va saliendo mirala bien porque no quiero verla más por acá no me la dejes pasar más si no quieres perder el empleo. 
—Entendido señor Peterson. 
Ya en su departamento Anthony se dio un largo baño porque se sentía acalorado.
—Me siento agotado espero que a Kate no se le ocurra venir ¿ qué tal si quiere hacer el amor?
Christina es una ráfaga me dejó cansado pero vaya que es buena cama la condenada y está como le daba gana. Pensó mientras le reía con picardía.
Sonó  el teléfono y el contestó 
—Hijo las chicas tiene una rumba con los amigos en la puerta del edificio. 
—Ay nana catalina deja esas mujeres tranquilas y ve a dormir mi viejita.
—Está bien mi niño solo quería avisarte
Disco el número de la policía donde tenía contactos.
—Con el teniente Sheen. 
—Si soy yo.
—amigo no te reconocí la voz soy Anthony mira necesito un favor¿ sabes el edificio donde viven mis hija?
—Si una vez fui a visitarte.
—Llevate una patrulla y dos agentes mis hija y los amigos es tan haciendo escándalo en la via pública dales un susto.
—Si con gusto amigo.
—Gracias mañana te hago un regalito. 
En la puerta de su residencia Karla y Amanda bailan con unos amigos y escuchan música a todo volumen.
—Que raro que la nana catalina no se asomó a decirnos que subamos Amanda.
—Si Karla debe ser que la viejita bajo la guardia y mi papá también sino desde cuando estuviese aquí.
—Chicas un par de cervezas para la princesas.
—Uy nos cayó la ley.
—Buenas noches jóvenes recibimos una denuncia por escándalo en la vi a pública los llevaremos a la estación allá seguirán la rumba en una celda.
—Mil disculpas ya nos estábamos despidiendo.
—No tan rápido jovencito muestren sus identificaciones.
—pareja Llámame dos patrullas más aquí no caben todos.
—Por favor señor agente dejemos ir por esta vez le prometemos que nunca más haremos escándalo . Le rogó Amanda.
—Cuento cinco y no los veo vamos corran fuera de mi vista el grupo de jóvenes se fueron en su autos y las hijas de Anthony se metieron al edificio. Mientras los policías reían a carcajadas.
—Estos jovencitos de ahora son un caso serio.
—Vamos compañero a la estación. 
—No primero vamos por un par de donas y refrescos yo brindó.
En el apartamento de Mel los amigos se despedían.
—Pasamos un rato chévere gracias por venir.
—A tí Mel la próxima vez les preparo un brazo gitano.
—Claro que sí Michael puede ser para el domingo que viene.
—Si porque el sábado acuérdense vamos a bailar a la disco Michael no te comprometa con nadie.
—De acuerdo Dorothi iré con ustedes.
—Yo después les confirmo si voy  ya ven que mujer comprometida no puede luchar por la justicia. Dijo Kate en broma.
—Amiga pero si quieres yo hablo con Peterson para que te de permiso. Añadió Michael.
—Ni lo digas es capaz de sentir celos de tí y decir que le monto los cuernos contigo.contedto Kate.
—Ay no es por eso que me gusta estar soltera para no darle cuentas a nadie.
—Mis chicas preciosas aquí se rompe una taza y cada quien para su casa. Besos. 
—Te salió en verso Michael. Inquirió Mel. 
Todos se fueron a sus casas a descanzar Michael manejaba con precaución  pasó por el edificio donde Vivía isabela para preguntarle si se había molestado con él. Vio una gente amontonadas afuera estación el auto y se bajó.
—Buenas noches que pasa aquí señora .
—Una mujer que se quiere lanzar del edificio mirala allá.
¡Por Dios es Isabela!
—Déjeme pasar la mujer que se quiere lanzar al vacío es mi amiga.
—Pase señor ojala que pueda detenerla.
—Isabela amiga no te muevas.
¿Me puedo acercar para que hablamos ?
—Mi vida vale la pena a nadie le importo. 
—A mi sí eres mi amiga y no voy a permitir que te lances.
—Está bien hablemos.
Michael se acercó y se sentía su lado.
—Y bien aquí estamos los dos en el precipicio. 
¿Me quieres contar que te pasa?
—El hombre que amo me desprecio me dijo que no quiere más nada conmigo que no le provoco ni un mal pensamiento.
—Ningún persona mereces que acabes con tu vida por su causa.
—¿sabes cuantas personas hay con un cáncer terminal en los hospitales y clínicas de este país miles y ellos quieren vivir  los ves calvos haciéndose la quimioterapia tienen una sentencia de muerte sobre sus cabezas pero quieren vivir y tu que estas sanas quieres acabar con tu vida por un pellejo.
—Tu no estas en mi zapatos el ama a otra antes éramos amantes pero se enamoró y me dejó a un lado  a ella ya le está haciendo lo mismo la engaña con otra.
¿Y crees que un pelele así vale la pena? Dale gracias a Dios que ese disfraz salió de tu vida para que llegue alguien mejor y no me digas que no te entiendo porque yo estoy viviendo algo parecido amo a una mujer que está con otro ella ni sabe de mis sentimientos sufro en silencio pero no por eso me voy a lanzar de la cornisa. 
—Tienes razón ese cerdo no vale la pena.
—Entonces bajemos de aquí y hablemos dame la mano con cuidado.
El la sugetó con fuerza apartandola de la orilla del edificio.
—No quiero ir a mi casa.
—Te invito a la mía pero como amigos para hablar nada de seducción.
—Ok aceptó eres la única persona que ha demostrado interés genuino por mi me acompañas a buscar mi cartera al departamento Michael.
—Si amiga vamos te preparo una sopita de pollo  que es buenísima para las penas del alma y me cuentas tu historia si quieres hablar hace bien.
—Si necesito alguien que me oiga y no me juzgue.




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