Mi destino eres tú

Capítulo 7 "Vocecitas"

-Es importante que duerma bien, y que por lo menos descanse dos días- le explica el médico al presidente, pero ¿Por qué le está diciendo eso a él y no a mí? No soy una niña por Dios.

Carraspeo mi garganta llamando su atención.

-Creo que ya ha quedado claro que no somos nada y me parecería mejor si todas esas explicaciones me las da a mí y no a él- el médico sonríe como si se burlara del presidente.

-Lo siento señorita, tiene usted razón, despues de todo no son nada, ¿verdad Sean?-.

-Solo Venus, por favor-.

-De acuerdo, entonces, duerma bien y descanse, ¿puede venir mañana a revisión?- asiento con la cabeza y me levanto de la silla.

-Gracias-.

-No hay de qué, y cuando vengas pregunta por el Doctor más sexy del hospital y te traerán conmigo- sonrío ante sus palabras –Bonita sonrisa- dice con una preciosa sonrisa que haría derretir a cualquier chica, él es el tipo de chicos que le gustan a Tessa, tal vez debería  darle algo en mal estado de comer y así podrán conocerse, además, Tess es muy bonita.

Le agradezco y salimos.

Aún sigue lloviendo solo que esta vez más despacio, el agua corre cuesta abajo por la calle sin control, y el cielo se ilumina por los rayos que parecen lejanos al no escucharse tan fuerte.

-Dejaste esto tirado cuando corriste hacia la mujer- dice el presidente mostrándome mi bolso.

Ya ni siquiera me acordaba de él.

-Se lo agradezco mucho yo…- espera ¿Cómo es que vio que se cayó cuando corrí hacia la mujer? Si él ya me había dicho que solo iba pasando y vio a dos personas en el suelo –Creí que lo había perdido- finjo una sonrisa imaginando las infinidades de respuestas a mi cuestionamiento. –Bueno, ya debo irme, gracias por todo- le sonrío dándome la media vuelta para ir hacia la parada del autobús que está a unas tres cuadras de aquí si sigo todo derecho; toma mi antebrazo haciendo que me detenga, giro hacia él esperando una explicación ante su agarre.

-¿A dónde crees que vas?- pregunta con expresión seria.

-A mi casa- respondo –La parada del auto bus está cerca y…-.

-Yo te llevaré ya que puedes desmayarte en cualquier momento, ya escuchaste lo que dijo "el médico más sexy del mundo" ¿Acaso tu novio no se molesta si le coqueteas así a los hombres?- mi ceño se frunce con sus babosadas ¿Quién estaba coqueteándole?

-No tengo novio y ni siquiera…- me detengo al ver su sonrisa ¿de qué demonios se ríe ahora?

-Excelente respuesta, vámonos- dice llevándome a rastras hacia su auto. Me abre la puerta obligándome a entrar, pone el seguro y la cierra, esto parece un secuestro en lugar de una invitación para llevarme a casa ¿Cuánto me costará esto? ¿Una semana más de trabajo con ese uniforme de pitufo desinflado?

Entra al auto y comienza a hurgar su bolsillo quizás en busca de las llaves.

-Demonios- lleva la mirada hacia mí con frustración –Dejé las llaves en la habitación de la mujer a la que trajimos, espérame aquí no demoraré mucho- asiento con la cabeza y antes de cerrar la puerta se asoma nuevamente –Si intentas escapar tendrás consecuencias ¿entiendes?- me recargo en el sillón fingiendo que me estoy poniendo cómoda y en el momento en que cruza la puerta del hospital y ya no queda a la vista me paso a su asiento, abro la puerta y me echo a correr como una fugitiva, como en la película “Enemigos Públicos” hasta que mis pies arden y parece que mis pulmones colapsaran.

Después de media hora por fin llego al hotel, mi ropa esta toda mojada y en el momento en que cruzo la puerta observo que en recepción esta un hombre muy parecido al presidente.

Demonios, pero si es él, rápidamente me giro para salir de aquí antes de que me vea.

-¿Qué estás haciendo aquí?- pregunta en voz alta el presidente, me detengo pero después camino más deprisa tratando de cruzar la puerta y huir pero vuelve a detenerme. -¿Qué haces aquí?- pregunta de nuevo con la mirada fija en mí, parece que está molesto.

-Oh, presidente, que sorpresa-.

-No finjas que no me escuchaste o me viste, ¿viniste porque sabias que estoy viviendo aquí? ¿Qué es lo que quieres?-.

-¿¡Vive aquí?!- pregunto alarmada; ahora me observa raro, demasiado raro.

-Sí no estás aquí por mi ¿entonces a que has venido?-.

-A usar el baño, es que bueno, la casa de Tess y Sam está cerca y no podía aguantar más-.

-Su casa está del otro lado de la ciudad, Venus- evado su mirada, creo que debería pensar mejor en lo que digo a partir de ahora.

-Señorita Helliwell- Tommy, el chico de recepción se acerca a mí con una toalla –Sus amigas la señorita Tessa y Samanta vinieron a visitarla pero como no estaba solo dijeron que las llamara- asiento con la cabeza fingiendo una sonrisa ¿Qué tan mala será su expresión ahora?

-Gracias Tommy- el chico se va y entonces sin mirarlo sujeto la toalla con fuerza –Que pase buenas noches presidente- camino hacia el elevador sin siquiera detenerme, presiono el botón que me hará subir y antes de que las puertas se cierren alguien entra, ni siquiera me atrevo a ver quién es, solamente mantengo la mirada gacha y de repente se detiene, el botón rojo esta encendido, el presidente está frente a mí, ¿Por qué ha detenido el elevador?




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