Mi Corazón A tú altura

Capitulo 30

—¡Hola! —¡Tú!, ¿qué haces aquí? ¿tu papa te envió a por más dinero?  —¿Qué! para un poquito, no vine acá para que me insultes… —Claro… para que entonces ¿para ver mi casa? ¿Y veas que no te haya robado nada?

—Hey, Hey para un poquito el carro, vine para pedir disculpas, nada más…  —¿Disculpas?... Son las… —10 de la mañana Andrés —¡ah! encima sabes mi nombre… —Papa me lo dijo…. —Sí… tú padre no tienes mucho de él…

—Bueno, si vas a seguir así sus un pelotudo… —¿Un pelotudo? Quizás sea un insulto, pero me siento enojado y aun ebrio… —y tú una estúpida que se mete en las habitaciones… —¿Estas borracho? —¿y si lo estoy? Que te importa. —¡ah! con razón volveré cuando estes sobrio… —No tú no volverás, no pienso verte…

En ese instante regurgité sin razón alguna… más parece que solté todo el alcohol que no pude procesar… —¡Hey…! ¿estas bien? Mientras aun yo potaba, esa muchacha sin permiso alguno entro… corriendo el portón…

Apresurada se acercó a mí, yo me estaba de rodillas sacando aun el alcohol restante todo esto habrá durado máximo 2 minutos… con ella tocando mi espalda me intentaba aliviar, pero en ese momento no pensaba las cosas con claridad…

—¡ya!, ¡ya!, ¡ya! ¡déjame…! ¡quien te tedio permiso de entrar? —¡Hey! yo solo estaba tratando de ayudarte. —¿Pedí tu ayuda? —Que mal agradecido que sos… ¡basura! Sin más se marchó… y si soy una basura, pero eso no cambia el hecho que no pedí su ayuda…

Aun así, no sé qué vino a aquí, espero no tener que verla de nuevo… para mí en cuanto fui a la cocina por algo de bebida observé que estaba vacías… con suerte había un jarrón ¿con helado? Vaya saber cuándo fue la última vez que lo compre…

—¿Señor? En cuanto gire mi cuello observe la mirada de aquella sirvienta… —¿Qué pasa? —¿Quiere que consiga algo de comer? —hum no, consigue algo de alcohol, me iré a dormir… pase el resto del día acostado observando mi celular…

Leyendo mensajes de mi amigo mateo… recuerdo cuando dijo que no quería saber nada mas de mi… su esposa le prohibió hablar conmigo porque según ella, fui el que engaño a Sofia… jajaja pobre idiota…. Si que pobre idiota fui…

Perdí a mi único verdadero amigo… todo por, no perdonar y saber decir la verdad… quizás arruine su vida si aparezco quizás se pelee con ella… no quiero dañar una familia ya no quiero molestar a nadie más…

Mientras más pensaba más rápido me daba cuenta, que estaba quedando sobrio… me fui directo a la heladera la lleno con bastantes cosas y una de ellas era las bebidas… toma el pack de 6 latas y me las llevé… en pleno anochecer en el balcón del segundo piso.

Miraba como las estrellas comenzaban a aparecer eran bonitas tanto como el mar, aunque no lograba ver de lejos por lo oscuro que se estaba poniendo me imagina que pasaría si siguiera esa oscuridad y desapareciera…

En un intento de levantarme por unos ruidos que escuche termine por desmayarme… solo recuerdo que caí al suelo viendo una sombra en la entrada a mi habitación… un extraño olor me despertó aparte de un sonido típico de hospital…

Ese que monitorea el corazón… dicho y hecho era efectivamente un hospital, ¿cómo llegue aquí? no lo sé… pero en cuanto me vio la enfermera salió espantada… enserio estoy pensando en hacerme cirugía estética…

Para mi sorpresa solo llamo al médico… un hombre pelirrojo bastante agradable. —señor Andrés… ¿cómo se encuentras? —clásica pregunta, pero es necesaria…. —por lo visto sigo vivo… el junto a las enfermeras se miraron unos a otros…

—Sí…le logramos extraer el exceso de alcohol. —¿Entre en coma? —no… tan así más bien tuvo un atracón… En cuanto a su salud está en perfecto estado… —¿Como llegue aquí? —Dos mujeres le trajeron una es su empleada y la otra su amiga…

Pensé ¿amiga? Las únicas a las que podría considerar amigas serian Emma y Amira… pero dudo que sean ellas… —Una muchacha bastante joven… —Se llama ¿Ana María? —Sí. ¡Ja! quien diría se metió en mi casa…

Y me salvo mi vida, aunque no se lo pedí… —En todo caso me gustaría que se quedara hasta mañana… debe tomar más agua y… Bla, bla, bla. Solo son palabras sin sentido para mí, es médico lo respeto.

Pero a esta altura que alguien más se preocupe por mí es extraño, su trabajo es salvar vidas y aun que sea muy bueno… no quiero que me salven, no merezco una pizca de tiempo de este médico… —Para terminar… mañana antes de irse se le hará una consulta.

—¿Consulta? —Sí, una consulta psicológica… parece que está bastante estresado… ¿le paso algo que le disgustara? —¿Estrés? ¿Disgustos? —No, nada que debería preocúpame… —En ese caso… ¿problemas de dinero? o alguna mala relación que haya…

—¡Mire! doc, no tengo problemas simplemente me excedí solo eso… —Esta bien en todo caso por hoy descanse ¡ah!, avisare a su amiga…  —¿Cuantas horas pasaron? —¿ah? está aquí hace dos días Andrés… mientras pasaba el rato…

Pensando porque no simplemente evite despertarme quizás Así no moleste a nadie… en cuanto a mi pensamientos se vieron interrumpidos por la llegada de esta muchacha… —¡hola!, como estas? La mire muy excautivamente.

Estaba bonita su sonrisa era agradable, pero algo me decía que no puedo confiar en ella algo me oculta… —¿Gracias a ti? Creo que viviré más… —Sos la basura más grande que conocí, ¡mal agradecido!, ¡estúpido!

—En primer lugar, ¿te pedí que me salvaras? —¡Ah bueno…! ¿sabes qué? ándate bien a la conc** de tu madre… ¿Un insulto con una caracola? Oí de eso… aquí sí que son ingeniosos para insultar… —¡Hey! ¡Espera! Gracias…



#21241 en Novela romántica
#4059 en Joven Adulto

En el texto hay: mentiras, celos, dinero o amor

Editado: 27.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.