-Sí- respondo sin saber que más decir. -¿Por qué?- pregunto tratando de sonar tranquila, ambos se encuentran frente a mí.
-¿Cuánto tiempo llevas viviendo en la ciudad?- pregunta Alek; parece inquieto y con ganas de escuchar más de lo que está preguntando ahora mismo, mueve ligeramente los dedos de las manos y al notar que las observo sostiene firmemente la carpeta.
Muerdo mi labio inferior con incomodidad ante sus miradas, es demasiado raro que los tres me observen de esa forma, es obvio que ellos saben sobre esa noche, quizás se contaron entre ambos o ni siquiera sé si en verdad él sea Dimitri y es que los tres tienen exactamente los ojos de su mismo color, azules.
-¿Acaso les recuerdo a alguien que me observan como si fuese a extinguirme ahora mismo?- pregunto tratando de calmar la tensión que hay aquí, no sé qué más puedo hacer ¿será que pueda desmayarme? o… no, eso sería demasiado sospechoso considerando toda esta situación.
-¿Disculpa?- pregunta el presidente en tono firme, Alek y el otro chico lo observan con pánico.
-Lo sentimos pero tenemos que tener cuidado con las personas que contratamos sea cual sea el puesto que tomen- explica Alek.
-Pero yo no soy tan gruñón como Sean- se acerca el tercer chico con una enorme sonrisa hasta llegar a mí, toma mi mano, se inclina un poco y la besa levantando una vez más su mirada hacia mí -Hola preciosa soy…- Alek lo toma por el abrigo arrastrándolo hacia atrás dando traspiés por el desequilibrio que le causo el agarre de Alek.
-Ya basta Dave, déjala en paz-.
-Pero no he hecho nada malo, solo me presentaba-.
-No te rebajes Dave, ella no es el tipo de chica adecuada para ti- vuelvo la mirada al presidente, ahora veo que es un gran idiota, tanto como lo fue Ezra cuando apareció para decirme cuanto me odiaba sin tener una razón coherente de ello.
No digo nada ante su comentario ya que sinceramente no pienso enamorarme de alguien como ellos, la idea de si quiera pensarlo me parece estúpida tomando en cuenta todo lo que ya he pasado.
-Sean- dice Alek como si le regañara –Lo siento, como puedes ver no es muy amable, aunque antes no era así-.
-Ya basta Alek, deja de contarle mi vida personal a todo mundo ¿de acuerdo?- dice levantándose de su asiento, los observa de una manera no muy agradable y después a mí.
-No se preocupe presidente, no pienso tener ningún tipo de relación que no sea de trabajo en este lugar- le aseguro.
-Me parece perfecto, pero no tendrás porque preocuparte porque con las únicas personas con las que estarás hablando serán la escoba y trapeador-.
-Estas cruzando la línea esta vez, ella no tiene la culpa de todo lo que pasaste- dice Dave con enojo –Sabemos que la estas obligando a quedarse y si sigues comportándote así llamaremos a papá, así que si no quieres que lo llamemos dale un mejor puesto. Gusto en conocerla señorita Venus Helliwell- lo observo mientras habla, ha cambiado su manera de hablarme a una más formal, es lindo a mi parecer.
-El gusto fue mío-.
-Nos retiramos, mucho gusto- dice Alek y salen de la oficina inmediatamente sin despedirse de su hermano.
-Solo te quedarás una semana con el empleo mientras pagas lo de mi auto y después podrás irte, la mera idea de tener que verte me molesta- mantengo la mirada unos segundos mientras lo observo, la fachada de chico malo no le va nada mal pero en cambio su mal genio y malos modales hacen que cualquier persona lo deteste.
Pero, acaso ¿será verdad que antes no era de esta manera? Y… ¿Qué hay sobre Alek?
¿De verdad Alek será Dimitri?
Porque no hay más explicaciones, y el siquiera pensar que estaré aquí cerca de la persona que me enamore sin siquiera conocer más de lo que habría querido hace que mi corazón se acelere de la misma manera en que lo vi por primera vez, con esa sonrisa divertida y su tonta manera de sobresaltarse por llamarle de usted, con esas promesas y esos ojos.
-De acuerdo, y sobre las preguntas que hará…-.
-Olvídate de eso, no tiene caso ya que no estarás aquí por mucho tiempo. Pero, cambiando el tema, ¿Por qué te llamarón Venus?- frunzo el ceño, siempre me han preguntado eso antes, sonrío sin saber porque lo hago pero el responder no me molesta sino que me alegra ya que esta respuesta la sé demasiado bien. Levanto la mirada y siento que un nudo se forma en mi garganta al observarle, esos ojos parecen controlar todo con tan solo una mirada, pero en mí simplemente provocan seguridad, ¿será porque son del mismo color que los de Dimitri, es decir, de Alek? Los tres tienen los mismos ojos pero aunque sean iguales creo que hay algo diferente en ellos.
-Bueno, tenía dos años cuando me encontraron en la puerta de un orfanato, y por lo que me dijeron las madres del orfanato las únicas palabras que sabía decir eran Ian y Venus-
-¿Ian?- pregunta con confusión
-Sí, eso fue lo que me dijeron, aunque no podían ponerme Ian porque obviamente es nombre de chico así que me nombraron Venus y adopte el apellido Helliwell cuando me adoptaron-.
-¿Y qué sabes de tus verdaderos padres, nunca has intentado buscarlos?-.