Mi Ceo es un narcisista

Capítulo 26

¡Qué cabeza la mía! pensé que había traído el documento, lo deje en casa. Dijo Christina dándose una palmadita en la frente.

—Suele pasar a veces crees haber colocado algo en un lado y sólo lo pensaste pero no lo hicistes. Acotó Kate.

—Bueno mañana te lo traigo, no es un asunto tan urgente. Añadió Christina.

—No hay problema señorita cuando quiera le reviso el documento. Dijo Anthony un poco acalorado.

—Chritina  ¿ si te invito ahorita a  mi departamento a compartir con nosotros aceptarias? Preguntó Kate muy amigable, la joven quería conocer más a esta importante clienta del bufete.

—Por supuesto, que iré con ustedes. Dijo la joven gustosa y Anthony le lanzó una mirada asesina a su amante.

—Entonces no se diga más yo preparo una pasta a la boloñesa exquisita te va a gusta. Le comentó Anthony a la joven.

—Un hombre que cocina? eso sí que es una maravilla, déjame decirte Kate que te sacaste la lotería con Anthony.

—Lo sé mi novio es especial, yo diría que único.

—Debes amarlo mucho.

—No te imaginas cuanto.

—Y la boda ¿para cuanto? un hombre como este hay que asegurarlo porque debe tener a muchas mujeres botando la baba.

—No hay prisa, yo particularmente pienso que unos papeles firmados no amarran a nadie.

—Eso es cierto el secreto en una relación es el amor y la comprensión y de eso Kate y yo tenemos mucho.

—Que bueno Peterson verte tan enamorado de tu chica, supongo que eres un caballero de su casa que no anda viendo otras pompis en la calles.

—Totalmente cuando se ama a una mujer como yo amo a Kate las demás son invisibles.

¡Vaya Kate !parece que capturaste a él último hombre fiel.

—Bienvenida a mi departamento, pasa Christina pobre comoda.

—Gracias Kate.

—Es un placer tenerte aquí.

—Eres muy amable.

¿Qué quieres tomar ? tengo Whisky, vino,champán y jugó de durazno.

—Un vino estará bien Kate.
La joven descorchó  una botella de vino tinto y sirvió tres copas.

—Quiero proponer un brindis por nuestra invitada, por la primera de muchas visitas a mi hogar.

—Salud . Dijo Anthony algo incómodo.
—Gracias claro que así será son ustedes buenos anfitriones.

—Y o voy a preparar la cena , Chris te dejo en buena compañía.

—Okey Anthony, no te preocupes Kate y yo nos quedamos aquí charlando.

El hombre se fue un poco receloso a la cocina, intentaba aparentar tranquilidad pero en el fondo estaba preocupado ¿ la razón? Obvia Christina era un peligro en cualquier momento le 
podia sabotear su relación.

En la cocina Anthony tenía una agilidad increíble amaba el arte culinario; hizo la pasta y ahora elaboraba un postre.

En la sala Kate y Christina charlaban y reían a carcajadas como grandes amigas.

¿Entonces conociste a peterson en un ascensor?

—Sí y el tenía un ataque de claustrofobia, pero eso no le impidió tratar de ligarme.


—Otra en tu caso se queda encerrada con semejante galán le  da respiración boca a boca.

—Yo ni pendiente con él solo estaba centrada en mi trabajo pero Anthony me fue enamorando de a poco con sus detalles románticos hasta que me conquistó y aquí estamos más unidos que nunca.

—Interesante oye Kate de verdad que eres super amigable me alegra haber venido acá, sabes que mi padre tiene un caso que resolver y necesito a una abogada como tu inteligente y centrada.

—Gracias por pensar en mi para ese litigio.

—Solo hay un detalle tendrás que ausentarse un par de semanas es en new York, no me diga que no Piénsalo porque es bueno para tu carrera.

—Sí, me ayudará a ganar prestigio, el tiempo pasa relativamente rápido no creo que haya ningún problema si lo tomo mi novio es muy comprensivo.

—Y la distancia alimenta la pasión.

—Totalmente de acuerdo es bueno hacerse extrañar.

—Kate ¿puedes venir un momento?

—Si Anthony ya voy.

—Ya la comida está lista.

—Voy a colocar la mesa.

¿Qué te estaba diciendo ella?

—Hablábamos cosas de mujeres.

—Veo que te agrada la millonaria .

— Sí, es agradable.

—Ojalá se vaya rápido porque quiero estar a solas contigo.

¡Qué goloso eres amor!

En la mesa había silencio, nada más se escuchaba el sonidos de los tenedores Kate no advirtió la tensión existentes entre su hombre  y la invitada.

¡Esta deliciosa la pasta Anthony!
—Me alegra que te guste la hice especial para tí.

—Es cierto amor te quedo muy buena .

—Voy por el postre.

—No amor yo lo sirvo, quédate con Christina.

—Gracias Kate

—Pensé que nunca nos dejaría solos dile que me vas a acompañar y vamos al resort yo quiero el postre.

—Ya Kate fue a buscarlo.

—Me refiero a otro tipo de postre.  Dijo ella acariciando la pierna de él .

—Hagasmo algo dile a Kate que tienes que irte  y luego yo te busco mañana.
—No, si me voy te quiero en mi Suite en media hora.

¿Y qué dijiste tu? a este lo quiero en media hora y caliente no chiquilla yo no soy pizza.

—Por favor Anthony no te hagas de rogar, la vamos a pasar bien.

—Ya te dije que mañana, no seas antojada ya estuve contigo la pasamos rico; ahora le toca a Kate.
—Ella siempre está a tu lado, yo volveré a new York en un par de días.

—Kate es mi novia ella tiene la exclusividad en mi vida, tu tienes que conformarte a verme por ratitos.

—Así no me gusta, quiero pasar más tiempo contigo.

—Ya te dije que es como yo diga o nada, a mi no me gustan las imposiciones.

—Eres un hueso duro de roer Peterson pero eso me encanta.
Dijo la chica mientras le lanzó un besito a Anthony.

—Aquí está el postre es mi favorito mouse de maracuya.

—Uhmm que delicia.dijo la joven mientras se lamía los labios en forma sensual al probar el postre en ese instante miró a los ojos a Anthony quien improvisó una conversación para distraer a Kate.

—Ok amor  el fin de semana vamos a visitar a mis hijas, quiero ver como están.




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