Mi desordenado corazón

Capítulo 3: Distinto a lo que me contaron


Mis manos tiemblan mientras voy en el taxi, ni siquiera sé como es, ni su físico, ni su carácter, aunque he oído que es una persona agradable, no dejo de preguntarme como me irá frente a él, la verdad tengo miedo, suelo ponerme nerviosa cuando tengo que tratar este tipo de asuntos tan delicados. 

Abro la puerta del taxi y salgo, aún llevo en mis manos el papel blanco con el número de la mesa, mis piernas incluso tiemblan un poco y bajo distraída chocando con una chica elegante que justo pasaba en ese momento, haciendo que mi papel caiga al piso y uno que ella llevaba también. 

—¿Qué no ves por donde vas? —cuestiona creída mirándome con superioridad, por un momento la dirijo mi vosta a ella, parece modelo de revista, maquillaje espeso, pelo suelto, tacones gigantes y un vestido negro a media pierna que acentúa su cuerpo bien detallado. 

—Dusculpa—musito agachándome a recoger lo que ha caído y le doy su papel y ella lo toma a punta de dedos como si yo padeciera una enfermedad contagiosa. Me levanto del suelo y aunque me dan ganas de decirle las cuatro verdades, que no sé cuales son además de engreída y guapa lo dejo allí, debo apurarme porque el señor Artur Rodríguez es un hombre demasiado ocupado que no esperará por mí, abro el papel donde dice claro: mesa 21, en el apartado. 

Camino segura entrando al lugar, es un sitio caro y la zona del apartado es la más costosa, era lógico esperar que el señor Artur uno de los mayores colaboradores en obras benéficas de la región, multimillonario, sin herederoa aún, cene en esta clase de lugares. 

—Buenas tardes—pronuncio al llegar a la mesa, hay dos hombres sentados, uno dirige su vista hacia mí que creo que es el abogado pues incluso la identificación que lleva colgada de su cuello dice abogado Felix Cruz y el otro que imagino es Artur está frente a su laptop y ni siquiera levanta su vista hacia mí, lo imaginé diferente, unos años mayor y no tan apuesto porque en realidad su físico llama bastante la atención y tiene un cuerpo varonil bien enmarcado con perfectas dimensiones estructurales. Además de un perfume que seduce y por un instante incluso me hace olvidar por qué estoy allí dejando que ese aroma tan sensual juegue con mis pensamientos.  

—Tienes 5 minutos menos, puedes sentarte—pronuncia sin mover la vista de lo que hace y yo le obedezco—hagamos esto rápido y sencillo porque no tengo tiempo—dice antes de darme oportunidad de decirle algo, su carácter es muy distinto a lo que me contaron, mi primera opinión es que es un hombre frívolo y estricto. 

—Señor... —pronuncio siendo interrumpida. 

—Hablemos claro, tengo dentro de 20minutos una reunión importante—dice mirando la hora en su reloj—sea sincera conmigo ¿por qué ha venido hoy aquí? 

—Bueno para empezar... —repito y él me interrumpe de nuevo. 

—Sé lo que quiere, al final todos los que se me acercan solo quieren lo mismo:dinero. Dígame no es eso lo que usted también quiere—que hombre tan directo, pensé que antes de hablar de dinero me dejaría explicarle todo el proyecto que tengo en mente. 

—Sí, es lo que quiero—respondo tragando en seco y el abogado me mira sorprendido como si hubiese dicho algo incorrecto. 

—Y cuánto quiere—pregunta volviendo su vista a la lapto y quedándose estático cuando lo digo. 

—Necesito 200mil. 

—Crees que deba darte 200mil por unos tres meses—comenta y me quedo un poco perdida, imagino que supone que todo el trabajo de construcción y acomodar todo tomará ese tiempo. 

—Eres difícil de soportar, si fuera yo cobraría más—menciona el abogado sonriendo haciendo que él lo mire enojado. La verdad no debe estar en su sano juicio para bromiar con ese sujeto tan amargado que incluso me asusta.  

—El trabajo usted sabe que puede demorar más de tres meses, al final no sabemos en que tiempo total podemos matar la obra, puede ser un mes o dos, pero y si tarda 6, aunque bueno si se pasa de los tres meses sería horrible y demasiado cansón.  

—Nuestra cita acabó—pronuncia poniéndose de pie y recogiendo su laptop la verdad no sé que hice o dije mal pero logré hacer que me mirara con ira y se mostrara más enfadado que cuando llegué, cosa que ya había creído imposible.  

—No te tomes la situación tan a la ligera—pronuncia el abogado que se pone de pie y sin querer choca la caja que tenía al lado de la mesa con algunos lápices haciéndolos caer al piso y ambos se voltean a mirarme, el abogado le susurra algunas cosas en voz baja mientras recojo los colores y los organizo por tonos como tengo acostumbrado a hacer debido a la ansiedad que le produce a mi hijo verlos desordenados y que es lo que mi estado de nervios me impulsa a hacer. Se los extiendo y por primera vez me mira a los ojos, noto que desde que estoy allí ahora es que me ve, no hace el menor gesto de agrado ni de desagrado, no hay sonrisas ni reprensión en su rostro y su amigo lo mira asombrado. 

—Es igual a las demás, al final solo quiere el dinero y ya lo dejó claro—dice con sarcasmo en voz alta para que yo lo escuche. Obvio que quiero dinero ya él lo sabía por qué le sorprende, de nuevo se voltea y mis palabras lo detienen en mi último intento por convencerlo de que patrocine mi proyecto. 

—¿Usted tiene hijos? —le pregunto y detiene sus pasos, mi corazón se acelera y dejo de volverme profecional para sacar mi lado sentimental e intentar persuadirlo—¿Qué estaría dispuesto a hacer para que su hijo fuera tratando con el amor y el respeto que merece al mismo tiempo que es educado y tiene especialistas velando por su salud física, mental y emocional? —pronuncio y él se voltea y me mira con asombro. 

—Sabía que en nuestro país hay más de 50mil casos de personas con síndrome de Daw y que pese a eso solo el 3%de los niños con síndrome de Down asisten a una institución educativa por la falta de información de los padres que incluso lleva a algunos a pensar que no tendrán avances en el proceso de aprendizaje. Sabe qué quiero, si quiero dinero, pero dinero para que esos niños tengan un lugar que cuente con un equipo multidisciplinario integrado por terapeutas de lenguaje, maestros de educación especial, maestros de talleres en los que puedan desenvolverse. Quiero una organización que contribuya a desarrollar sus capacidades, habilidades y aptitudes para integrarlos socialmente. ¿No crees que es lo mínimo que se merecen ser integrados a la sociedad de forma respetuosa y comprensiva? .  

—Félix trae los documentos—dice luego de unos instantes pensativo—si tengo que darle mi dinero a alguien para este contrato te lo daré a ti que al menos tienes un objetivo claro y desinteresado. 

—Gracias, no se imagina lo feliz que me hace—digo parándome frente a él en lo que el abogado saca unos papeles de su carpeta y nos sentamos nuevamente. 

—Puedo llevarlos y leerlos con detenimiento para... 

—No linda, imagino que ya sabes que soy una persona muy ocupada y pides bastante además, o te adaptas a mis términos y condiciones o no hay nada. —trago en seco al escuchar sus palabras, no se debe firmar nada sin leerlo pero son varias hojas, creo que demasiadas, no sabía que para hacer donación harían falta tamtos papeles pero al final él solo intenta ayudar, donará 200mil dólares para un proyecto benéfico sin ánimos de lucros, qué más puedo pedir, qué podrá salir mal porque siga sus reglas. 

—¿Dónde debo firmar? —pregunto y el abogado me indica y luego él también firma. 

—Está hecho, qué más da—pronuncia el sujeto como si fuera a punta de pistola que está donando ese dinero o tuviese una obligación de hacerlo. 

—Bueno por el poder que las autoridades jurídicas me confieren yo... —pronuncia el abogado siendo interrumpido por él. 

—Ya Félix tampoco le hagas tanto drama, debemos irnos que tengo una reunión con los chinos en 15 minutos y detesto ser impuntual.—reprocha y ambos se ponen de pie. 

—Mi chofer te llevará a la casa—dice dirigiéndose a mí—yo iré en el auto con Félix y cuando regrese te explicaré como va a funcionar todo de ahora en adelante. —creí que ya todo estaba hablado, al parecer no, es mucho dinero y muchos asuntos pendientes, es cierto que debemos debatir muchas cosas pero no imaginé que fuera hoy y en su casa, igual luego de firmar esos papeles creo que debo agradecer y seguir sus recomendaciones.
 




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