—Ana… —¿Que Mierda quieres Andrés? —¿Podemos hablar? —¿hablar qué? con vos no tengo nada que hablar sus un tarado, casi me partís la cabeza con ese palo… mira aléjate de mí… o llamo a la policía… —Wow que esta enojada Miré a Emma y le dije.
—Emma vete déjanos solos…. —Okey… —Ya lárgate Andrés, sus un peligro… deberías estar en un siquiatra… —Solo estaba borracho —¡Lo suficiente como para desconocernos! Aun que me molesta fue gracias a la seguridad de Emma estoy acá…
—Lo sé, lo se… por eso… no pensaba lo que hacía, perdón sé que se me fue la mano, pero por algo cerré la puerta no quería que me vieras así… —¡Andrés ándate! hazte tratar no está bien… —Lo hago Ana, pero no funciona… —¡Que vas a hacer? ¡Te vi Andrés!
Lo único que haces es gastar solo una vez te vi ir al hospital… —No, he ido más veces… —Mientes… con la puerta ya casi cerrada quizás por miedo intentaba ya cerrarla, pero le puse el pie. —Espera… es verdad… voy a un psicólogo… bueno psicóloga…
—Estoy haciendo un esfuerzo por cambiar… ¿ya te ayudé no? Refaccione cada rincón deja que te siga ayudando te lo pido por favor… Se lo pensó mientras me miraba a los ojos con un rostro amargo y enojado —¿Sigues borracho? —¡No!, pero me duele la cabeza…
Después de un silencio incomodo parece que la convencí. —Entra te daré algo… mientras me sacudía los pies me dio un medicamento ¿debería tomarlo? No lo sé, pero no se lo negué… —Cuéntame la verdad… porque rompías tus cosas…
—Es una larga historia… —Soy toda oídos. mientras la miraba cruzada de brazos mirándome por encimé del mentón no pude negar que la vi pequeña… como un nomo enojado… —Estoy esperando... —Ana vamos… no tienes por qué oír mis desgracias.
Suspiro molesta. —Sí quieres que confié en ti quiero escuchar porque estas así… —Por favor no me hagas esto… trato de olvidar ¿y tú quieres que te cuente? Levanto su brazo apuntando a la puerta diciendo —Vete… —¿enserio? ¡Vamos Ana! Insistente apuntando a la salida Entre suspiros y giros le dije que Sí.
Pero fuimos interrumpidos por Emma… —¿Andrés? —Te dije que esperaras… —¿Y congelarme? No gracias…. ¡Wow! Vaya, que buena recepción. —Por favor puedes… Ana me interrumpió, quizás para hacerme el favor de no pelear y poder hablar a solas.
—Emma si quieres date una vuelta por el lugar Andrés quiere contarme algo… —¿Ah? ¿qué será? Pero la conozco no quiere irse… —Deja de ser chismosa. —¡Hay! bueno… mientras ella se marchaba yo me dispuse a seguir a Ana nos fuimos donde está la oficina, de recepción.
Aunque rustica aquel decorador que contrate sabe cómo darle ese toque… campestre —Bien estamos solos cuéntame. Mientras pensaba de donde arrancar esta historia sin agrandarme, me relaje para hacerlo lo menos doloroso posible. —Bueno ¿por donde empiezo?
—Donde tú quieras… —Bueno… tenía cierta pareja… —¿Qué? ¿mal de amores? —Déjame hablar, saca tus conclusiones después… la mire seriamente, estoy tratando de explicar lo que yo llamaría mi peor pesadilla, Asintió con la cabeza.
—Antes de tener mucho dinero… tenía una persona que quería mucho… y por verla feliz hice cosas que no pensé que se saldrían de control… La observe asombrada —No, no mate a nadie, ni torturas ni nada que pueda ser ilegal… la note relajada de golpe… ¿aun sigo dando miedo?
—¿Entonces? —Bueno, a ver… en resumidas cuentas junté tanto dinero como pude… le conseguí trabajo, ropa, cosas…. Y todo para… —¿Para qué? Me reí quizás para no llorar… —Me engaño Ana… hice muchas cosas por ella y me apuñalo por la espalda…
Unos segundo de silencio nos invadió incomodidad? No creo, estaba pensativa… buscando quizás las palabras menos dolorosas… —Esas cosas pasan, pero tienes que entender que no es una sentencia de muerte. Es casi conciencia que dijera lo mismo.
Pero es tan cierto que no sé por qué lo niego… —Se que se terminó Ana pero no es fácil… a veces siento que para lo único que me esforcé fue en vano… me comencé a acelerar o me invadio el sentimiento de ansias… —quise terminar con mi miserable vida y no sabes cuanto… entiendes? Le di todo… solo la quería ver feliz, hice amistades que no quería por ella la mujer que está afuera es una de ellas… vivo, pensando que no valgo que no tiene sentido que es… —Andrés, ¡Andrés! Volví a la realidad, me perdí y quizás comencé a llenarme de emociones absurdas…
—Cálmate te estas descontrolando de nuevo… calma… solo cálmate. Haciendo una respiración profunda me calme —¿Vez? Por eso… no me gusta… Nos siguió otro silencio, pero este duro menos quizás 7 segundos… —¿Por eso bebes?
Aunque aquí lo negué siempre fue la razón más cobarde… aunque siempre lo hice por miedo a hacerlo rápido, suicidarme lenta y dolorosamente… es quizás por que aun quería verla… —No se Ana… bueno, quizás sí pero solo intento mantener la mente ocupada…
Me acomode en el sillón, y feliz le dije la razón por la que apenas comencé a dejar de beber… —Mira, déjame ayudarte… deje de tomar desde que te ayudo… me observaba seria, quizás piense que la uso, pero ella sale ganando más que yo… Aunque no se dé cuenta.
—¿Solo quieres… olvidarla verdad? ¿Asintiendo con la cabeza le respondí… —¿Fue todo para ti? Un instante la observe muy atentamente traje un buen sorbo de aire para luego decir lo que es aún la verdad. —Era lo único que tenía y daba sentido a mi vida…
Razonar es bueno, pero a veces tener empatía o humildad es mejor… Se más que nadie que lo que hice está mal, pero estoy estresado, cansado solo intento ser alguien nuevo… —¿Puedes perdonarme y volver? Me respondió con otra pregunta.