Mi Corazón A tú altura

Capitulo 31

—Pero para mí diría que sí… —pero no lo parece… —nada es lo que parece paula… —bien por hoy terminamos… me puse curioso su oportunidad para saber quién soy en realidad estaba ahí pero ella simplemente termino la charla…

—¿No va a medicarme nada? —No… tratara de suicidarse si lo hago… —que le hace pensar… —escuche Andrés… venga la próxima semana… estaré aquí… ¿imagino que no tendrá problemas en pagar la consulta? —No creo… que este mas…

—Bueno en todo caso si sigue vivo venga… no se haga mala sangre por mis comentarios… Mientras anotaba una receta… mire atento a su revoltoso cabello… —y otra cosa si piensa en beber pregunte si es necesario… sin más se marchó apresuradamente.

Vaya que es extraña, pero me alivio hablar las cosas… quizás no las hablamos a detalle, pero me saco una sonrisa… a los 5 minutos llego el camillero, quien me llevo a mi habitación, en la tarde fui dado de alta según Miguel aquel pelirrojo quien terminaba guardia.

Me aconsejo que volviera al psicológico le pregunte si le comento algo… aparte de que estoy trastornado nada… pensé ¿por qué trastornado? Yo lo veía más como traicionado… engañado e inútil… no puede evitar deprimirme…

Al salir por la puerta corrediza aquel camillero se despidió y yo esperé un taxi con 8 grados a la intemperie… cuando aparecieron ellos… es casi imposible no verlo 2 metros de altura junto a una niña Pensé que lo era, pero era su hija… al observarme se acercaron a mi…

Yo pensaba que me ignorarían y seguirían su camino, pero no fue así—¡Andrés! ¿qué tal anda? Los mire esperando que aquella muchacha diga algo, pero se calló, solo él fue el único que me saludo... parecía más deseosa de irse…

—Bastante bien… ya estoy de alta…. —Me lo imagino no creo que se rateara del hospital, lo felicito. Aunque pareciera un chiste sonreí por respeto, aunque la gracia no la vi note su buena intención además por a aquí tienen la manía de felicitarte por cualquier buena notica.

Por más insignificante que sea…. —Sí, gracias —¿Quieres que te llevemos? Lo pensé, pero entre encontrar un taxi y congelarme era muy obvia la solución. no lo pensé mucho… —¿Cómo te trataron Andrés? Pensé que aún seguía enojada conmigo, pero no puede evitar contestarle…

—Bien… mi empleada pudo alcanzarme algunas cosas… —Me alegro…. —apropósito como entraste… me dio un pequeño golpe en el brazo… —disculpa tenías un mosquito… mientras me hablaba me hacía señas parece que su padre no sabe que se metió en mi casa…

—Hija ten más cuidado, recién salió del hospital…. —perdón papa… —Me conto que se cayó… estando borracho Andrés —ah, sí… un atracón alcohólico dijeron…. — jaja que forma de chupar la tuya… —¿Chupar? —cierto… es una forma de decir que te excediste…

—¡ah! sí… aunque note una sombra… volvió a golpearme esta vez más cerca del hombro… —¡Ana…! ¿qué te pasa? —perdón ¿no limpiaste el auto Pá? Con su mano frotando mi hombro era más que obvio quería que cerrara la boca…

—Ah disculpa Andrés se me paso…. —ah no se preocupe… su rostro fingido de felicidad me hacía dudar si solo quería evitarme un disgusto más o que su padre le dé un sermón… en cuanto llegamos note que aquella mucama abrió la puerta.

Espero que me haya visto… y no la abriera porque si… en el trayecto les hice pasar… les ofrecí café… me sorprende que aun quede… llegado el momento me senté con ellos a charlar. —tiene una bonita casa… —si costosa pero bonita…

—¿Que tal el negocio? —¿ah? acabamos de cerrar los turistas ya se fueron… —¿Cada cuánto abren? —Depende de la intensidad de turistas… pensaba que tan mal pueden administrar un negocio así… —¿Está diciendo que en este momento puede haber clientes?

—No… el lugar no es tan turístico… —No deja de ser un buen lugar… —usted mismo vio lo que esta ese lugar… —sí, pero digo la ubicación, el terreno las cabañas están bien… ¿no pensó en refaccionarlas? —no creo… cerraremos dentro de nada… ya dejé de pagar el agua y gas…

¿Como pude darse por vencido tan rápidamente? —¿Enserio? ¿Y? ¿dónde piensa ir? —Yo quizás vaya un tiempo a visitar a la abuela de Ana… en cambio ella… —papa dijimos que iríamos los dos… —no… es momento Ana después hablamos…

—No papa no dijiste nada… —¡Esperen! Los interrumpí. —Disculpa Andrés estamos molestando ya nos marchamos… —No, no es eso… simplemente no hay que pelear… ¿qué sucede cómo es eso que va a dejar a su hija sola? —Esta grandecita —¡Qué? ¿señor está bien? ¿Cuántos años tiene?

—Yo tengo 24 Andrés… pensaba que se trataba de una menor… —vaya las apariencias…. —Sí Andrés mi altura es… engañosa, no te dejes llevar tan fácilmente… —Ana maría va a cumplir 25, quiero que estudie, así que pensaba dejarla seguir su camino…

—papa no es lugar… —tienes razón… gracias por el café Andrés, nos marchamos tenga buen día que se mejore… tantas palabras para decir cuídate… son algo habladores… en cuanto se marcharon me acomode de nuevo en el mismo lugar… quede sentado… esperando, pensando…

Me quede en un trance mientras pensaba las cosas que hable con aquella doctora… pensé que no volvería a llorar… pensé que no colapsaría como aquella vez pensaba que solo sería una típica charla… pensar problemas simples… cuando volví de aquel transe…

La sirvienta me trajo un café… se lo acepte mientras seguía pensando… tenía la inseguridad de saber si es verdad que solo tengo estrés, que solo intento suicidarme de la manera más lenta y dolorosa posible… quisiera ver el panorama desde otro lado.



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En el texto hay: mentiras, celos, dinero o amor

Editado: 27.01.2022

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