Capítulo 5.
{Vivir sin pasión.}
Azucena.
Cuando tenía unos cinco o seis años, les pedí a mis papas como regalo de cumpleaños un hermanito o hermanita. Algo que desencadeno un sinfín de charlas, de como por ahora no iba a tener un hermanito.
Pero mi vida fue mil veces más feliz, cuando mamá llego un día con una sonrisa enorme en el rostro. Sabía que algo estaba por venir. Y así fue, cuando dos meses después de cumplir diez años. Nació mi pequeña hermana, Gardenia. Me acuerdo que le dije que ella sería mi mejor amiga y la amaría toda la vida.
Pero hay momentos, como estos, en donde la pequeña monstruo está llorando a mares. Porque no le quise poner los dibujitos. En los cuales me arrepiento de tal deseo.
Odio cuando mis papas no están a la tarde, porque la tengo que cuidar y pasan cosas como estas.
—No voy a poner los dibujitos, ya viste dibujitos. Es mi turno de ver algo — le dije lo más calmada posible.
Empezó a hiperventilar, sus cachetes estaban rojos al igual que sus ojos. En realidad estaba toda roja, es increíble.
— NO, YO QUIERO MIS DIBUJOS.
La mire sorprendida, conté hasta diez. Porque si no enserio iba a gritarle y eso sería peor.
— Deja de gritar — ordeno. — Porque voy a ver yo mi serie. Y si te molesta, usa tu Tablet y mira ahí los dibujos.
— ¡Es que no entiendes! — grita moviendo sus manos en gestos exagerados.
— ¿Se puede saber porque pelean? — pregunta una voz masculina sobresaltándonos, ambas giramos y miramos al recién llegado.
— ¡Tío Kevin! — grita felizmente Gardenia.
— Sobrina numero dos — la saluda él.
Se arrodilla y extiende sus brazos, Gardenia baja del sillón para correr a abrazarlo.
— Como te extrañaba tío Kevin.
Kevin es mi tío, hermano de mi papá. Es sin duda mi tío favorito, dicen que desde que era chiquita siempre fui apegada a él. Pero creo que se debe a que nos llevamos ocho años de diferencia, y por eso congeniamos más. Aunque tengo otro tío llamado Benjamín, que es genial. Es demasiado inteligente como papá y hasta me regala libros. Aunque también está el tío Javi, ese sin duda es un caso especial.
— ¿Y mi sobrina número uno? — pregunta.
— Acá estoy — dije riendo.
Me levanto, corro hacia donde esta él. Para darle un fuerte abrazo.
— Ahora ¿Por qué peleaban como lunáticas?
— Yo no soy ninguna luna — se queja Gardenia. — Esa tipa, — me señala — no me deja ver los dibujos.
Kevin se da vuelta y me mira enarcando una ceja.
— Su, tenés como mil años. Deja de pelear a tu hermana.
Le doy la mirada más fulminante y asesina que puedo dar. Y también se la doy a Gardenia, mientras corre felizmente hacia el sillón y cambia la tele a sus horribles dibujos.
— Sabes, ya no sos más mi tío favorito.
— ¿Qué ahora mi copia barata es tu tío favorito?
— No, Javier ahora es mi tío favorito.
Suelto una carcajada al ver su cara de fastidio.
— Na, ese idiota no me llega ni a los talones — dice.
— Pero me hubiera dejado ver la tele a mí.
— Claro, pero nadie quiere aguantar un berrinche de la pequeña monstruo — explica. — Ahora ven, te traje un regalo.
Mi mueca de fastidio se transforma en una sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Qué me trajiste? — pregunto ilusionada.
— Un regalo, boba.
Ruedo los ojos, sinceramente este hombre es medio tonto.
— Ya tío.
Solo se ríe, mientras caminamos hasta la cocina. Arriba de la barra del desayuno, estaba una caja roja con un moño.
— ¿Para mí?
— No, para la planta — dice con sarcasmo.
— Sabes, en estos momentos es muy difícil quererte como el tío favorito.
Hace de cuenta que no me escucho y me anima a abrir el regalo.
Tomo la caja en mis manos y le quito la tapa. Suelto un chillido feliz, al ver lo que contiene.
Púas de guitara rosa y lila brillante, una libreta de cuatrocientas páginas, un set de lápices y lapiceras azules. Y unos auriculares blancos.
— ¿Te gusta? — pregunta.
Me lanzo hacia él y lo abrazo con fuerza. Haciéndolo reír.
— Gracias, gracias, gracias — dije feliz. — Te amo, eres el mejor tío del mundo mundial.
— Ya lo sé, nadie puede competir contra mí.
— Es que es genial. Muy genial ¿Cómo sabias que necesitaba púas?
— Porque siempre andas tocando y se necesitas. Y las vi y dije “son para mi sobrina”. Luego recordé que siempre andas con ese cuaderno feo y viejo. Y pensé “esta agenda es cool como yo. Mi sobrina lo merece”
— Por eso digo que sos mi tío favorito — digo abrazándolo más. — ¿Quieres que te haga una canción?
— Claro ¿Crees que hago todo esto gratis? No, claro que no. Merezco dos canciones… como mínimo.
Suelta una carcajada que me hace reír.
Me paso la tarde componiendo la canción para mi tío mientras estreno mis cosas nuevas. Mientras el comienza a contarme que hizo este tiempo que no lo vi. Con Kevin tengo algo que con mis otros tíos no, tengo confianza una de mejores amigos.
Así que cuando él se acuesta en el sillón, con su cabeza en mis piernas. Sé que tiene algo para decirme.
Gardenia esta entretenida viendo sus dibujos, así que aprovecho para hablar con él.
— ¿Qué pasa tío?
— Conocí a una chica espectacular. Es lista, habla mucho, es pintora, le gusta el futbol. Salimos de fiesta varias veces, hasta fuimos a comer y ya sabes…
— ¿Se acostaron?
— ¡Azucena! Esas cosas no las tienes que saber — dice riéndose.
—Pero, si no soy una niña. Se cosas…
— No quiero saber cómo lo sabes, sino golpeare a ese que te enseño.
Recuerdo los besos con Russel, su lengua junto a la mía. Eso es suficiente para ruborizarme y hacer que mis pensamientos divaguen. Pero luego recuerdo en donde estoy.