Mi chico

Capítulo 23. {Noche estrellada}

Capítulo 23.

{Noche estrellada}

Russell.

Nunca fui un chico romántico. No me interesaba mandarle mansajes de buenos días, ni de buenas noches a nadie. Ya que nunca me nació hacerlo, pero mírenme ahora ideando una cita romántica.

Mi primer cita, si soy sincero y quiero que salga perfecta.

Azucena esta semana no fue al colegio, dijo que esperaría hasta el lunes. Pero aunque no la vi en clases, pasamos las últimas tardes juntos. Viendo series con Gardenia y hasta me invito a quedarme a cenar.  La pase increíble estando con ella,  pero sé que sigue triste por todo lo ocurrido. Ni si quiera volvió a  instalar sus redes sociales.

Así que como buen “casi novio”, estoy ideando algo para distraerle, hacerla  feliz.

—Russell puedes lavar las verduras, hoy cocinaremos ratatouille —me hablo mi mamá desde la cocina.

—Este bien.

Voy hacia la cocina, la encontré dejando las cosas sobre la mesa.

— ¿Hoy papá comerá con nosotros? —pregunto mientras me lavo las manos

—Sí. Así que decidí que como casi no pasamos mucho tiempo en familia. Deberíamos cenar algo delicioso y conversar o podríamos ver una película.

Le doy una cálida sonrisa a mamá, mientras corto las verduras.

— Me agrada la idea.

Aunque en mi vida no me falto nunca nada, yo siempre extrañe a mis papas. Que ellos trabajen casi todo el día  hacen que casi no podamos estar juntos. Pero en estas ocasiones, cuando ambos coinciden para cenar o almorzar es cuando hay que aprovechar.

— Mamá ¿Hay alguna posibilidad de que puedas conseguirme entradas para la función de mañana del observatorio?

Ella se de vuelta y me mira, mientras  se chupa un dedo con salsa.

— Sí, claro hijo ¿Cuántas quieres?

— Dos.

— ¿Para ti y alguna chica… chico? — pregunta intentando no parecer curiosa.

— Una chica, Azucena, la hija de Yull —dije —, no la está pasando muy bien  y dijiste que mañana hacían la función en honor a Vincent van Gogh.

— ¡Vaya que sorpresa! No sabía que seguían en contacto…

Sé que eso es una indirecta “Nunca me dijiste que te veías con una chica”.

— Estamos saliendo hace un par de meses. Es mi amiga por ahora, no es mi novia…

—Pero esperas que la noche estrellada, sea como un incentivo para que lo sea.

—Exactamente.

—Owwww mi bebé es todo un romántico — se burla, puse los ojos en blanco—. Te conseguiré las entradas y espero que traigas a Azucena a cenar algún día.

—Gracias mamá, si cuando ustedes estén en casa.

Ahora fue su turno de rodar los ojos. Le tire con una rebanada de zukini a la cabeza. Ella me tiro una servilleta y por suerte tiene mala puntería.

Listo una cosa menos. A seguir con el resto.

***

Toque el timbre de su casa y espere pacientemente. Le deje un mensaje a Azucena diciéndole que a las siete la pasaba a buscar, para que tengamos una cita. La puerta no tarde en abrirse espere encontrarme a sus padres o a la misma Azucena. Pero en su lugar estaba un hombre de unos cuarenta y pico, su cabello es castaño oscuro casi negro, tiene ojos marrones y es casi tan alto como yo. 

— Hola buenas noches, estoy buscando a Azucena — salude educadamente.

El hombre me miro de arriba abajo. Sus ojos se quedaron un tiempo más de lo normal en mis anillos plateados. Había elegido un atuendo no tan excéntrico como de costumbre, jeans negros, una camisa del mismo color. Mis borceguís y solo me pase un poco de lápiz negro por el contorno de mis ojos.

— ¿Quién eres y porque buscas a mi sobrina? — la voz no era tan gruesa como intento hacerla sonar.

— Javier ¿Quién es? — reconocí la vos de Yull.

— Un intento de Damiano David, que busca a mi sobrina —respondió el ahora nombrado Javier.

—Me halaga señor, pero soy Russell — me presente.

— ¿Señor? —pregunto indignado —.  El intento de Damiano me acaba de llamar señor — se quejó gritando hacia el interior de la casa.

Logre ver la cabellera negra de Yull acercándose.

— ¿Qué carajo te pasa Javier? — pregunta riéndose. Luego sus ojos se topan con los míos. — Russell, ven pasa. Azucena ya viene — ella me toma de la mano y me hace pasar.

— ¿Conoces a este tipo? — cuestiona Javier.

— Te vez increíble — dice Yull sonriendo. — Si Javier, deja de molestar al chico. Es el casi novio de Azucena.

Javier hizo como si le diera un ataque del corazón.

— ¡William! ¡Como dejaste a nuestra bebé tener un novio! — grito mientras camino hacia la cocina.

— Déjalo, es el mejor amigo de mi esposo. Y la verdad está mal de la cabeza, yo lo ignoro avecés.

Antes de que siquiera pudiera responderle

— Ruuuuuuuu — se escuchó el grito de Gardenia. La verdad no supe de donde vino, hasta que la cabellera rubia de la pequeña apareció en mi campo de visión. Salto a mis brazos y me dio un sonoro beso en la mejilla.

— Gar ¿Cómo estás?

— Muy bien, hoy mis tíos están aquí — comento feliz.

<<Dijo ¿Tíos? >>

— Tipo Benja y Kevin — grito. — Vengan a conocer a mi casi añado.

Yo quede pálido. Yull comenzó a reírse de mi cara, tan típico en ella.

— Es cuñado hijita — hablo mirándola, luego me miro — voy por mi hija, suerte.

La mire negando con la cabeza. Malvada casi suegra, trague en seco cuando vi llegar a dos hombres iguales. La diferencia es que uno usaba lentes y parecía un frikis de esos que no te hacen nada. Pero el otro tenia pinta de matón… Gracias a lo que me conto Azucena, pude saber cuál era Kevin.

— Buenas noches  — salude.

— Tíos miren mi casi cuñado.

Ambos me miraron. Como el otro tío, me vieron de arriba abajo.  No baje a Gardenia, ya que así nadie me querría golpear.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.