Nosotros

Creemos poder comernos el mundo, pero la triste y cruda realidad es que el mundo nos come a nosotros, y si somos tan débiles para aceptarlo, sin darnos cuenta permitimos que las personas entren en nuestra burbuja y acaben con todo lo que con esfuerzo construimos.

La dulzura de unos y la rudeza de otros nos vuelve esclavos de lo adverso, de lo divino y lo atractivo. Completamente solos en una sociedad consumista y perturbada nos atrevemos a dirigir nuestro enfoque surrealista a lo que consideramos “el camino correcto”. Pero alguna vez se han preguntado ¿Qué es “el camino correcto”?

¿Es algo o alguien?, ¿espiritual o real?, O simplemente es un conjunto de todo lo que la sociedad -no nosotros- cree y nos hace pensar que está bien, que es lo mejor, y que si continuamos llegaremos a ser mejores personas.

La verdad es que tu camino correcto no lo decide una carrera universitaria ni una sociedad enferma y manipuladora. Lo decides tú porque eres quien sabe cómo y con qué sentirte bien -o feliz- sin depender de la opinión de otros.

Puede tomarte mucho tiempo descubrir quién eres y qué quieres porque solo tú sabes cuál es la definición de ‘lo correcto’, lo justo y que sin lugar a dudas permitirá que tomes las decisiones adecuadas en un futuro incierto, lleno de obstáculos que te podrían afectar pero no derrumbar.

El camino correcto eres tú.

La confianza, el amor y el tiempo son factores que están atados a ti, sin importar lo que hagas, pienses o digas, están ahí. Abrumando tu espacio y si no aprendes a controlarlos cada uno por separado, jamás permitirán que avances.

Siempre están al acecho esperando la mínimo flagelo para abarcar todo lo que te pertenece. Si eres débil, tú serás todo suyo.

Puedes darte cuenta que esta vida y ninguna otra está hecha para los débiles. Nadie lucha contra la confianza, el amor o el tiempo siendo débil y estúpido.

La cruda realidad es está, mi realidad, la tuya y la todos. Hay quienes fingen vivir en un mundo de maravillas, ellos no son de fiar y su escudo de fantasía que los protege, se rompe al primer destello de fragilidad.