Mi Corazón A tú altura

Capitulo 41

Me sonrió, me preguntaba ¿cómo alguien en ese estado puede sonreír? —did you come Andrés… —si Brown volví… —Pensé que me dejarías morir… —No parece que te pueda salvar… tiro una carcajada seguido de una tos seca… —Dios, que estas mal hombre.

—Sí… mira que no me di cuenta… —Me dijeron que querías verme… —Sí… ¿qué tal Emma? —Igual de loca y paranoica… —Jaja si… no va a cambiar… —Me conto… que no vivirás más … —Ah sí… esos médicos siquiera saben lo que tengo…

Pero bueno la vida es así… —Sí… —Apropósito ¿qué paso con esa tal… —Sofía? —Dijeron… que enloqueciste... después de lo etiopia no te vi más… realmente te perdí el rastro… —Sí… resulta que el amor lo puede todo…—y dímelo a mí… aun creo que fue por culpa de ella que termine así…

—Aun tienes a tu hija… —En rehabilitación, Andrés… —Vaya que estas pagando por muchas cosas… —Quizás… escúchame Andrés… Me tomo del brazo repentinamente. —No tengo mucho tiempo… termina lo que no pude… —¿Terminar qué? son tus males no, los míos…

—Quizás si… pero también pasaron a ser tuyos cuando accediste a pagar nuestra deuda… quizás te quedes sin dinero, pero debes terminar con la empresa… debes acabar con gigant Trasport. Repentinamente me soltó adolorido por ese exhausto esfuerzo…

—si lo hago los empleados… —¡los empleados morirán de todas formas!, ¡La junta quiere volver a sus inicios!, ¡armas! ¡carteles! —¡Que? ¡Por qué? —Creen que te perdí… que no te tengo controlado…. —Espera, tranquilízate, esa parte me la conto Emma… ¡carajo! Brown, ¿por qué no simplemente me lo dijiste? —¿Crees que no lo intente? Cuando quise buscarte tu gran amor Sofía…

—¡Nos traiciono! jugo para el bando contrario… y para colmo saben que vivías con tu enemiga… —¿La pelirroja? —¡Esa misma! es la competencia, y no de los que te metes y te sales fácil, ellos tienen más sangre que todos nosotros juntos…

—Tranquilízate… Brown, esa pelirroja, trabaja con… —Sí, Sofía nos vendió ella… fue cuando tuvimos esa pequeña depresión financiera… si no fuera por esas ideas de Amira…

—Eran mis ideas Brown. —¡Claro! lo se muchacho, ella te mantuvo oculto. —Dijeron que no te aguanto más… —Sí… se marchó me dejo tirado… —jaja cuando no pudo contigo. ¿quién no lo haría? —Escucha Brown, ¿si acabo con esto seré libre?

—Tan libre como el día que nos ayudaste…….. Repentinamente escuche un fin de aliento… ante el pitido de las maquinas Sali de aquel lugar… pensaba encontrarme con Emma, pero para mi suerte estaba discutiendo con unas personas al final del pasillo.

Aproveché para escabullirme en las escaleras de emergencia… bajando hasta el primer piso, donde pensé no encontrarme con ella… estaba en la recepción es imposible no recordarla, su altura es tan destacable… Pero note que algo cambio…

La notaba más orgullosa que de costumbre, solo ver ese vestido con ese mini bolso combinado, hay más dinero ahí que en toda nuestra antigua casa… estaba acompañado de personas extrañas con trajes y maletines… aproveche una emergencia, al entrar un paciente de urgencia me escabullí.

Entre la multitud alejándome hasta salir del edificio… estando fuera del hospital marque a Emma… —¿Emma? —¡Andrés? ¿Dónde carajos estas? Brown acaba de… —Sí, si lo se mira me encontré con Sofía está en la recepción… —yo tengo a dos de la junta aquí…

—¿Cómo sabían que estaríamos? —no lo sé… —¿Dónde estas exactamente?  —Aquí al frente… —Enviare por ti… —¿tú? —yo… De fondo un bullicio en ingles hizo que colgara… sentí una mirada la cual al girarme cruzamos esas miradas…. Sofia estaba tan sorprendida como yo ¿la diferencia? Que yo la vi primero…

En un lapso de unos segundos Sali corriendo… ella me siguió, por suerte usa tacones… —¡Andrés! Su voz hace tanto no la escucho, no pensé que la volvería escuchar y gritando mi nombre… No pensé en pararme solo por el grito…

Así que seguí hasta un estacionamiento que quedaba en el hospital… —¡Espera! ¡Andrés! aun algo alejado sé que venía hacia aquí… —Pensando donde esconderme oí un vehículo acercarse a mí, quizás aquí termino todo… seré secuestrado y torturado.

Para mi suerte solo era una camioneta en la cual bajo una mujer que la reconocí por su tradicional velo… —¡Andrés! ven vamos… no lo pensé mucho y subí al vehículo, nos alejamos observando como Sofia me seguía buscando… —hu… estuvo cerca… —Gracias…

Sin dejarme terminar recibí una bofetada… —¿whats? ¿Amara? ¿Por qué? —¡Eres estúpido? —¡De que hablas? —¡Como se te ocurre? ¿No piensas o qué? ¿se te subió tanto el alcohol? —¡Espera!, espera, ¿Amira que te sucede?

—¡Como se te ocurre venir sabiendo que te están buscado? —No lo sabía hasta que Emma me lo dijo… —Mierda esa mujer estúpida… —Me alegro de verte ¿sabes? Nos observamos levemente, no pensé que sonreiría… —Sí también yo… —¡Que mierda paso?

—Eso me pregunto yo, ¿porque corrías? —Ah, Sofía… —¿Esta ella también? —Sí. —Entonces sabe que Emma volvió…  ¿Y? que paso? —Nada corrí. —¿Corriste? Andrés ¿corriste de una mujer? —Espera, espera solo entre en pánico no sabia… —El señor Andrés entro en pánico…

—No te burles simplemente, no estaba preparado… —Adres pasaron 5 años…  —5 años de pura mierda… Amira. —¿Te enteraste verdad? —¿Cuándo pensabas decírmelo?  —Estabas mal Andrés si te lo decía, podría a ver incitado más al suicidio…

—Quizás, pero ¿dónde quedo nuestra… —¡Cállate! para mí no fue algo más que amistad! —Ja… si ¡100 millones Amira! podrías a ver vivido una vida… —No estoy aquí por ti… —¿Entonces? —Te lo cuento luego vamos a la casa de Emma.



#17810 en Novela romántica
#3418 en Joven Adulto

En el texto hay: mentiras, celos, dinero o amor

Editado: 27.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.