Capítulo 3:
—¡Aiden! —grito Alessandra desde la cocina, un niño de 3 años y medio bajó corriendo las escaleras hasta llegar donde se encontraba su madre preparando el desayuno.
Alessandra a las treinta y nueve semanas contres días tuvo al pequeño Aiden Timothe Harrison un día veinte de enero del dosmil catorce a las cuatro de la mañana, el pequeño pesó tres kilos trescientosgramos y midió cuarenta y ocho centímetros. Alessandra al verlo sus ojos sellenaron de lágrimas, el pequeño tenía su cabello y su nariz, al pasar de losdías se dio cuenta de que solo saco los ojos de Jean, un color verde agua muylindo.
Damián solo la pudo visitar a su hermana una semana después del parto, el grandote de su hermano babeaba literalmente por él pequeño, por esa actitud decidió que él fuera su único padrino. Los siguientes días como madre primeriza fueron muy duros, muchas madrugadas con un nudo en la garganta llamaba a Kayly para que junto con Jason fueran a ayudarla, sus amigos siempre han estado para socorrerla sin importar la hora, por lo que Aiden se encariño con sus tíos postizos, como Kayly se hacía llamar cada vez que llegaban a la casa de Alessandra.
Hoy irían a la pastelería, Kayly se iría a juntar con su hermano por lo que Alessandra estaría sola con Aiden en el local ya que su jardín infantil no funcionaba por el día gracias a una ruptura de una matriz de agua.
—Cariño, hoy tienes que ayudar a mamá y ser muy obediente —le pidió Alessandra poniéndose a su altura, mientras le arreglaba la camisa que con mucho orgullo el pequeño se había puesto.
—Si mami —le respondió el pequeño con una sonrisa en sus labios.
Alessandra luego de dejar todo limpio, salió con su hijo hacia la pastelería, según lo que Kayly le había contado su hermano menor viajó desde América para convencerla para que se mude con toda la familia, como siempre lo hacía cada año, pero la respuesta de Kayly siempre era la misma: "mi lugar está al lado de mi esposo".
Al llegar a la pastelería, puso a Aiden en una mesa para que pudiera pintar en su libro, así mantendría ocupado al muchacho además de dejarle un vaso de leche y algunas galletas que más le gustaban.
Alessandra como era costumbre abrió el local con una sonrisa en sus labios, le gustaba estar allí junto a sus amigos y el rico aroma a café. Los clientes comenzaron a llegar apenas ella puso el letrero de abierto, Aiden al terminar de comer llevo su plato y su vaso hasta el mesón donde estaba Alessandra, el pequeño siempre era muy atento y responsable, valores que su madre siempre le enseñaba. La mañana pasó entre clientes y vigilando a su hijo que se mantuvo todo el tiempo dibujando y dándole regalos a las señoras que compraban un trozo de pastel.
—¿Dónde? está mi principito? —grito Kayly cuando entro a la pastelería, Aiden al oírla grito de emoción arrojando todo al suelo y pidiéndole a su madre que lo alzara para ver a su tía.
—¡Aquí! ¡Aquí! —gritaba Aiden saltando como si fuera un canguro.
Alessandra alzó al pequeño,este reía mirando a su tía, Kayly extendió sus brazos desde el otro lado delmesón, Alessandra se lo dio sonriendo, el cariño entre ambos fue desde elprimer momento, no podría imaginar como hubiera sido su vida sin Kayly y Jason,conocerlos y formar parte de esta rara familia había sido lo mejor que le habíapasado durante mucho tiempo, pero sobre todo estando lejos de su familia.
Durante estos cuatro años que habían pasadomuchas cosas en Tacoma, algunas no cambiaron en nada, los primeros años Alessandralloraba por ellos, solo quería que conocieran a su pequeño, pero Damián lecontaba que ellos se habían negado varias veces a recibirlo, ni siquiera lohabía escuchado, saber aquello provocó una gran pena en el corazón deAlessandra. A mediados del tercer año recibió la llamada de su hermanoanunciando que su madre Rebecca había fallecido, todo sucedió cuando luego deunas de sus fiestas ya con unas copas de más, manejo devuelta a su casa, perono pudo controlar el coche provocando un gran choque del cual no sobrevivió, Alessandrasolo quería viajar para despedirla, pero Damián se lo prohibió, Leonard queríaestar solo, no acepto a nadie, solo estaba él en los funerales y en el sepelio.Alessandra suspiró negando con su cabeza, aquellos recuerdos no le ayudaban ennada, ahora solo quería saber cómo le había ido a Kayly en la reunión con suhermano.
Durante lo que quedaba de la tarde Kayly se mantuvo callada, pensativa, solo respondía cuando Aiden le hablaba dándole a Alessandra la impresión que su hermano había logrado su cometido, que volviera a Estados Unidos al cerrar la pastelería todos se sentaron en una mesa tomando chocolate caliente y algunas galletas, Aiden era el más feliz de todos.
—¿Cómo te ha ido? —preguntó Alessandra limpiándole la boca a Aiden que le quitaba la mano para seguir comiendo.
—Bueno lo mismo de siempre, todos allá quieren que nos mudemos, pero ahora vino con una gran noticia, que me dejo sin palabras —contó Kayly revolviendo su chocolate.
—¿Qué noticia? —pregunto esta vez Jason, Alessandra estaba sorprendida que él no supiera nada de lo todo lo que los hermanos Ward habían hablado.
—Davina se volverá a casar —anunció Kayly con una sonrisa más que fingida.
—No lo puedo creer —murmuró Jason pasándose su mano por el cabello.
—yo tampoco lo podía creer, y la boda será en 3 meses, papá quiere que todo estemos allí y que podamos hacer nuestra vida allá, abrir una pastelería y formar una familia en Tacoma—dijo Kayly sonriendo.
—¿Has dicho Tacoma? —preguntó Alessandra sorprendida por aquella casualidad. Nunca en los 4 años que llevaban amistad hablaron del lugar donde la familia Ward estaba viviendo.
—Sí, mi familia se mudó allí unos meses antes que tú llegaras a Londres —mencionó Kayly mirando a Alessandra confundida.—Oh, por Dios —murmuró Alessandra—. Yo vivía en Tacoma. —Pero mira qué casualidad —río Kayly junto con Jason.Aiden que no entendía mucho lo que estaban hablando los adultos comenzó a reír igual como lo haría Damián con sus ojuelos en cada lado de su rostro. —Y bueno, ¿Qué has decidido? —preguntó Alessandra cuando al fin pudo ponerse algo seria.—Nos iremos, nos mudaremos, pero queremos que vengas con nosotros —hablo Kayly mirando a Alessandra para luego dirigir su mirada a Jason quien le sonreía, él le seguiría hasta el final del mundo.—Yo no lo sé, tengo que pensarlo, sería una decisión que tendría que tomar con la cabeza fría —respondió Alessandra, volver a Tacoma era una decisión difícil.—Lo sé, pero piensa en tu hermano, estaría feliz de verte, de que estén más cerca de él y allá por fin podrías ejercer tu profesión —dijo Kayly, sabía que hablar de Damián era algo delicado para ella, ambos hermanos eran muy unidos, no pasaba día en el cual no hablaran.—Eres una tramposa, pero ya es hora de que Aiden duerma antes que se ponga a saltar por las mesas y sillas por el exceso de azúcar —río Alessandra levantándose de la mesa y tomando a Aiden en brazos, arregló su abrigo, se despidió de los chicos y salió rumbo a su casa.