Mi destino eres tú

Capítulo 6 "Voy a encontrarla"

-Muy bien, solo espera unos segundos- dice la enfermera y parece muy concentrada en lo que hace y parece que ahora la único que hace que mi corazón quiera salirse de mi pecho no es el pinchazo ni la sangre que llena la bolsa transparente, sino esa mirada tan extraña y a la vez conocida, sin duda se parece demasiado a la de Alek, pero algo la hace diferente. Bajo la mirada y entonces ella termina.

-Gracias, estoy bien- añado retirando lo más no extrañamente posible mi mano de la suya, se pone de pie y comienza a recorrer la manga de su camisa después de haberse quitado su enorme abrigo mojado.

-Entonces solo debo contar hasta tres, ¿verdad?- pregunta imitando la sonrisa de Angie, sin duda ella se ve realmente feliz, observo detenidamente, esto es demasiado extraño, no creí que él sería capaz de hacer algo así.

Se sienta a mi lado para que la enfermera prosiga y antes de que la aguja atraviese su piel toma mi mano, le sonríe a Angie y cierra los ojos, una presión se forma en mi pecho al sentir de nuevo su mano sobre la mía, ¿A qué está jugando? Una persona no actúa de esta manera sin una razón específica a menos que sea un mujeriego, pero yo lo veo más bien como un jugador, y eso no me agrada en lo absoluto.

-Uno, dos, tres…- así va contando hasta que la enfermera termina de llenar la bolsita. -¿Lo hemos hecho bien?- pregunta a la pequeña y ella asiente con la cabeza con orgullo.

-Muy bien Angie, es hora de ir a descansar, ya has estado bastante tiempo afuera- dice el médico que ha aparecido a nuestro lado. –Despídete- le dice pero parece que no le agrada estar encerrada ya que su rostro ha cambiado a uno totalmente como el que tenía al principio.

-No te preocupes, te prometo que volveré a visitarte muy pronto ¿de acuerdo?- beso su mejilla para después darle un fuerte abrazo para tratar de confortarla.

-¿Y él vendrá también?- me pregunta con una media sonrisa.

-Bueno, no creo que él pueda puesto que…-.

-Por supuesto que lo haré, no todos los días conozco a pequeñas valientes y buenas maestras como tú- responde el presidente mientras se acerca a ella y extiende su meñique –Es una promesa- ambos lo entrelazan y entonces el médico la leva con él cargada en brazos.

-Muchas gracias- dice la enfermera, giramos hacia ella, mi corazón se acelera al ver que de sus ojos caen lágrimas. –Hacia tanto tiempo que mi hija no sonreía como lo hace ahora-.

-Entonces la mujer que estaba con ella…-.

-Es mi hermana- responde y puedo ver que en su mirada hay miedo y desesperación.

-¿Cáncer?- no se me ocurre preguntar nada más, ella asiente con la cabeza y un nudo se forma en mi garganta.

-¿Qué tipo de cáncer?- pregunta el presidente.

-Es un tumor, parece que puede ser extraído pero…- su voz se hace pequeñita y puedo ver que de sus ojos cae más lágrimas que antes –Es demasiado caro-.

-¿Cuánto?- pregunto tratando de recordar la cantidad de dinero que mi madre me dejo en una cuenta bancaria además de un seguro que ni siquiera he tenido el valor de tomar.

Ambos me observan con sorpresa pero no hago caso.

-Bueno, me han dicho que serán tres cesiones, el precio es de sesenta mil pesos incluyendo días de recuperación y medicamentos necesarios-.

-¿Puedo venir mañana? Necesito hablar con usted- ella asiente con le cabeza con una expresión de inquietud, sin embargo no puedo decir nada hasta estar segura de la cantidad la cual me ha dejado mi madre, no tenía pensado usarla salvo en emergencias y para mi esta es una.

-Sara, te necesitamos ahora- dice otra enfermera que se acerca rápidamente.

-Debo irme y gracias por todo- ambas se alejan corriendo quizás por una emergencia la cual ha sucedido.

Un hombre que ha salido de la habitación en la cual entró la mujer a la que trajimos se acerca y entonces me doy cuenta de que es el hombre que la recibió en la entrada del hospital, se acerca hasta nosotros y con una enorme sonrisa toma mis manos. El presidente se acerca sujetando mi antebrazo y el hombre deja de sujetar mis manos ¿qué hace exactamente?

-Muchas gracias por todo. Gracias al cielo todo ha salido bien y nuestra hija es realmente hermosa, ¿quieren entrar a conocerla?- asiento con la cabeza y sin ver la respuesta del presidente dejo que me lleve con él, la habitación es cálida lo que hace que me sienta más confortable puesto que mi ropa sigue húmeda.

Me acerco hasta la camilla de la mujer, ella tiene en sus brazos a una preciosa bebé, sus manos son muy pequeñitas y sus labios delgados y rosados, su tez es blanca y bueno, no tiene un sólo cabello.

No entiendo la razón pero unas cuantas lágrimas se deslizan de mis ojos, es como si ella fuera mi familia, como si los conociera de toda la vida y siempre hubiese estado esperando este nacimiento.

-Felicidades, es realmente preciosa- muerdo mi labio inferior y me acerco más.

-Su nombre será Venus- le observó sorprendida, el nombre de la preciosa bebé que esta frente a mi tendrá mi nombre -Ese será su nombre ya que espero que sea como tú, hermosa y de buen corazón, y bueno, así cuando pregunté la razón de su nombre será fácil responder, porque una chica con un gran corazón nos ayudó demasiado en un momento desesperado y bueno, espero que seas como ella- muerdo mi mejilla por dentro intentando no llorar.




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