Azucena.
No podía dejar de pensar en lo que había pasado con Russell. Todavía puedo sentir sus manos en mi cadera, su boca en mi pecho y su entrepierna rozando mi entrada.
— ¿Por qué tenés esa cara? — pregunta Tere sacándome de mis pensamientos.
Siento mis mejillas enrojecerse ¿Qué cara tenia?
— ¿Qué cara?
—Esa de como si comieras algo muy rico.
<<Pues yo no comí nada…>>
— ¿Por qué te sonrojas? — vuelve a preguntar.
Estábamos afuera con Tere, ya que habíamos salido de un examen el resto del grupo todavía seguía adentro. Aprovechando que estamos solas, le cuento lo que paso con Russell. Como paso la tarde conmigo y con mi hermana, luego lo que paso cuando nos quedamos solos.
—Wow — es lo único que comenta. —Te gusta enserio — dice más para ella que para mí.
— Si, tiene algo que nadie tiene.
— ¿Una boca mágica? — pregunta riendo. Le pego en el hombro. — ¡Auch! Perra.
— Aparte — digo riendo, —tiene algo que me hace sentir bien. Puedo ser yo misma con él, puedo hablar de miles de cosas.
— Pero no sabes si le gustas de la misma forma — comenta. La miro frunciendo el ceño. —No es de mala, pero yo no confió mucho en él.
— Eso es porque no lo conoces.
Ella iba replicar, pero aparece Lore y se tira dramáticamente arriba nuestro.
— Me fue muy mal. El examen de física más difícil de mi vida.
— Pero Lore, era un examen de química — dice Tere.
—Ah con razón. No entendía porque quería que usara la tabla periódica.
Ambas negamos con la cabeza. Lore es un caso perdido, pero así la queremos.
Miro a Tere, para que sepa que mejor hablamos de este tema solas. Ya que las chicas, todavía no aceptan que hable con Russell.
Nos quedamos las tres hablando de trivialidades. Cuando comienza a llegar el grupo, ya hablamos de todo un poco. La mayoría se ríe de como Lore se confundió de examen, que todavía nadie entiende como lo hizo.
Clara nos convence a todos de que tenemos que hacer una fiesta, y ella propone su casa. Ya que dice que los boliches están súper llenos siempre y nunca se puede bailar bien. Y que ahí sí puede tomar hasta el agua de las plantas, porque total camina y se duerme en su pieza. Organizamos todo para ir a ayudarla mañana. Ya quiere hacer la fiesta el sábado, porque ese día sus papas no están.
Como el examen era lo último del día, no pude saludar a Russell antes de irme. Aunque paso a la tarde a mi casa, esta vez, vimos una película de acción. Gardenia paso la tarde con mi tío Benjamín, aunque estábamos solo no paso más de uno que otro beso. Y eso sinceramente me encantaba, porque quiere decir que no me busca solo para pasar tener sexo. Sino que le gusta mi compañía.
Vimos dos películas más, hasta que llego mi mamá. Quien le insistió a Russell que se quedara a comer, pero él debía volver a casa con su mamá.
Al día siguiente todo transcurrió con normalidad, mamá se fue conmigo a la fundación y Gardenia y papá fueron al entrenamiento. Con la diferencia que habíamos quedado en almorzar todos juntos en la casa de la abuela.
Al llegar a la casa de la abuela, vimos que el auto de papá ya estaba estacionado. Tocamos la puerta, y nos abre mi tío Benjamín.
— ¡Sobrina mayor! — chilla él. Me abraza con fuerza, hasta me levanta del suelo.
— ¡Tío Benja!
Me suelta y ve a mi mamá.
— Cuñada hermosa — la abraza con fuerza.
Mientras ellos se abrazan, voy en busca del resto de la familia. Voy directamente a la cocina, en donde mi papá está buscando los platos. Mi abuela, está sacando una fuente del horno. Que la verdad huele delicioso.
—Hola — saludo.
Papá se da vuelta, deja los platos sobre la mesada, para poder abrazarme. Podrían pensar que hace meses no nos vemos, pero hace un par de horas que no nos vemos.
—Hola pequeña Su — me saluda la abuela.
Quien viene hacia donde estoy yo, para abrazarme con fuerza. Hace varias semanas que no la veía, me encanta estar con ella.
— Huele muy rico — comento. Mientras inspiro el aroma tan delicioso.
— Pero que bien huele — dice mamá entrando en la cocina. — ¡Valeri! — dice animada.
Mi abuela me suelta y le da un enorme abrazo a mamá.
— Que hermosa que estas, ambas están hermosas — dice mirándonos.
— ¿Y yo? — pregunta Gardenia. Quien apareció de la nada.
—Vos sos preciosa Gardenia — dice la abuela.
— Hijita hermosa — saluda mamá. Gardenia corre hasta mamá y se le cuelga como si fuera un mono. — ¿Cómo te fue?
Gardenia comienza a contarle a mamá, sobre su día. Yo ayudo a la abuela junto con mis tíos, Kevin me miro y me hizo señas para que saliera con el afuera un segundo.
— ¿Qué pasa tío?
— La otra vez te conté sobre una chica ¿Te acuerdas?
—Sí, de la chica que te trae loco, pero tenías miedo de formalizar.
— Si esa, hablamos y de alguna forma. Que todavía no entiendo cómo, ella entendió todo. Y formalizamos.
— ¿Eso quiere decir que tengo tía nueva? — pregunto emocionada.
— Tal vez si, todavía se las tengo que presentar.
Vi la sonrisa en la cara de mi tío, se cuánto le costó abrirse con su novia y decirle todo. Vencer ese miedo, para lograr ser feliz.
Me alance a sus brazos y lo abrace felicitándolo.
— Bien, vamos adentro.
Mientras almorzábamos las conversaciones iban y venían. Hace tanto que no nos veíamos, que teníamos mucho de qué hablar.
—Yo el otro día, jugué con el novio de Azucena. Le pinte las uñas y vimos patrulla canina.
Yo quien estaba tomando mi café junto con mi porción de torta. Me atragante, escupiendo café y torta en la mesa. Kevin palmeo mi espalda.
— ¿Qué novio? — preguntamos papá, Kevin, la abuela, Benja y yo. Mamá simplemente se reía.
—Russell — dice ella poniendo los ojos en blanco, como si fuera lo más obvio del mundo.