Mi destino eres tú

Capítulo 13 "Macon"

También sube y una vez haciéndolo siento su mirada sobre mí pero no hago caso y sigo mirando por la ventana, llevo la mirada al frente y…

-¿Qué hace?- pregunto al ver que tiene su rostro frente al mío y ha pasado sus manos a mis costados apoyándose en el asiento del auto, sonríe, fija la mirada en mis labios y niega con la cabeza.

-El cinturón- regresa a su lugar en cuanto toma el cinturón y lo asegura. Dejo salir el aire por la boca lentamente aliviada –No me digas que creíste que te besaría-.

-Por supuesto que no- respondo tratando de sonar totalmente natural; ¿por qué hace tanto calor aquí? Abro la ventana tratando de tomar aire fresco.

-Oye, ¿acaso no tienes frío?-.

-No- respondo fríamente para que ya me deje en paz.

El presidente detiene el auto frente a la empresa, desabrocho el cinturón de seguridad y antes de abrir la puerta sujeta mi antebrazo.

-Oye, creo que será mejor ocultar lo nuestro, es solo para que no crean que tengo favoritismo hacia ti- arqueo ambas cejas al escuchar la naturalidad con lo que ha dicho esas tonterías, rio y me observa con seriedad.

-¿Lo nuestro? Por favor, nosotros no…-.

-Ya baja de mi auto antes de que nos vean, ah y te estaré esperando cuando salgas, tengo que ir a un lugar y no puedes quedarte sola así que te llevaré conmigo-.

-Yo no…-.

-¡Que te bajes! Está por llegar una persona importante y necesito estar a tiempo- se estira sobre mí y abre la puerta, hace un movimiento con la cabeza indicándome que salga y lo hago. –Nos vemos a la salida mi cielo- me guiña un ojo y avanza hacia el estacionamiento.

Entro a la empresa e inmediatamente un chico perfectamente bien vestido se acerca a mí, no dice nada sino que simplemente me observa con expresión de desaprobación.

-Oye niña, está bien vestir ropa cálida pero eso no tiene nada de estilo, si usas ropa tan grande no podrás mostrar tu cuerpo. Pero qué puedo hacer yo…- pone los ojos en blanco y hace una mueca.

Su cabello se ve realmente bien, es negro, lacio y está perfectamente arreglado, su ropa parece costosa y… ¿tiene maquillaje en el rostro? Sí, lo tiene. Diablos, a su lado me siento un insecto.

-Perdón pero ¿quién es usted?- arquea ambas cejas indignado y ahora me siento realmente culpable, ¿le habré ofendido?

-¿Qué quién soy yo? Soy la persona que hará que tengas ropa de calidad para trabajar en este lugar, según lo que se me ha ordenado es que no debe ser sexy pero debe gustarte, aunque creo que no habrá problema con ello porque no te gusta usar ropa a la moda-.

-Eso no es verdad, solo que hoy tuve que vestir así para que no me reconociera alguien y…-.

-¡Ya cállate!- los poros de su nariz se hacen más anchos en el momento en que grita. –A pesar de que tu voz es suave y encantadora también es irritante así que deja de hablar- ¿Debo tomar eso como un cumplido? Muerdo mi labio inferior sin entender la situación.

-Disculpe pero ¿Quién le ha ordenado eso?-.

-Oh niña, pues el encantador y sexy del presidente. Imagino que tú y él son novios ya que especificó claramente que no quería algo que llamara la atención de los demás hombres aquí, él dijo: “Algo que sea perfecto pero que no sexy”, al parecer no quiere que nadie se fije en ti-.

-No, él y yo no somos nada-.

-¿Ah no? Pues no creo alguien le pague a un diseñador famoso como yo tanto dinero para hacerle ropa a una chica de la cual no es nada- ¿diseñador famoso? –Escúchame de una buena vez, a ese precioso hombre lo conozco desde hace tiempo, lo conocí cuando buscaba a su primer amor como loco y desde ese día jamás lo volví a ver tan enamorado, hasta ahora, así  que mejor acéptalo antes de que te lo ganen-.

-Oh por Dios él… ¿Le pagó para que viniera a decirme todo esto?- inspira con exageración y lleva ambas manos a su cabeza para soltar un grito de frustración, todos nos observan así que bajo miro hacia cualquier parte que no sean esas miradas de rareza.

-¿Sabes qué? Has terminado con mi paciencia niñita, no puedo con esto, no puedo contigo, volveré mañana cuando estés más callada- acomoda su bolso de mano para después mirarme con cierto desagrado y sale rápidamente por la enorme puerta de cristal.

Bueno, eso sí que estuvo raro.

-Oye Venus, ¿puedes venir un momento por favor?- pregunta Stella la chica de recepción; me sorprende esa sonrisa aunque no deja de verse fingida; a su lado esta una mujer de mi edad quizás, usa zapatillas altas y un vestido negro ajustado a su cuerpo. Me acerco y ambas me observan detenidamente con una media sonrisa en sus labios ¿qué demonios traman? –Te presento a Lydia Manson-.

-Mucho gusto- añado estirando mi mano para saludarle, pero ella simplemente se queda mirando divertida mi mano extendida así que la aparto.

-Espero y tengas la noción de que no tenemos el mismo nivel, tu trabajas como sirvienta en este lugar y yo…- sonríe y recorre su cabello hacia atrás –Yo trabajo como jefa del área de finanzas ¿comprendes? Somos muy diferentes así que espero y entiendas el que no pueda estrechar tu mano, simplemente me da asco-.




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