Mi destino eres tú

Capítulo 1 "Antifaces y secretos"

Observo con detenimiento lo que ha dejado Tess sobre mi cama, un antifaz dorado y un vestido largo en color negro con un ligero descote el parte de la espalda y hermosamente bordado por la parte de en frente.

-Vamos, será divertido- dice con una sonrisa dejándose caer bruscamente en la cama, niego con la cabeza recordando la última vez que salí con ella, y no salió nada bien.

-Tess, en serio no me sentiría cómoda en un lugar como ese- blanquea los ojos y mueve la boca imitando mis palabras.

-Venus, tienes que divertirte, entiende que el que Sam se haya enfermado es como una señal para que vayas a la fiesta, te quedarás con su invitación-.

-Esa es la peor parte, iremos a divertirnos mientras ella está en cama con cientos de pañuelos  a su alrededor-.

-Ella me dijo que te obligara a ir, por eso es que te he traído su ropa, ella me lo ha pedido-.

-¿Qué tiene de divertido asistir a un tonta fiesta para anunciar un compromiso?- pregunto con frustración ante su insistencia.

-Bien, número uno, habrá champagne gratis- sonríe siniestramente y lame su labio inferior quizás imaginándose el sabor en su boca -Número dos, nos ha invitado el Presidente de la compañía por ser empleadas y bueno por esos tratos tan injustos que nos da es como un “lo siento” en mi imaginación y como quiero aceptar sus disculpas…-

-Solo acepta que solo quieres beber- interrumpo y sus ojos al igual que su boca se abren demasiado fingiendo indignación total.

-Pero ¿Cómo puedes decir eso?... bueno, sí, de acuerdo, pero lo vale ¿bien? Bebo por todo lo mal que me ha tratado. Creo que es un trato justo-.

-Tú beberás y me dejaras sola Tessa-.

-Claro que no, vas a beber conmigo, y… solo me dices Tessa cuando estas enojada-.

-Sabes que no puedo beber porque solo cometo tonterías cuando lo hago- desvía su mirada y cubre su boca con su mano tratando de ocultar su enorme sonrisa.

-Tienes razón, la última vez fue demasiado gracioso, pero por favor acompáñame, además nadie te va a conocer ahí, es una fiesta de millonarios y nadie se fijara en nosotras. Nadie nos recordara después de esta noche, además llevaras antifaz- vuelvo a observar el vestido y ahora que lo pienso jamás he ido a una fiesta elegante ni mucho menos con antifaz. –Venus- toma mi mano y me observa con una sonrisa cálida –Mereces ir después de todo lo que has pasado-.

Dejo salir el aire que se ha acumulado en mi pecho lentamente al recordar los últimos momentos con mi madre antes de que el cáncer terminara con su vida, parpadeo varias veces intentando apartar las lágrimas que se han acumulado en mis ojos.

 

Llegamos a la enorme mansión del Presidente de la compañía en la que trabajan Tess y Sam, llevo la mirada a mi alrededor y el jardín es enorme, hay luces por todas partes iluminando cada centímetro, y velas con fuego azul alrededor de la piscina, hombres caminando con charolas en una sola mano con copas vacías y con champagne, mientras que otros llevan aperitivos ofreciendo a los invitados, giro hacia Tess y ya no está a mi lado, será imposible encontrarla ahora ya que todos tienen antifaces y vestidos casi iguales, bueno, a excepción de los hombres que llevan trajes demasiado elegantes diría yo, ahora que lo pienso ¿Con todo ese dinero gastado en trajes caros podrán construir una casa para personas que viven en la calle?

-Por supuesto que sí- me respondo a mí misma y una mujer de edad adulta me observa y después se aleja haciéndome sentir como una loca.

-Lamento decirles que Drizella llegara un poco tarde y bueno, como buen futuro esposo Sean la esperara hasta que ella esté lista, espero y continúen disfrutando de la fiesta- anuncia una mujer de cabello dorado y ojos grisáceos –Por el momento brindemos por la futura boda de mi hija y mi futuro Yerno, levanta su copa y bebé el contenido como si fuese agua, todos hacen lo mismo pero con la enorme diferencia de que solo beben un trago y no todo el contenido. Continúo buscando con la mirada a Tess sin moverme de aquí pero no la encuentro. Sabía que haría esto.

Comienzo a divagar entre todo el jardín alejándome de todos, perdiéndome entre los lugares en los que no hay ni una sola luz más que la de la luna, y veo a lo lejos un pequeño kiosco iluminado con cientos de pequeñas luces, me acerco y en cuestión de minutos llego. Recargo mis manos en la madera en color blanco y cierro los ojos unos segundos tratando de tomar un poco de aire fresco de la noche con más tranquilidad.

-Vaya noche con esos millonarios engreídos ¿no?- pregunta una voz masculina, llevo a mirada a mi derecha y un chico de al parecer unos veinticinco años está mi lado. Sus ojos son de un azul demasiado intenso, su cabello es oscuro, piel blanca, hombros anchos y mandíbula cuadrada. Carraspea su garganta y después deja salir un chiflido de sus labios –Bonitos ojos- dice sonriendo.

-Se lo agradezco- añado caminando en dirección a la fiesta.

-Espera, ¿me has llamado de usted?- dice poniéndose frente a mí.

-¿Tiene eso algo de malo?- pregunto con la mirada fija en sus ojos.

-Por supuesto que sí, ni siquiera soy casado-.




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