Mi Ceo es un narcisista

Capítulo 29

La brisa fresca de la tarde acaricia sus mejillas,un suspiró hondo se deja escuchar,la joven estira su mano y arranca una rosa blanca al hacerlo se pincha la mano.

¡Ay me espiné!


—Déjame ver Isabela. Añadió la joven enfermera.

—No es nada, sólo me hincó por encima,ya sabes que la sangre es escandalosa.

—Quédate tranquila aquí, voy a buscar el kit de primeros auxilios para curarte no se te vaya a infectar.

—No es necesario, en esta vida me han herido mucho más y a qui me ves fortalecida.

—Es cierto, tu serenidad a veces me preocupa;no te hemos visto hacer catarsis ni una sola vez.

—Ni pienso hacerlo,lo que más quiero es salir de aquí y volver a mi vida normal.

—Así será,no desesperes te darán de alta pronto.

La joven paciente vio al guapo Michael acercarse traia en una mano un estuche de bombones de chocolate y en la otra un ramo de hermosas margaritas.

—Hola preciosa, lo prometido es deuda te dije que no te abandonaría.

—Yo los dejó para que hablen con más tranquilidad, permiso.

—Bien pueda señorita. Agregó Mike viendo a la cuidadora que se alejaba.

—Gracias por venir a visitarme eres uno de los pocos que lo hacen, ya ves que hasta mi familia me olvidó.

¿Cómo así linda?

—De verdad, mi padre hizo acto de presencia dos veces y mamá ni siquiera la he visto ni la primera vez por acá.

—Pero no te pongas triste, tienes a tu fieles amigos que te queremos mucho. Acotó el chico dándole un abrazo efusivo.

—Me alegra mucho verte de verdad aprecio que vengas a este lugar,para mi es lo máximo.

—Siempre puedes contar conmigo.

—Lo sé y gracias por recordarme.

—Vamos a sentarnos, la última vez que estuve  aquí noté que querías hablarme de algo.

—Si en efecto así mismo es.

—Bien; soy todo oídos.

—Eres la única persona que no mira como si estuviera loca.
—Desde que me contaste aquello quedé perturbado y luego me enteré de que te internaron aquí.

—Es una jugada de Anthony para sacarme del medio; todo lo que escuchaste de mis labios es verdad.

—Te confieso que llegué a dudar de la veracidad de tu relato.

¿Entonces por qué volviste?

—No tienes apariencia de loca y deduje que a peterson le conviene refundirte aquí para evitar que Kate se entere de la clase de hombre que es él.

—Eres inteligente, no te dejas llevar por lo que a simple vista parece obvio.

—Me gusta darle a la gente el beneficio de la duda.

—Yo quisiera gritar a los cuatro vientos mi historia con él , no me importa que me critiquen lo que quiero es salvar a mi amiga de ese truan.

¿Y por qué no lo hiciste cuando ella se acercó a tí?


—Elemental mi Príncipe; si estoy aquí con la etiqueta de demencia nadie me creerá que digo la verdad y será peor.  Añadió Bela mientras masticaba un bombón y le ofreció a su acompañante .

—Gracias¡ están ricos! Se saboreó la golosina con lentitud y pensó un rato para luego agregar—Sí es normal que algunos piensen así, como diria mi madre" cria fama y acuestate a dormir".

—No entiendo ese frase.

—Quiere decir que los que te conocen te juzgaron por tu conducta de antes.

—Eso es verdad haces algunos años yo caí en depresión e intenté hacerme daño; de allí se apoyo Anthony para perjuficarme.

—Si quieres te ayudo a escapar de este lugar.

—No, le daría la razón a los que me creen loca.

—Entonces ¿Qué piensas hacer?

—Salir de aquí por la puerta principal y hacerle la guerra a ese idiota.

—Si quieres yo hablo con el psiquiatra y abogo por tí, para que te vuelva a evaluar y te saque de aquí.

—Sería de ayuda, tal vez eso haga caer en cuenta a Spencer de que estoy sana y debe darme de alta.

¿Qué otra cosa puedo hacer por tí?

—Ser mis ojos y mis oídos allá afuera, no pierdas de vista al abogado de quinta ese.
—Vigila sus movidas okey.

—Sí, fíjate que este señor tiene una amante de turno; sería bueno tener la evidencia y luego decirle a Kate.

—Estoy de acuerdo,vamos a ver si mete a todo el mundo en el manicomio para librarse.

¿Tu la amas verdad?

—Sí,pero ella ni pendiente conmigo me quiere como un amigo.
—Espero que me ayudes a quitarle la careta; tal vez luego ella si pueda ver el hombre especial que hay en tí.

—Yo te voy a ayudar, no por intereses propio sino porque me revienta la mentira y mucho más cuando perjudica a una persona tan querida para mi.

—Buenas tardes, yo también vine a hacerte compañía. Era Mel que llegaba en ese momento.
¿Como estas reina?
—Feliz de ver a mis amistades.
—Nosotros dos estuvimos hablando el otro dia de lo que te pasó; yo tengo la certeza de que estas más cuerda que todos aquí, tienes mi apoyo.

—Gracias chiquilla no esperaba menos de tí, ahora tengo dos aliados que me ayudarán; no saben lo esencial que es para mi que ustedes crean lo que digo y que no denigren como los otros.

—No estás sola de ahora en adelante todo va cambiar ya veraz que pronto vas a recuperar tu vida y seremos como antes las cuatro amigas para lo que salga.

—Oigan ¿y a mi donde me dejan?

—Corrección las princesas y el valiente caballero. Añadió Melania sonriente.
Entre risas y palabras de aliento Isabela pasó un momento agradable, se le olvidó por un rato el lugar y las circunstancias en que se encontraba.

—Yo si pensé "esto de que Bela se enloqueció de repente me parece extraño".

—A mi me ocurrió igual ¿Que les parece?
—Me alivia de que analizarán la situación antes de juzgar.
—Todavía estoy estupefacta con todo lo que me contaron es un cinico e indolente  no le importa el daño que le pueda causar a los demás.

—Por muchos años lo amé o al menos fue lo que creí, cuando careces de cariño te aferras a lo primero que se ponga en frente y hasta lo celas y eres capas de traicionar una amistad verdadera; me avergüenzo tanto de lo mala que fui.




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