44.. Me gustas.

Durante toda la noche estuve pensando en qué podría decirle a Jungkook, creo que por fin lo tengo, pero estoy nerviosa.

—¿Qué hacen?— pregunté a los chicos que estaban en el cuarto de videojuegos.

—Estamos a punto de jugar este nuevo videojuego— respondió Tae.

Me senté a un lado de Jungkook seguido de Hobi.

—¿Qué lees?— pregunte, pero me ignoro— ¿todo bien?— ignorada de nuevo.

Mire a Hobi y él solo alzo los hombros indicando que también estaba confundido.

—¿Estás enojado por lo de ayer?— pregunte e ignorada por tercera vez—. ¿Podemos hablar?— pregunte y me miró.

—Tengo algunas cosas que hacer, hablamos más tarde— dijo para desaparecer.

—¿Saben que tiene Jungkook?— pregunté y ambos negaron.

—Será mejor que hables con él, debe ser por lo de ayer— susurro Hobi— puedes dejar “la broma” para después.

—Ok— dije y caminé a la habitación de Jungkook. Toque pero no se escucho nada del otro lado de la puerta, intente abrir pero tenía seguro, esto ya no me estaba gustando para nada, algo está mal— Gukie ¿estás bien?— pregunté pero seguía sin responder baje a la cocina y busqué las llaves de la habitación por nada del mundo lo dejo solo el hace lo mismo por mas que le digo que se vaya se queda, no lo abandonaré.

Subí con las llaves y abrí la puerta sin hacer ruido ¿que hacía acostado?

—¡Despierta, dormilón!— grite aplastandolo y se destapó luego comence a reir y jale sus cachetes— ¿que tienes?— pregunte acostándome a un lado— ¿vas a ignorarme?— pregunte, pero parece que lo hara— bien, no me iré hasta que hables.

—Quiero estar solo.

—Y yo no te dejaré solo.

—Por favor.

—Me estas preocupando esto no es normal en ti, pero ya dije que no me iré ¿que paso cuando te dije que no querías que te quedaras? ¿ah? no te fuiste, te la pasaste molestandome e incluso me sacaste de mi cuarto, así que levanta tu trasero y vayamos a pasear.

—No quiero— dijo tapándose con las sábanas como un niño pequeño.

—Te besaré si no te levantas— dije y me arrepenti ¿que demonios estoy pensando?

—¿Q..que?— pregunto confundido.

—¡Qué te levantes o te golpeare!— dije.

—No te atreverías— dijo mirándome.

—¿Me estás retando, Jeon Jungkook?

—Solo digo que no te atreverías.

—Ah pues vas a ver— obviamente no lo golpearía solo bromeo, alce mis manos pero el fue mas rapido y me tomó de las muñecas.

—¿Enserio lo ibas a hacer?— pregunto sorprendido.

—Claro que no, como crees, nunca— sonreí.

—Aish, tu…

—¡Ah!— recargue mis manos a los costados de la cama rápidamente antes de que cayera encima de él, oh mierda, sentia mi corazon latir de nuevo, otra vez sus malditos labios me están tentando, rápidamente lo mire a los ojos, no parecía sorprendido ni nada por el estilo.

—J-jungkook…

—¿Mmm?

Trague grueso, solo son tres palabras, no es tan difícil.

—Me…

Sonó la puerta de la habitación, ambos volteamos a la puerta, Yoon estaba bastante sorprendido.

—No quería interrumpir— dijo y rápidamente cerró la puerta, mire a Jungkook y rápidamente me separe.

—Lo siento— dije sentándome.

¡Enserio que tengo la peor suerte del mundo! tal vez eso indique que no podemos estar juntos ¿será lo mejor no decir nada?, aish ¿porque todo esto me pasa a mi? suspire.

—T/N...— dijo Kook y lo mire— ¿estas bien?

—Si, ¿por qué?

—Nada— respondió— ¿que ibas a decir?

—Nada— sonreí y me puse de pie— si necesitas algo puedes llamarme, estaré en mi habitación— dicho esto salí y entré a la mía, me tumbe en la cama y grite en mi almohada.

—¡Maldita vida!— dije recostándome bien.

Yoon, cierto ¿a que habrá ido?, me levante y camine a su habitación, luego toque.

—¿Quien?— se escuchó.

—Soy T/N voy a pasar— dije abriendo la puerta— ya se desocupo Jungkook por si quieres hablar con él.

—Quería hablar contigo, pero ya olvide que era— sonrió.

—Sobre lo que viste…

—Estas están en todo tu derecho, los novios también pueden…

—¡¿Novios?!— pregunte casi gritando y él asintió— ¿de donde sacaste que éramos novios?— pregunte.

—Tu hermano y Tae me lo dijeron hace varios días— dijo el rey.

—Esos chamacos, parece que no entendieron, pero no, no somos novios— dije acostándome en su cama.

—Pero si quieres, ¿no?— me miro.

—Tal vez— reí— cuando entraste… Estaba a punto de decirle, así estaba— dije juntando mis dedos índice y pulgar.